lunes, 21 de noviembre de 2016

LA ORDEN DEL DIA

Dentro de las imágenes más desafortunadas del primer año de la instalación del gobierno de la Nueva Mayoría, está esa que nos brindó un senador de la república, a la sazón presidente de uno de los partidos de ese conglomerado. En la ocasión, e intentando graficar un pretendido ánimo refundacional, señaló que nuevo gobierno usaría una “retroexcavadora” para desmontar todo lo que se había hecho hasta ahora, para levantar “nuevos cimientos”.
Esa imagen, sumada a los bochornosos episodios de irregularidades en el financiamiento de campañas políticas, casos PENTA- SQM, y luego el denominado “Caso Caval”, terminaron por dinamitar no sólo la credibilidad del debutante gobierno, sino terminar con el menguado prestigio del sistema político por entero.
Llevar a cabo un programa de gobierno, que contiene variadas y profundas reformas, en este escenario, ha sido una tarea en la cual se volcaron todas las energías de los sucesivos gabinetes ministeriales. Con la mirada puesta en el cumplimiento del programa de gobierno, se perdió de vista un elemento consustancial al ejercicio del poder en un régimen democrático, la búsqueda de entendimientos con las otras fuerzas políticas, y procurarse el apoyo de las fuerzas sociales.
El sólo carácter transformador del gobierno de la Nueva Mayoría, debió ser el aliciente necesario para que el norte estuviese situado, no en el mero cumplimiento programático, sino en la consolidación de los cambios en las capas más profundas de la sociedad. No obstante, esa tarea los partidos de la coalición gobernante la dejaron a la responsabilidad de sus cuadros en el gobierno. Craso error, el ejecutivo debió concentrar toda su energía en llevar adelante una tarea ingente de formulación, diseño, y ejecución de políticas públicas, que tensionaron a la administración y exigieron del parlamento una disciplina y un orden para el que no estaban las condiciones. La esencial coordinación política, de los partidos políticos gobernantes con la base social, no se dio, y al cabo de un año y medio de gobierno, todas las mediciones de opinión ya arrojaban cifras de evaluación negativas, para las reformas.
El espectáculo que han dado en los últimos meses los liderazgos partidarios enrostrándose responsabilidades, por distintos tropiezos, desde la fallida inscripción de las primarias legales en el SERVEL, pasando por el resultado municipal, no ha hecho sino aumentar más el desapego de la ciudadanía, de la vida política del país.
Con el año 2017 en frente de nuestras narices, y la llegada de las premuras de desafíos electorales que se precipitan, la necesidad de conducción política en la Nueva Mayoría resulta evidente. Dejar los discursos altisonantes, y las recriminaciones a través de los medios de comunicación o a través de redes sociales, parece de Perogrullo, pero hasta el momento no es algo que se haya superado. Es una “cuestión de actitud”, el “animus societatis” requiere mucho más que una nueva carta suscrita por 7 personeros. Requiere de la instalación de un dialogo con la ciudadanía, no en las cuatro paredes de una sede partidaria. Un dialogo que interpele al ciudadano de carne y hueso, que se haga cargo de las pellejerías del día a día, y sea capaz de empatizar con sus deseos y aspiraciones.
Los problemas de la política se resuelven con política, y los de la democracia con más democracia. El Chile al que arribaremos en una nueva contienda presidencial, va a requerir más certidumbres que interrogantes, el liderazgo que mejor encarne la imagen de solvencia política y de autoridad supra partidaria, será el que se alce con el triunfo.

La orden del día para los partidos de la Nueva Mayoría, es recuperar la conexión con el cuerpo social, volver a las calles, hacer el trabajo territorial que se tiene abandonado, y asumir con humildad que el resultado seguirá siendo incierto con miras a las futuras elecciones, pero al menos se tendrá la certeza de haber hecho el mejor esfuerzo por recuperar con dignidad el respeto de la ciudadanía.

2016 EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO

Los eventos que hemos vivido durante este año 2016, ratifican en forma indesmentible  nuestra condición de ciudadanos de un mundo globalizado.  Eventos sociales, económicos o políticos que ocurren a miles de kilómetros de distancia, impactan en nuestra vida cotidiana de manera alarmante. La elección de Donald Trump como el presidente número 45 en los Estados Unidos, nos muestra como la economía de un pequeño país del extremo sur puede verse afectada por decisiones tomadas muy lejos de nuestros hogares. La votación mayoritaria de los trabajadores norteamericanos de raza blanca, que le dio la victoria a Trump, impacta en millones  de trabajadores chilenos que cotizan en las AFP, que ven hundirse sus ahorros, con pérdidas millonarias.
No somos inmunes a los errores cometidos por otros.
Existe incertidumbre mundial respecto a un cierto sesgo proteccionista en lo económico y xenofóbico en lo migratorio, que tendría el electo presidente Trump. Sólo el tiempo nos dirá cuanto de su discurso estridente, se transforma en políticas concretas en la gran nación del norte.
Nuestra política interna no es ajena a estos avatares. Decisiones de inversión de una empresa criolla, pero que tiene domicilio legal en las Islas Vírgenes británicas, ponen en jaque al sempiterno candidato de la derecha a las elecciones presidenciales del 2017. Nuevamente la faceta de inversor bursátil del ex Presidente Piñera, le pasa cuenta en su carrera política. Fue cubierto en detalle esta situación por los medios Radio Bío-Bío y el diario electrónico El Mostrador. De inmediato fue trending topic, en la red social Twitter, y de ahí saltó a los medios escritos y a la TV.
En un medio como el nuestro donde las empresas propietarias de los medios de comunicación y de las empresas encuestadoras, marcan la pauta noticiosa, vimos con humor los esfuerzos de los medios vinculados a la derecha económica, para tirar “cortina de humo”, sobre estos aspectos de la vida del inversor-candidato. Primero literalmente, al dar cobertura exagerada a los incendios que afectaban a distintas localidades de la zona central. Y luego entrando de lleno en la farándula, con una cobertura inusitada de la detención de un personajillo de la TV local que estafó a medio mundo, y luego se fugó a Rumania.
Aun así, el candidato Piñera inició una baja en su adhesión, en la primera encuesta CADEM donde se midió el impacto. Pese a que no se consultó por las inversiones en paraísos fiscales, que es hoy por hoy, el tema más candente de ese caso.
Son tiempos muy difíciles para tratar de re encantar a los electores, la ciudadanía está más preocupada de llegar a fin de mes, y de cómo enfrentar los gastos de navidad y de fin de año, que de decidir quién conducirá a Chile desde el 2018.
El gobierno de la presidenta Bachelet, ha tenido que lidiar con sucesivos chascarros, y errores no forzados, asimismo, la coalición gobernante. La Nueva Mayoría prácticamente desde la fallida inscripción de las primarias municipales en el SERVEL, no ha dejado de estar en las portadas de los diarios, por diferencias intestinas, ventiladas públicamente. Todo lo anterior agravado por el magro resultado en la elección municipal, donde debió conformarse con derrotar a la derecha en elección de concejales, con 7% de diferencia a favor.
Entrando el fin de año, la designación de los nuevos integrantes del gabinete, debiera ser la oportunidad de cerrar filas, y apretar el paso, para concluir la agenda de gobierno. Está claro que las transformaciones iniciadas con la gratuidad educacional, el fin del binominal, la reforma tributaria. Y lo que será la propuesta de nueva constitución para Chile, constituyen hitos, que junto a la despenalización del aborto en tres causales, y el fin del reemplazo en huelga, ponen al gobierno de la Presidenta Bachelet entre los gobiernos que mayores cambios ha impulsado en la sociedad chilena.
Cuanto de esta transformación se traducirá en apoyo electoral para consolidar esta senda?, está por verse, ya la historia reciente demostró que incluso concluyendo una administración con altas tasas de aprobación (Bachelet uno y gobierno de Piñera), no se garantiza el éxito electoral de la coalición del mismo signo.
El clima político está tensionado por las denuncias que impactan al candidato de la derecha, y el fin de año sorprenderá a los actores políticos en medio de las definiciones de candidaturas para las presidenciales del cada vez más cercano 2017.
Qué podemos hacer nosotros? Salir de la apatía, romper el círculo vicioso de la desafección, el desinterés y la abstención, tomar partido, jugársela por una opción, y luego acompañarla en las urnas. Lo peor que podemos hacer por nosotros mismos y por nuestros seres queridos es dejar que otros decidan.
Recuerden a nuestros amigos gringos, lamentándose y marchando por las calles, en contra del electo presidente billonario Donald Trump, y recuérdense a Ustedes mismos, votando el 2009 por otro  candidato millonario, y todos  lamentándonos después.



viernes, 26 de agosto de 2016

EL DÍA DE LA MARMOTA


            La última encuesta CEP, y toda su alharaca posterior, nos trajo de nuevo a distinguidos y muy conspicuos personajes, que en los canales de TV y medios de prensa, explican con voces altisonantes los designios del oráculo. Es como la versión chilensis de “El día de la marmota”, aquel film donde Bill Murray viaja a un pueblito a reportear, la tradición que permite “predecir” si el invierno concluirá pronto, o durará aún 6 semanas más, dependiendo del comportamiento de la marmota al dejar su hibernación. Bill queda atrapado en el pueblo, obligado a vivir cada amanecer, el mismo día, una y otra vez, en una sucesión interminable de jornadas. Como en las peripecias de Bill Murray, el anuncio de una nueva tanda de vaticinios de la CEP, provoca gran alborozo en los medios, y en el mundillo de la élite política, como si fuese la primera vez.
            Tampoco nosotros pudimos sustraernos al rito, y vivimos nuestro propio “día de la marmota”. Revisadas las cifras se aprecia una definición discrecional de los temas sobre los que se pide opinar a la ciudadanía. No se considera el  tema de las pensiones, por estos días el tema más comentado, y que ha dado lugar en los últimos meses a las marchas más masivas, desde el retorno a la democracia. El reclamo por terminar con el sistema de AFP, sin ninguna sutileza se omitió de la encuesta.
            Los cerebros del CEP asimismo, tuvieron a bien, excluir de la medición, los casos de colusión empresarial y cohecho, limitándose a incluir el tema de la corrupción de “funcionarios públicos”, donde más del 90% de los encuestados manifiesta nunca haber sido víctima de petición de pagos o de coimas, por parte de funcionarios públicos, lo que echa por tierra la pertinencia de la pregunta. Y hace más evidente la omisión de la corrupción de la gran empresa.
            Lo más interesante de esta entrega, a mi juicio, lo representa la consulta acerca del grado de felicidad de los encuestados, con su propia vida. Absolutamente mayoritario con cerca del 70% de personas que se declaran “totalmente satisfechos” con su vida, así como sienten en un  20% que las demás personas están satisfechas con sus vidas. De algún modo, esta sencilla pregunta, estaría dando cuenta de una cuota de optimismo, que contradice los discursos agoreros de la élite. Es un mentís tanto para los grandes señores del 1% más rico del país, como también para los jóvenes movimientos antisistema.
            En lo que sin lugar a dudas, existe una gran interrogante es en torno a las preferencias del electorado, ante una eventual elección presidencial. El inversionista Piñera, figura al cabo de dos años de campaña, con un modesto 20% de intención de voto. En tanto el profesor Lagos, figura con un modestísimo 5%, al cabo de un mes de declaraciones vacilantes, que “no confirman, ni niegan”, una eventual campaña presidencial. Surge con gran sorpresa como la figura política con mejor evaluación, el periodista  Alejandro Guillier, quien desde  su labor como  conductor de noticieros de TV goza de la credibilidad que la ciudadanía le niega a los políticos tradicionales. Sin embargo, ante la pregunta presidencial, sólo un 1% señala que le gustaría como futuro Presidente de la República. Mismo resultado obtiene el actual Agente ante La Haya, José Miguel Insulza.
            De las personas encuestadas,  cerca del 70% no sabe o no contesta quien le gustaría o quien va a ser el próximo Presidente de la República. En otras palabras, la inmensa mayoría de los encuestados, estima que el tema de la presidencial de 2017, no es prioridad en este momento.
Este escenario introduce un grado de incertidumbre para la que no están preparadas las élites. Acostumbradas durante décadas a la tibia certeza del binominal, a la solidez de los metálicos aportes a las campañas políticas, y a un orden de cosas inalterado en lo esencial desde la dictadura. Los grandes y poderosos que periódicamente concurren al rito de la marmota, ya no encuentran allí los signos que les permiten avizorar el fin del invierno.
Es significativo que en momentos en que surgen voces de la calle, exigiendo aquello que no estaba en los planes de nadie, y en un estado de cosas, en que en Chile ni un solo abuso ni colusión empresarial, pasa desapercibida. La élite ponga la misma música de siempre, pretendiendo adormecer a los trabajadores, a los ciudadanos, a los estudiantes, al pueblo mismo.
Tal ha sido la pérdida del juicio de realidad de la élite, que hace menos de dos meses, el candidato Piñera iniciaba su gira de pre campaña por Chile, acompañado ni más ni menos que por el Pdte. de la asociación de AFP su ex ministro Pérez Mackena. En la semana siguiente irrumpía, en un montaje comunicacional  en defensa de la industria, el hermano del candidato, y creador de las AFP, José Piñera.
Será que estamos en los albores de una nueva era, donde las grandes masas de trabajadores, ciudadanos, estudiantes, adquieran el nivel de consciencia que les permitan construir un nuevo orden. Por cierto que sólo un exceso de optimismo, haría asumir que ese proceso de va a ser inmediato, y mucho menos de que el mismo, dependa de los próximos eventos electorales. Sin embargo, parece evidente que el viejo orden aquel que defiende “granjerías y privilegios que el sistema capitalista ha dado a unos pocos”, ha llegado a un nivel de deterioro en el imaginario colectivo, que no puede menos que sucumbir.
Cada uno de quienes reflexionamos en el Chile de hoy, tenemos la obligación de hacerlo en el colectivo. El momento actual requiere de darse cuenta, adquirir consciencia del propio valer, sólo en conjunto con los otros,  los millones de trabajadores y trabajadoras chilenos, podremos sentar las bases de una nueva forma de convivencia social y política, dotada de legitimidad, que nos permita reemplazar un sistema anquilosado. Por cierto, y en la más concreta, eso requiere transformar el pensar en acción, salir de la comodidad del Smartphone o el Tablet, dejar la participación virtual, para ir a la participación real. Ir a las marchas contra las AFP, discutir en el sindicato, en el club deportivo, en la asamblea estudiantil. Y por supuesto, participar en el régimen democrático, es votar. No dejar que otros decidan. Ese es el primer paso para un cambio más trascendente.


            

martes, 24 de mayo de 2016

21M EN LAS CALLES DE PANCHO

21M EN LAS CALLES DE PANCHO

A propósito de las duras imágenes de Valparaíso, que todo el país pudo ver por televisión el 21 de Mayo, nos surgen, como a la mayoría del país, una serie de inquietudes. Desde la obvia pregunta, quienes son y qué pretenden estos sujetos?, nadie ha salido a revindicar el ataque e incendio a farmacias, establecimientos comerciales y al edificio del Concejo municipal de Valparaíso. Pero las imágenes hablan por sí solas, existió coordinación, planificación, y la ejecución premeditada de las acciones que condujeron, al lamentable fallecimiento de un trabajador municipal. Cada vez resulta más evidente la existencia de grupos autodenominados “anarquistas” en el medio universitario, éstos aprovechan cada convocatoria a marcha, movilización, paro o huelga, para copar el espacio público, y a la sombra de la multitud que se manifiesta pacíficamente, realizar desmanes y destrozos, con una violencia que no se veía en las calles de Valparaíso desde la dictadura.

En este contexto son destacables las declaraciones de los ex líderes estudiantiles Vallejo, Jackson y Boric, rechazando las acciones violentas, y lamentando que producto de estos hechos haya fallecido un trabajador. El mensaje es claro y simple, nada justifica transformar la protesta o la movilización social en una danza de muerte y destrucción.

Cuanto de esta reflexión de los jóvenes parlamentarios, permea a las organizaciones estudiantiles y sociales en general, está aún por verse. Falta todavía un compromiso amplio y transversal de todos los sectores sociales por el respeto a la vida, y a la convivencia en paz en nuestra sociedad. Un consenso mínimo ético, sin el cual nada podrá construirse sobre base sólida. El respeto por los otros, es esencial al sistema democrático, y los estudiantes de secundaria debieran saberlo. No se es más listo, ni más revolucionario, ni más progresista porque se grite más, o se tenga la audacia de irrumpir, bajo engaños, en el mismísimo palacio de La Moneda.

En tiempos en que es mal visto, reprender o llamar la atención a los jóvenes por las conductas impropias o incorrectas, se extraña la presencia de los padres y las madres, responsables primeros de la formación de los futuros ciudadanos, los futuros trabajadores, los futuros científicos. Como he dicho, celebro las palabras de los líderes estudiantiles que llegaron al parlamento, sin embargo se requiere más compromiso. No se puede por la mañana lamentar los hechos de violencia y destrucción del 21 M, y por la tarde respaldar a una de las organizaciones convocantes, que responsabiliza a la Presidenta por lo ocurrido.

Existe una profunda fractura entre la realidad de los millones de trabajadores que viven endeudados, con sueldos miserables y jornadas extenuantes, y  quienes salen a la calle, no para expresar una idea, ni apoyar una causa, sino para dañar o destruir.
Las organizaciones sociales de Valparaíso deberán asumir el protagonismo que corresponde, para cuidar de su ciudad, patrimonio de la humanidad, pero más importante que eso, para velar por la seguridad de sus conciudadanos, y de sus compañeros trabajadores. El tema no se resuelve con más carabineros en la calle, se resuelve con más organización social. Hacerse cargo de esta responsabilidad es un deber para los militantes de izquierda, ya que no existe nada más reaccionario que dañar a la propia clase trabajadora, mientras  predico la defensa de la misma.

Los verdaderos “luchadores sociales” son los que están insertos en el tejido social, no aquellos que financiados por la tarjeta de crédito de un padre distante, pueden darse el lujo de comprar herramientas y otros elementos, sólo para ir a destruir el mobiliario público.

A los jóvenes estudiantes sugiero la lectura de un viejo libro, cuyas ideas están muy vigentes “Revolucionarismo pequeño burgués”: anarquismo, trostkismo, maoísmo, de Boris Leibson. Verán allí que la pulsión por  la violencia en política, ha estado presente antes, como lo está ahora. Cómo procesamos esta pulsión para producir dentro del movimiento social, frutos saludables para el progreso humano, es un maravilloso camino de aprendizaje, que va muchísimo más allá de la emoción fugaz del enfrentamiento callejero.


lunes, 25 de abril de 2016

REFLEXIONES DE ABRIL



Las exequias fúnebres del ex Pdte. Aylwin, fueron el marco para una serie de discursos, donde personalidades públicas como la Presidenta Bachelet, o la actual Presidenta del PDC, Carolina Goic, instalaron en  el debate nacional, la necesidad de tomar del extinto don Patricio, alguna de sus señas más características, el respeto, la tolerancia, su vocación por el dialogo. Yendo más allá, incluso la senadora Goic, imitó el perdón de Aylwin por las violaciones a los derechos humanos, pidiendo esta vez perdón por los escándalos de corrupción, que han aumentado el descrédito en los partidos políticos y en las instituciones.
Cuanto de ese espíritu de diálogo y entendimiento, de encuentro en torno al funeral de estado, ha permeado a la ciudadanía está por verse. Los problemas de nuestra democracia –aunque suene a eslogan de campaña-, se resuelven con más democracia. Y en momentos en que estamos inmersos en pleno proceso de discusión constituyente, nada debiera distraernos como sociedad de la noble y trascendente tarea, de participar en la construcción de la casa común.
Por todo lo anterior, nada resulta más ajeno al espíritu de diálogo y encuentro, y por qué no decirlo, ajeno al más puro sentido republicano, que el episodio de la fallida inscripción del pacto electoral de la Nueva Mayoría en el SERVEL. De verdad que ni los más enconados adversarios de la alianza de gobierno, daban crédito a lo que pasó. Un autogol de proporciones, y sin clara formula de solución.
Fingir que estos son “temas políticos”, que no interesan a la ciudadanía, es otro profundo error. Los ciudadanos están observando a sus líderes de opinión, a las autoridades políticas, a sus representantes en los municipios y en el parlamento. Nadie puede deslindar su responsabilidad en la no inscripción del pacto que permitiría por primera vez primarias legales a nivel de alcaldías. Por ello, que buscar la solución para este entuerto, no pasa por la revisión de la decisión original del SERVEL, sino que pasa por tomar la decisión política de abrir a la decisión ciudadana, qué liderazgos esperan que los representen mejor.
Sin lugar a dudas, que existen muy valiosas personas ejerciendo por largas décadas, exitosas experiencias de gestión urbana y territorial, en muchos municipios de Chile. Estos liderazgos no están en riesgo en una primaria, sólo se verán fortalecidos y ratificados. Por el contrario, quienes temen enfrentarse a la opinión ciudadana, son precisamente quienes no han sabido encarnar los más caros anhelos ciudadanos, y no pueden exhibir éxitos de gestión. En el peor de los casos, tenemos aquéllos que no sólo no han cumplido con la ciudadanía por no tener una gestión eficaz y eficiente, sino además, exhiben sólo conflictos y judicialización durante sus mandatos.
El coraje de pedir perdón que tuvo en su oportunidad el Presidente Aylwin, los gestos de la Presidenta de la República para resaltar la vigencia de valores que encarnó el ex gobernante, y las palabras de la Presidenta del PDC, conminando a los dirigentes políticos a hacerse cargo de las innumerables veces en que se ha actuado al margen de la ciudadanía. Más que simples declaraciones, constituyen en sí hechos políticos que deben producir en el corto plazo un cambio profundo en la forma en que se relacionan los partidos y sus dirigentes con el electorado al que dicen representar. El reclamo por más transparencia, más participación, por descentralizar las decisiones, ha llegado para quedarse, y se debe dar respuesta ahora, en lo inmediato, aprobando la realización de primarias para definir los cargos de votación popular.
Cómo salen del atolladero los partidos de la Nueva Mayoría? Resolviendo realizar primarias en todo lugar donde exista más de un contendor para un mismo cargo. Abrirse al escrutinio público desde la partida, dejar que los ciudadanos decidan, no sólo los del Gran Santiago, como ha sido hasta ahora, en decisiones cupulares que adopta una minoría de dirigentes políticos, a la usanza del siglo XIX.
Nuestra democracia se fortalece y se protege con más democracia. Si queremos en serio que todos y todas construyan la casa común, hay que devolver al pueblo lo que al pueblo pertenece, es éste la fuente y el origen del poder en una sociedad democrática. Deben ser los ciudadanos y ciudadanas quienes a través de primarias   elijan a sus candidatos. Sólo así habremos honrado la memoria de quienes ofrendaron sus vidas para recuperar la libertad y derrotar la dictadura.





lunes, 21 de marzo de 2016

LA VISITA DE OBAMA Y OTRAS YERBAS

La visita del Presidente Barack Obama a Cuba, ha despertado innumerables reacciones, así por ejemplo, el  ilustre militante Silvio Rodríguez,  recientemente compartió su apreciación, y la de sus cercanos, acerca de la histórica visita. Con claridad y sencillez el ídolo de la trova cubana, hace ver su positivo escepticismo, es buena la visita y el acercamiento, pero que se dé al término de un mandato presidencial, y con minoría en el congreso, no garantiza ni mucho menos, que esté cerca el fin del bloqueo.
De este modo, a ojos de parte de la población cubana, el líder de la súper potencia, brinda gestos de buena crianza y políticamente correctos por doquier, cumple con todos los ritos que el protocolo “revolucionario” establece, y muy por sobre todo, juega el rol que le gusta jugar, hace historia con su visita, y se aproxima, al menos en el discurso, a esa figura tan temprana e inmerecidamente galardonada con un nobel de la Paz.
La esposa de Silvio Rodríguez, dice que “ya quiere que terminen estos 3 días de visita, y lleguen los Stones”, una hija agrega, que espera que se relajen las normas para obtener visa de turista, y poder viajar a ver a su madre, que en los ochenta escapó en el Muriel. Un nieto plantea lo mismo en relación a poder visitar a su padre que reside en suelo estadounidense.
La tónica de las familias separadas, por decisiones políticas que provienen de la guerra fría,  pareciera un mínimo común denominador, tanto de los militantes del gobierno como de la disidencia. Algunos en tuitter decían que Yoani Sanchez la conocida bloguera cubana, iba a tener que buscar otro empleo, porque después de este viaje, se vendría un período de comunicaciones más abiertas y menos controladas, que lo harían innecesario.
Desde luego que es apresurado, sacar conclusiones sobre la visita, el régimen hasta ahora ha procesado sin grandes cambios, visitas igual de importantes, como la del Papa. Lo que de veras es importante, es el reconocimiento que hace el Presidente Obama, en la propia tierra cubana, de que serán los cubanos quienes decidirán su destino. Esto que parece una perogrullada, en el contexto de guerra fría, parecía impensado. Es ni más ni menos, una declaración explícita sobre la intervención norteamericana.
Es claro que la población cubana, el pueblo de Cuba, es una comunidad profundamente politizada, en un sentido o en otro, los cubanos tienen una clara opción política. A nadie deja impávido el proceso que se está viviendo, todos tienen opinión, y si de pronto se convocara a la población a la asamblea constituyente, el proceso sería masiva y entusiastamente desarrollado.
De pronto recuerdo a fines de los años 80’ en Chile, el proceso de transición a la democracia, la participación en el plebiscito del 88, las primeras elecciones abiertas y vinculantes. El anhelo de libertad y democracia estaba en ebullición, el movimiento popular hervía en las poblaciones y en los frentes sindicales y estudiantiles.
Con la perspectiva del tiempo, se comprende por qué en el Chile de esos años,  los poderes fácticos pactaron una salida que evitó llamar al pueblo a la asamblea constituyente. Una negociación de la cual se desconocen muchos aspectos, pero que se puede presumir, fue sobre la base de respetar el orden público económico de la dictadura. Libre mercado casi sin freno, leyes laborales permisivas y flexibles para el empleador. Todo hecho a pedir de boca del gran capital.
Tuvieron que pasar casi 30 años para que se empezara a hablar en Chile de asamblea constituyente, y es precisamente ahora, con una  población, con mínima participación en organizaciones sociales, partidos políticos, o iglesias, individualista, presa del consumismo, y esclava del dinero de plástico.  Una sociedad despolitizada, que es presa fácil de las ofertas populistas.
La Cuba de los Castro no es la Cuba de Batista, eso es indudable. Los progresos en desarrollo sanitario y educacional están a la vista. Sin embargo como en todos los regímenes de partido único, resulta muy difícil sostener que reina allí la libertad y la democracia. Una transición hacia un régimen que admita la competencia electoral con plenas garantías para todos, y el respeto de las opiniones diversas, es un desafío muy complejo de implementar, pero sin el cual, dará exactamente lo mismo, la visita del Sr. Obama.
Por ello, traigo a la memoria nuestra transición a la democracia, porque no da lo mismo la forma en que se haga, en Chile se hizo sobre la base de mantener la primacía absoluta del capital por sobre el factor trabajo. Sobre la base de conservar estructuras que garantizaran poder de veto a las fuerzas políticas herederas de la dictadura. Y ahora vemos de qué forma estaban imbricadas las influencias del gran capital con los intereses bastardos, de políticos de un amplio abanico de partidos.
El régimen que impera en Cuba, ha sido idealizado por varias generaciones de militantes de izquierda a lo largo de los años, muchos de nosotros hemos valorado, y valoramos, la apuesta por el desarrollo humano, por la infancia, por la mujer, por la dignidad. Sin embargo, el anhelo de libertad –que leyendo a Silvio Rodríguez, vemos que no es una declaración en contra del gobierno-, está a la base de la construcción de cualquier sociedad que aspire al socialismo. Esto lo supo tempranamente el Presidente Allende, de ahí sus grandes discusiones con Fidel Castro, y de ahí también la admiración del compañero Ernesto Che Guevara “ Salvador Allende, quien pretende hacer lo mismo, por otros medios”. Cómo conjugar estos principios básicos, es un complejo juego de pesos y contrapesos, que sólo un régimen plenamente democrático puede cautelar.

El pueblo cubano, es soberano para decidir su destino. La dignidad y el coraje que ha demostrado en estas décadas, le han ganado el respeto de los demócratas del mundo entero, y por  cierto el apoyo y solidaridad de los socialistas chilenos.

martes, 23 de febrero de 2016

MAS ALLÁ DEL FESTIVAL DE VIÑA



Transcurrido un año desde los luctuosos hechos del verano 2015, la actividad política chilena parece ir de tumbo en tumbo, girando hasta lo que ayer se creía el subsuelo, y ahora sólo es otro nivel, bajo el cual se puede seguir descendiendo. Las formalizaciones de PENTA, SQM, y CAVAL, amén de otras que podrían venir en otras “aristas” de la investigación penal-tributaria que lleva adelante la fiscalía, dan el marco para un escenario en el cual, las profundas transformaciones que lleva a cabo el gobierno de la Presidenta Bachelet y la Nueva Mayoría, se subvaloran, se descalifican, y en el mejor de los casos, se miran con sospecha.

El marasmo en que ha entrado el proceso político, permite que grupos de interés tan diversos como ciertos gremios del sector público, o el poderoso lobby “camionero”, incurran en acciones de fuerza, que ponen en jaque el normal desarrollo de la vida de millones de personas. El clima de descrédito hacia la actividad pública, facilita el discurso populista. Los líderes del mundo social, económico, y político se sienten inhibidos de convocar, de convencer, de conciliar.

En el escenario actual, el ataque aleve a la honra de las personas, la mofa grotesca y simplista de las figuras políticas es el forraje suculento con que se alimenta el show business. Como ha sido tradicional en Chile desde la dictadura, los medios hacen su ganancia con el discurso “apolítico”.  Grandes figuras del humor nuestro se consagraron haciendo reír al dictador, repitiendo frases injuriosas, con que se menoscababa a “los señores políticos“.

Claramente, dejamos atrás ese escenario siniestro y sanguinario, pero no puede negarse que en los medios se nota un tufillo, que está muy lejos del sano y libre ejercicio de la libre expresión, y parece más bien, un ejercicio planificado de demolición del adversario.

Es ilusorio pensar que en el escenario electoral que enfrentamos, la dinámica de los actores vaya a cambiar mucho. Por lo que se vuelve más relevante el esfuerzo que deberá hacer la administración para poder cumplir su programa de gobierno.

En este sentido, la gran tarea, la “madre de todas las batallas”, es el compromiso de generar una nueva constitución. La transición va a concluir, cuando dejemos atrás los enclaves autoritarios, y la constitución de Pinochet.

El proceso de generación de la nueva constitución, nos convoca a todos, no sólo al pacto de gobierno. Incluso los más encendidos militantes antisistema, tendrán cabida en los diálogos y cabildos. Si lo decías por las redes sociales, y lo gritabas en las calles, por qué no decirlo en la asamblea constituyente.

Hoy en día, estamos siendo convocados a la elaboración de un nuevo pacto social, al mismo tiempo que estamos en el reino de la desconfianza y de la decepción. Como sobreponernos a la falta de entusiasmo, a las ganas de “irse para la casa”? Cómo re encantar a las grandes mayorías para entrar de lleno en la construcción de las bases de la futura sociedad?

Creemos que las personas son por naturaleza buenas, actúan de buena fe, y la excepción las hay mal intencionadas, falaces, o derechamente corruptas. En la distinción, está la clave de la convivencia social. El re encuentro nacional, que implican los diálogos y cabildos constituyentes, requieren que todos nosotros seamos capaces de mirar más allá de la pantalla del Smartphone, requiere de la reunión física con nuestros vecinos y conciudadanos.

Lejos de las caricaturas  y de la alicaída imagen de los actores políticos, el tiempo presente nos conmina a la acción, a salir de nuestras casas, nunca antes en la vida republicana fue tan importante la participación como ahora. Por ello, no dejarse amilanar por las acciones mediáticas (siempre interesadas), e incorporarse con energía en la noble tarea de construir y de ser “dueños de nuestro propio destino”.