En
este momento, en todo Chile, se despliegan esfuerzos mancomunados para avanzar
en la vacunación Covid. Salvo un par de desaciertos por parte de alcaldes, que
no cumplieron el calendario de vacunaciones, el proceso ha sido ejemplar.
Destacado y reconocido transversalmente.
Pareciera
que ya se empieza a ver la luz al final del túnel. Y en buena hora, ya que la
secuela de fallecidos, y personas enfermas, ha golpeado el corazón de miles de
familias por todo el territorio. Pero, no sólo eso, la pandemia ha destruido
emprendimientos y empleos, ha generado sobre endeudamiento de los hogares, y
millones de afiliados a las AFP, han tenido que recurrir a sus ahorros, para
sobrevivir. Según los informes estadísticos del INE del mes de febrero, a nivel
nacional la tasa de desempleo llega a 10,2%, corresponde al trimestre móvil
noviembre 2020-enero 2021. Esta cifra corresponde a 985 mil personas
desempleadas. Asimismo, existen dos millones 199 mil personas, con empleo
informal. La desocupación de mujeres supera a la de hombres, con un 11% versus
un 9,7%. Estas cifras del nivel nacional, se explican por fuertes contracciones
en Alojamiento y servicio de comidas con un -32,3%. Agricultura y pesca con un
-22,3%. Comercio con un -9,1%.
En
nuestra región de Magallanes, caracterizada por un mercado laboral con pleno
empleo, por mas de una década. También se ha producido un aumento del
desempleo. La tasa de desocupación fue 5,5%, aumentando 1,9 pp., respecto a
idéntico trimestre móvil del año 2019; debido al descenso de la fuerza de
trabajo (-10,3%) y a la disminución de los ocupados (-12,1%). En tanto, los
desocupados registraron un alza de 37,2%. La fuerza de trabajo en magallanes es
de 86,870 personas, de los cuales se encuentran Ocupados 82,080 personas, y
desocupados 4,790 personas.
Las
cifras de actividad económica, de los distintos sectores productivos, están en
línea con las cifras de desempleo. Así vemos, que las cifras de ventas de
supermercados en el mes de enero de 2021, de acuerdo al Índice de Ventas de
Supermercados (ISUP) a precios constantes de la Región de Magallanes, registró
un descenso de -15,7%, en relación al mismo mes del año anterior; reflejando
una disminución en el consumo interno.
El sector
pecuario, durante el mes enero de 2021, las cifras de beneficio de ganado ovino
y bovino, disminuyen en -34,9%, respecto del número de animales sacrificados a
enero de 2020. Del mismo modo, se reduce la producción de carne ovina y bovina,
en un -29,8%, comparado con enero 2020.
El sector
hotelero y residencial, de acuerdo a la Encuesta de alojamiento turístico, en
diciembre de 2020 se registraron 4.084 pernoctaciones en la Región de Magallanes,
lo que representa una disminución de -95,6% en doce meses.
Las únicas actividades económicas, dentro de
aquellos declaradas esenciales, que tuvieron desempeños positivos en la región
de Magallanes, son la Pesca y la Exportación.
En el sector Pesca en diciembre de
2020, se registró un total de 20.915,41 toneladas extraídas, considerando
desembarques y cosecha de centros de cultivo. Lo que representa un crecimiento de
46,5%, en comparación a diciembre 2019. El sector salmonero, aporta a esta
cifra con la cosecha realizada en los Centros de Cultivo creciendo un 47,5%. El desembarque pesquero Industrial registró un
alza de 48,1%. Y el desembarque de la pesca Artesanal aumentó 30,4%.
La actividad
de exportaciones, en el mes de diciembre de 2020, en Magallanes asciende a un
monto de 73,7 millones de dólares, lo que representa un aumento de 14,9%, en comparación a los envíos realizados
a diciembre de 2019.
Otros
sectores afectados severamente por la crisis, que no están reflejados en los
indicadores mencionados, son el comercio detallista, el sector gastronómico, el
sector transporte. Todos ellos, beneficiados parcial e insuficientemente, por
los programas estatales. Cierre de locales, envío a trabajadores al seguro de
desempleo, o derechamente despedidos, ha sido la tónica en estos sectores.
Asimismo, en el rubro construcción, la
estadística de edificación del INE, a nivel nacional, arroja una disminución de
-41,8% en solicitudes de permisos de edificación, a enero de 2020. El sector
construcción, altamente intensivo en mano de obra, es pilar de todo impulso
reactivador. Fue severamente afectado, primero por la suspensión de obras,
demora y retardo en licitaciones. Hay que destacar que, en los casos en que se
pudo realizar faenas, las empresas demostraron gran responsabilidad, con reducción
del número de trabajadores en obra, y aforos reducidos en transporte y
campamentos.
Las empresas
regionales han hecho un esfuerzo titánico por mantener a sus trabajadores.
Muchos han echado mano a ahorros, o a endeudamiento, con el objeto de no
despedir a sus trabajadores. Esa mirada social, no se aprecia tan nítidamente,
en los grandes consorcios, o las cadenas nacionales. Lo vimos hace poco, a
propósito del despido de más de 100 personas de una cadena de supermercados.
Muchos, recordaron los tiempos en que, esta empresa pertenecía a una familia
magallánica. El respeto y el cuidado por los trabajadores que tenían por ese
entonces, no se condice con el trato impersonal, y decisiones corporativas, que
ignoran la realidad regional.
Al mismo
tiempo que pasa esto, en el momento actual, estamos inmersos en la campaña
masiva de vacunación, por un lado, y con el inicio de las campañas electorales
por otro. Esto obliga a quienes participan, o aspiran a participar de la vida
pública, a conocer a cabalidad, los factores que gatillan el desarrollo
productivo en el territorio. Las cifras de empleo, y de crecimiento por área
económica, recién comentadas, son en parte, las circunstancias económicas, en
que estamos realizando el proceso de vacunación Covid, y son las condiciones, que
los candidatos a cargos de elección popular, deben conocer. Mas allá de los
discursos filosóficos, y de la definición de los grandes temas país, el
bienestar de la población, se juega en las condiciones materiales de vida, en
las que se desenvuelve cada día. Quienes
aspiran a representarnos, deben tener conocimiento cabal de nuestra realidad
económica y social. Sin ese conocimiento, no es posible que formulen
soluciones, o efectúen propuestas atingentes y pertinentes. Nosotros,
habitantes del territorio austral, el más extremo del país, debemos votar con
atención. La base de nuestro desarrollo futuro, se está jugando en este momento,
nuestra economía regional, la actividad productiva, que, con pasión y ahínco,
moviliza a emprendedores y trabajadores, debe ser cautelada. Nuestro modo de
vida, debe ser respetado, nuestra gente, con su diversidad de etnias y
orígenes. Debemos ser dueños de nuestro propio destino.
Ernesto Sepúlveda Tornero