domingo, 29 de noviembre de 2020

UN PASO MAS A LA REGION QUEREMOS

   Un poco mas de una hora y media, después del cierre de las mesas de votación, ya se conocía en Magallanes el resultado de la totalidad de las mesas. Como en anteriores ocasiones, una votación ejemplar. Casi siete mil personas votaron en la región, pese a que estamos en cuarentena, y con altos niveles de positividad. Sólo votaban en esta los independientes y los partidos de centro izquierda. No votaba ni los partidos de gobierno, ni los del Frente amplio ni los comunistas.  La única elección parecida, es la consulta ciudadana que hicimos en Punta Arenas, en 2016 para zanjar el candidato a alcalde. También voluntaria, sin cuarentena, ni restricciones de ninguna especie, y votaron 5 mil personas.

            El resultado fue un holgado triunfo para el candidato independiente Jorge Flíes Añón.  El doctor Flíes, consolida su liderazgo sobre un amplio espectro de ciudadanos, y se perfila como el   candidato más fuerte, con miras a abril de 2021.  El proyecto de la “Región que queremos”, evoca lo que fuera el eslogan del Plan de zonas extremas. La región que quiero. Este es un proyecto de convocatoria amplia, al que se han unido vecinos de todas las comunas de la región, aún de las localidades más distantes.  La tarea que se inicia ahora, es de construir con participación en todo el territorio, lo que será un plan de desarrollo para los próximos años.

            Estamos viviendo tiempos muy estimulantes. Ad portas de la elección del gobernador regional de Magallanes, coincidirá con la elección de constituyentes y elección de alcaldes. Será la oportunidad de generar una práctica, de participación mas concreta.  Serán los propios vecinos, en cada comuna, quienes podrán poblar el programa, el plan de desarrollo futuro.

            Una práctica que debieran replicar alcaldes, constituyentes, y también parlamentarios y candidatos presidenciales. Consultar previo a la elección, de modo que sus propuestas obedezcan a necesidades concretas.

            Es posible que las personas, excedan con sus peticiones, o sus sueños, lo que pudiera realizarse en un período de 4 años. También, que se efectúen peticiones, que correspondan mas bien, a mejoras en eficiencia de servicios públicos.  Eso se resuelve con claridad en la información, y con la traducción a iniciativas concretas, de los planteamientos de la ciudadanía. La responsabilidad está en formular un plan que contenga los anhelos, las peticiones de los vecinos, con estimaciones de plazos y montos de inversión.  

            El éxito de la “Región que queremos”, depende no solo del liderazgo de un candidato como Jorge Flíes, depende de que las fuerzas sociales y económicas, vecinos, trabajadores y empresarios, se sientan adecuadamente convocados. Y esa es la tarea de estos meses, hasta la elección de abril. Tenemos desafíos impuestos por la pandemia. Debe enfrentarse con rigor el problema sanitario, reducir la positividad, aumentar la trazabilidad. Por otra parte, debe instalarse un potente plan de inversiones público-privadas, que nos permita retomar la creación y recuperación de empleos.

Las expectativas de la gente son muy grandes, en Magallanes, necesitamos estabilidad, liderazgo, seriedad. La segunda administración del presidente Piñera, incurrió en errores similares que en la primera. La seguidilla de intendentes e intendentas, que hemos tenido, no han permitido generar la gobernabilidad, la seriedad, que una región como Magallanes, merece.

            Con el macizo triunfo de este día, se traza un camino, se da una señal muy clara, la población quiere un liderazgo claro, con conocimiento y experiencia. No sólo en la gestión de la región, que durante 2014 a 2018, tuvo cifras ejemplares. Sino también en el trato cercano, respetuoso pero cálido, que Jorge Flíes mantiene con cientos de personas, día a día.

            Es momento de la gran política, de esa que mira al bien común, mas que al color o a la etiqueta de cada uno.  Es momento de avanzar con todos y todas, para construir nuestro plan de desarrollo.  Debemos retomar y continuar, la conectividad terrestre, marítima, aérea, y digital. La inversión en ciencia y tecnología, retomando el Centro Antártico Internacional. Debemos continuar con el desarrollo de nuevas fuentes de energía, incorporando el desarrollo del Hidrógeno Verde.  

Pero hoy es el momento de escuchar nuevamente a los magallánicos y magallánicas, recoger nuevamente sus sueños y aspiraciones, para construir en conjunto, mejorando sus condiciones de vida.

             La “Región que Queremos”, está ahora, un poco más cerca, y hoy somos muchos más siguiendo el mismo camino.

Ernesto Sepúlveda Tornero

domingo, 22 de noviembre de 2020

MAGALLANES Y EL HIDROGENO VERDE

 

Recientemente la región de Magallanes ha sido noticia a nivel nacional. Por el lanzamiento del proyecto de Hidrógeno verde, que una alianza público privada pretende desarrollar en nuestra región. Se trata de una inversión multimillonaria, para desarrollar, la que se espera sea la fuente de energía limpia e inagotable del futuro. En palabras simples, el proyecto busca instalar una planta de generación eólica, que surtirá de energía eléctrica al proceso químico. El Hidrógeno se obtendrá, extrayendo del agua la molécula de hidrógeno, mediante un proceso de electrolisis. Luego, se extraerá CO2 del aire para generar metanol, y combustible sintético. Esta gasolina, podrá usarse en vehículos convencionales. Y no generará emisiones contaminantes.

En el mundo, se proyecta que será el Hidrógeno, el que reemplazará a los combustibles fósiles, contribuyendo a las metas globales, de reducción de emisiones de CO2. Expertos del rubro señalan que será determinante, para que prospere el proyecto piloto de Magallanes, el menor costo de producción que podría tener. Considerando nuestro potencial de generación eólica. Sin embargo, un piloto similar se desarrolla en el desierto de Atacama. La generación solar, permitiría allá contar también con una fuente inagotable de energía limpia.

La posibilidad de que el proyecto tenga éxito en Magallanes, depende de razones técnicas y económicas, pero también de la colaboración y el convencimiento de las autoridades. Proyectar a Magallanes en un productor de Hidrógeno verde, situaría a la región en el escenario mundial. Debemos incorporar estas nuevas perspectivas, en la nueva Estrategia de Desarrollo Regional. Debe involucrarse el gobierno regional, como lo hizo en el pasado cofinanciando el campo eólico de Enap. Debe hacerse presente nuestra Universidad regional, aportando técnicos e ingenieros, que participen desde la etapa inicial del proyecto. Pero, asimismo, debe establecerse con claridad, que espera la región de una iniciativa como esta. La trasferencia de conocimientos, la posibilidad de apalancar proyectos complementarios. A la región le interesa participar en el desarrollo de las energías del futuro, pero con un impacto real en la población.

Con toda seguridad, nadie había sospechado siquiera, que Magallanes estuviera con una perspectiva de desarrollo, tan clara y tan cercana. Pero necesitamos concretarla, y para eso debe existir un trabajo coordinado de los desarrolladores privados, de Enap, de la UMAG y el gobierno regional. Ese liderazgo debe asumirlo el gobernador regional electo por la ciudadanía.

Tenemos la posibilidad de diversificar nuestra matriz energética, y aportar también a la generación de energía a nivel nacional, exportando combustibles sintéticos, no contaminantes. El futuro desarrollo de proyectos de infraestructura portuaria, generando un nuevo polo de desarrollo y logística, abren para Magallanes perspectivas únicas que no podemos desaprovechar.

La inversión pública desarrollada en conectividad   terrestre, marítima, aérea y digital, con el plan de zonas extremas, nos mostró hacia donde podemos apuntar como región. Son inversiones cuantiosas pero necesarias. Hoy debemos asegurarnos de que esos proyectos de inversión pública se concreten, y continúen su ejecución, sin importar el gobierno de turno. Es el camino para generar incentivos para la inversión privada y la generación de nuevas posibilidades de emprendimiento.

No existe otro modo de alcanzar el desarrollo. Ni existe otra forma de mejorar la vida de las personas. En la zona extrema, se requiere contar permanentemente con nuevas ideas, nuevos proyectos, y nuevas inversiones. La pandemia demostró, la fragilidad de nuestro modo de vida. La fragilidad de muchas actividades, que se proyectaban con fuerza hace un par de años. En la definición de la nueva estrategia de desarrollo regional, deberá considerarse, qué actividades han resistido mejor, y están en mejores condiciones de crecer. Y cuales actividades van a requerir de un apoyo más decidido para retomar su empuje.

Las nuevas perspectivas que se abren con el Hidrógeno verde, son muy grandes. Debemos prepararnos para aprovechar como región, las potencialidades, las alternativas que se abren. Conseguir que los frutos de ese incipiente desarrollo, lleguen a todos los habitantes de la región, será la tarea del nuevo gobernador regional.

Ernesto Sepúlveda Tornero

 

domingo, 15 de noviembre de 2020

UN AÑO DIFERENTE

 

                        El 2020 ha sido el año, en que han partido de decenas de miles de personas en Chile, y millones en todo el mundo, por la pandemia Covid. El año en que tuvimos que encerrarnos en nuestras casas, en nuestro espacio doméstico, para hacer aquellas cosas que por naturaleza hacemos fuera de ellas. El trabajo y el estudio, a través de las plataformas electrónicas, internet, PC, Tablet, notebook, y smartphone, ha sido lo cotidiano. Ha sido el año de la reducción al mínimo del contacto físico entre las personas. También ha sido el año, en que todos los países, mas allá de la línea política que los gobierna, se han volcado a la revalorización de lo público. Incluso en los mas neoliberales, parece no ser tan buena idea, el haber reducido los sistemas públicos de salud, y los sistemas de seguridad social.

                        Este año ha sido también un tiempo de eclosión, es decir, tiempo en que rompen su cascarón y salen del huevo, movimientos sociales, políticos, en todo el mundo. Y lo hacen mas allá de las categorías tradicionales, del eje izquierda-derecha. Lo más cercano y más claro, es la movilización sin precedentes en Estados Unidos, para derrotar en las urnas, al paladín de la regresión conservadora a ultranza.

                        En Chile, hay que regresar un poco más atrás. En el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, se impulsó una agenda de transformaciones sociales y políticas, que parte de la élite desechó de plano. Sectores conservadores que integraban su propio gobierno fueron obstáculo para concretarla. Pero también los sectores más radicalizados de una izquierda de nuevos rostros. Se acuerdan del “da lo mismo quien gobierne”, “Piñera y Guillier, la misma cuestión”. El tiempo le dio la razón a la presidenta Bachelet. Un proceso constituyente desplegado en todo el país, con más de 200 mil personas participando de Encuentros locales autoconvocados. Las propuestas elaboradas en todo Chile, terminaron en un proyecto de ley de nueva constitución, que incluía la realización de plebiscito y asamblea constituyente. Suena conocido.  

                        Otro gallo cantaría si se hubiese dado continuidad a ese proceso. Pero se optó, por lo contrario. Y terminamos ahora tratando de hacer algo similar, pero presionados por el tiempo, presionados por la indignación de gente que se siente estafada, por los abusos, por la desigualdad.

                        No es fácil que las personas recuperen la confianza en sus instituciones, que recuperen la confianza en la democracia. Cuando la plataforma de los candidatos se basa en el ataque personal, en las diatribas insultantes. Cuando se basan en campañas de desinformación, en noticias falsas, repetidas en muletillas, y difundidas por los medios afines. Lo que sucede es lo que vemos en Estados Unidos. Que vimos también en Chile el 2017, con la “puerta giratoria de la delincuencia”, “la tómbola de la educación”, “chilezuela”, y tantas otras que sólo engendraron rabia y dolor.

                                    Cuando se ha hecho tanto por degradar la actividad política, no debemos extrañarnos, que quienes nos gobiernen no tengan los méritos, ni las virtudes que nosotros quisiéramos. Y 2020, nos pone ante un espejo, debemos buscar y elegir buenos ciudadanos constituyentes. Debemos elegir por primera vez a quien liderará cada región del país. Estamos obligados, a salir del marasmo, romper la inercia. Lo hicieron, enfrentando mas dificultades, los votantes estadounidenses, y han derrotado a un pésimo presidente. Ellos también deberán trabajar duro para reconstruir la confianza en las instituciones. Pero, ese ejemplo, también nos muestra, que los medios de comunicación, deben tener independencia del poder político. Negarse a difundir mentiras, es un deber ético, cuando se trata de preservar el sistema democrático, y nuestro régimen de libertades. Necesitamos de eso acá en Chile, con urgencia. Para que nunca más un gobernante, esconda su debilidad o incompetencia, en mentiras del tamaño de “estamos en guerra contra un enemigo poderoso”. Es cierto, los votantes no somos dechados de virtudes, y la necedad campea por todos lados. Pero aun nos queda de este año 2020, para enmendarnos en algo. Tenemos decisiones que tomar, y debemos ser muy responsables. La triste y dolorosa experiencia de nuestros hermanos peruanos, nos enseña que, en manos del populismo, se puede destruir un país en poco tiempo. Allí ya llevan 3 presidentes en 4 años, y ya están preparando un cuarto. El último duró menos de una semana.

                                    Este año de decisiones, nos tiene con esperanza. Ya anuncian las primeras pruebas masivas de vacunas contra el Covid. Un sueño de recuperar nuestra vida normal, se ve menos lejano. La alegría y alivio que sentimos miles de millones en todo el mundo, cuando vimos a un calmado Joe Biden, derrotar a Trump.  Nos enseña también que un político de carrera, una persona que entregó su vida al servicio público, tiene méritos de sobra para ser presidente de la nación mas poderosa del planeta. Una lección que debemos aprender acá en Chile.  Aprender a valorar más la experiencia y la sabiduría, y menos la estridencia, y la novedad, del que confunde irreverencia con insolencia. O el que confunde progresismo con populismo.

                                    Con optimismo, y con esperanza de que podremos elegir a los mejores de nosotros, para dirigir las regiones del país. Esperando poder pronto volver a abrazarnos.

 

Ernesto Sepúlveda Tornero

                       

domingo, 8 de noviembre de 2020

UN TIEMPO PARA SANAR

 

                                    Esta semana se efectuó la votación, para elegir al nuevo presidente de los Estados Unidos. También se renovó, la cámara de representantes y el senado. Fue una durísima campaña, donde el presidente Trump, hizo gala de su estilo, desafiante, insultante a ratos. Inundando las redes sociales, y los medios, con noticias falsas, del estilo “Si ganan los demócratas, llegará el socialismo”, “Si eligen a Biden, seremos como Cuba o Venezuela”.  El grado de polarización fue llevado al límite, pero una movilización sin igual de votantes, finalmente le dio la victoria, a la combinación Joe Biden, presidente y Kamala Harris, Vice presidenta. Con una participación del 65% del electorado, fueron estas las elecciones con mayor participación en la historia de los Estados Unidos. El presidente electo Joe Biden, obtuvo más de 75 millones de votos, la mayor cifra obtenida por presidente alguno. Obtuvo de este modo la mayoría absoluta en el voto popular, superando por más de 5 millones de votos a Donald Trump.          Seguramente, muchos se confundieron al ver en la TV, como el día de la elección, el conteo de votos seguía, y seguía, sin parar. Algunas personas incluso, creyeron que el presidente Trump había obtenido la re elección., debido a que el mismo salió diciendo “Yo gané, ya no cuenten más”. Insólitas declaraciones, viniendo del presidente de la democracia más antigua del mundo.

                                    La causa de esta confusión, proviene del sistema electoral existente en los Estados Unidos. Allá la votación popular, que en este caso favoreció ampliamente a Biden-Harris, no determina la elección presidencial. El sistema para elegir al presidente, es indirecto. En cada estado de acuerdo a la votación de cada partido, cada opción elige miembros de un colegio electoral. Son los llamados “electores”, cada estado tiene un mínimo de 3 electores, y va subiendo de acuerdo a su población, Nevada, por ejemplo, elige 6 electores, en tanto Pensilvania, elige 20.

                                    ¿De dónde proviene este sistema electoral?, tan distinto al que tenemos en Chile. El colegio (o conjunto) electoral, fue establecido en 1787 en la convención constitucional de Filadelfia. El propósito de los fundadores de la nación norteamericana, era evitar el surgimiento de facciones o partidos fuertes, que controlaran la votación. También se pretendía que la elección del presidente no dependiera sólo de una mayoría transitoria, o sólo del congreso. Los Estados Unidos tienen la democracia más longeva del planeta, y ha sorteado los avatares de la historia, con pocas modificaciones.

                                    El colegio electoral, está compuesto por 530 electores, y se ha definido que, obteniendo el número de 270 electores, un presidente puede declararse como victorioso. Sin perjuicio de que la votación del colegio electoral, será la que en definitiva lo elegirá presidente. Los electores son designados o elegidos previamente, por los partidos en cada estado.  Ellos tienen el compromiso de apoyar en su votación, al candidato del partido. En la mayoría de los casos, esto ha sido así. Sin embargo, existen algunos casos de electores que han votado por otras opciones, pero asegurándose de no alterar el resultado de la decisión final.

                                    En este momento, aún no concluyen totalmente los conteos de votos, y ya con estos resultados, Joe Biden ha sumado 290 electores, esperándose que llegue a los 306 electores, cuando concluyan totalmente los escrutinios. Ha obtenido una mayoría maciza e incuestionable.

                                    Sin embargo, en un hecho inédito en la historia americana, el presidente en ejercicio Donald Trump, se ha negado a reconocer su derrota. Ha realizado intervenciones en los medios, acusando fraude, robo de votos, irregularidades sobre las que no ha aportado prueba alguna. Su propósito fue impedir que continuara el conteo de votos. Una petición insólita, en un sistema democrático. Intentó a través de un recurso judicial interpuesto en la corte de Pensilvania, impedir que siguiera el recuento. Fue rechazado de plano por falta de fundamento. Sus acusaciones irresponsables y sin fundamento, motivaron a las grandes cadenas de noticias, a sacarlo del aire, con la aclaración de que el presidente estaba faltando a la verdad. Los partidarios de Trump, se reunieron afuera de los lugares de votación, donde los escrutinios les eran adversos, para exigir el término del conteo.  Por su parte la campaña demócrata, movilizó a sus partidarios con el mensaje “Count all votes”, cuenten todos los votos.

                                               Finalmente, como lo habían previsto las encuestas, y lo había anticipado la campaña de Biden, los escrutinios fueron dándole la razón, y la tarde del sábado 7 de noviembre, obtuvo los 20 electores del estado de Pensilvania, su estado natal. Con lo que superó los 270 electores, y continuó durante todo el día, llegando ya a los 290 electores.

                                               Joe Biden, ha hecho gala de una extraordinaria templanza y moderación, llamando a la calma. El contraste no puede ser mayor con un colérico Donald Trump, que, contra los hechos, contra la realidad, y contra el propio pueblo de los Estados Unidos, se ha negado a reconocer al presidente electo. Rompiendo una tradición centenaria de la democracia norteamericana.

                                               La noche del sábado, en su ciudad, Wilmington, Delaware, Joe Biden y Kamala Harris, celebraron su victoria electoral. Un acto cuidadosamente diseñado para respetar la distancia social, y la prevención sanitaria. Se reunieron junto a quienes trabajaron en su campaña, a líderes del partido demócrata, y seguidores más cercanos.  Con palabras que evocaron a su madre inmigrante llegada a los 19 años desde la India, recuerdo de su abuela, y de otras mujeres que la impulsaron en la vida. Kamala Harris, se alza como una figura gravitante en la política de los Estados Unidos. Realzando la importancia de la inclusión de las mujeres afroamericanas, latinas, asiáticas, las mujeres estadounidenses, en todas las actividades de la vida del país, y combatir el racismo estructural. Y una frase que repitió muchas veces en la campaña “La democracia no es un estado, es un acto”, graficando que la democracia requiere de la participación de todos para darle vida, y para defenderla.

                                               El discurso del presidente electo Joe Biden, emocionó a los ciudadanos que luchan por la democracia, por la libertad, en todo el mundo. Palabras como “Decencia, sanar heridas, concordia”, se fundieron en armonía con ejes de su campaña, la acción contra la pandemia, basado en la ciencia. El llamado a los partidarios de Trump, a dejar de lado la confrontación, a buscar el encuentro, la paz. Es inevitable, ver las coincidencias del llamado del presidente Biden, a lo que necesita nuestra propia democracia en Chile. Ver a los demás como miembros de un mismo país, una nación que ha sido crisol de naciones. Un lugar donde convivir en paz, donde cada uno tenga todas las posibilidades de desarrollo. De alcanzar sus sueños.

                                               Somos miembros de la misma familia humana, tenemos la misma necesidad de dejar la confrontación, de construir en paz. Lo que ha vivido Estados Unidos, y lo hemos vivido también acá en Chile. Tanto ellos, como nosotros, tenemos la oportunidad de sentar las bases de una nueva convivencia democrática. Sobre la verdad, sobre los valores mas trascendentes del ser humano.  

                                               Para concluir me quedo con el emocionado discurso de Van Jones, analista político del canal CNN en Estados Unidos, quien en medio del despacho del triunfo de Biden, dijo en medio de lágrimas: "Es más fácil ser padre esta mañana, es más fácil decirles a tus hijos que tener carácter importa, que decir la verdad importa, que ser una buena persona importa (...) Esto es una reivindicación para muchas personas que realmente sufrieron".

Ernesto Sepúlveda Tornero

domingo, 1 de noviembre de 2020

LA REGIÓN QUE QUEREMOS

 


                                                               En Magallanes, y en todas las regiones del país, se realizarán el domingo 29 de noviembre, las elecciones primarias para gobernador regional.  La propia ciudadanía, podrá decidir con su voto, el candidato que la representará en las elecciones del 11 de abril de 2021.

                                                                Podremos por primera vez, elegir nosotros en las urnas a quien conducirá y liderará, un proyecto de desarrollo para Magallanes.              No tenemos excusas, debemos acudir al llamado. Es la oportunidad de poner al mejor de los nuestros al frente de la región. Es una tarea demasiado importante para improvisar. Tenemos un liderazgo probado, con capacidad de gestión y coraje para enfrentar el centralismo. El año 2014, nos invitó a soñar la REGIÓN QUE QUEREMOS, y dedicó los siguientes 4 años, a concretar en un Plan de zonas extremas, las aspiraciones de una región completa.

                                               El desafío que tenemos por delante, es ahora mayor, recuperar la actividad económica y productiva, recuperar la capacidad de generar empleos, y hacer todo eso, guardando las máximas medidas de prevención sanitaria. Necesitamos recuperar la confianza en las instituciones, y definir como lo hicimos el 2014, junto a la comunidad,  los lineamientos de nuestra estrategia de desarrollo.

                                               Son cientos los dirigentes vecinales, gremiales, deportivos, de adultos mayores, que se han sumado a esta convocatoria.

                                               En estos tiempos, más que nunca, hemos tenido presente, la fragilidad de la vida. También hemos podido palpar en carne propia, como se ha hecho patente, con fuerza, el apoyo de la familia, los amigos, la comunidad, el empleador. Es una realidad que nos muestra que el “sálvense quien pueda”, no es opción, cuando queremos que se salven también los demás. Estamos ante un desafío crucial en Magallanes, decidir sobre la región donde queremos vivir. De la decisión que cada uno tome, dependerá el éxito de todos nosotros. Nunca antes en nuestra historia hemos tenido como comunidad, la posibilidad de incidir de esta forma, en el curso que tomará la región.

                                            Con un liderazgo convocante y transversal, podemos recuperar la convivencia, sana y pacífica, que caracterizó por décadas la vida en Magallanes. Podemos fortalecer nuestros lazos sociales y comunitarios, mejorando nuestra calidad de vida.

                                             Pero a la par con ese esfuerzo, y tal como consta a los habitantes de Magallanes, vamos a continuar con los grandes proyectos de inversión en ciencia y tecnología, en conectividad, en energía, en vivienda.  Estamos convencidos, que desde la zona extrema, podemos alcanzar el desarrollo. Si trabajamos todos juntos, dirigentes sociales, trabajadores, estudiantes, empresarios, nuestros vecinos de Magallanes, que nos han visto en sus barrios y poblaciones.

                                                 Estamos todos convocados, el doctor Jorge Flíes viene de vuelta, acompañémoslo votando el 29 de noviembre, en las primarias para Gobernador regional. Para construir todos juntos LA REGION QUE QUEREMOS.

Ernesto Sepúlveda Tornero