domingo, 28 de febrero de 2021

NUESTRO MODO DE VIDA EN MAGALLANES

  

                               En este momento, en todo Chile, se despliegan esfuerzos mancomunados para avanzar en la vacunación Covid. Salvo un par de desaciertos por parte de alcaldes, que no cumplieron el calendario de vacunaciones, el proceso ha sido ejemplar. Destacado y reconocido transversalmente.

                               Pareciera que ya se empieza a ver la luz al final del túnel. Y en buena hora, ya que la secuela de fallecidos, y personas enfermas, ha golpeado el corazón de miles de familias por todo el territorio. Pero, no sólo eso, la pandemia ha destruido emprendimientos y empleos, ha generado sobre endeudamiento de los hogares, y millones de afiliados a las AFP, han tenido que recurrir a sus ahorros, para sobrevivir. Según los informes estadísticos del INE del mes de febrero, a nivel nacional la tasa de desempleo llega a 10,2%, corresponde al trimestre móvil noviembre 2020-enero 2021. Esta cifra corresponde a 985 mil personas desempleadas. Asimismo, existen dos millones 199 mil personas, con empleo informal. La desocupación de mujeres supera a la de hombres, con un 11% versus un 9,7%. Estas cifras del nivel nacional, se explican por fuertes contracciones en Alojamiento y servicio de comidas con un -32,3%. Agricultura y pesca con un -22,3%. Comercio con un -9,1%.

                               En nuestra región de Magallanes, caracterizada por un mercado laboral con pleno empleo, por mas de una década. También se ha producido un aumento del desempleo. La tasa de desocupación fue 5,5%, aumentando 1,9 pp., respecto a idéntico trimestre móvil del año 2019; debido al descenso de la fuerza de trabajo (-10,3%) y a la disminución de los ocupados (-12,1%). En tanto, los desocupados registraron un alza de 37,2%. La fuerza de trabajo en magallanes es de 86,870 personas, de los cuales se encuentran Ocupados 82,080 personas, y desocupados 4,790 personas.

                               Las cifras de actividad económica, de los distintos sectores productivos, están en línea con las cifras de desempleo. Así vemos, que las cifras de ventas de supermercados en el mes de enero de 2021, de acuerdo al Índice de Ventas de Supermercados (ISUP) a precios constantes de la Región de Magallanes, registró un descenso de -15,7%, en relación al mismo mes del año anterior; reflejando una disminución en el consumo interno.

                              El sector pecuario, durante el mes enero de 2021, las cifras de beneficio de ganado ovino y bovino, disminuyen en -34,9%, respecto del número de animales sacrificados a enero de 2020. Del mismo modo, se reduce la producción de carne ovina y bovina, en un -29,8%, comparado con enero 2020.

                              El sector hotelero y residencial, de acuerdo a la Encuesta de alojamiento turístico, en diciembre de 2020 se registraron 4.084 pernoctaciones en la Región de Magallanes, lo que representa una disminución de -95,6% en doce meses.

                                Las únicas actividades económicas, dentro de aquellos declaradas esenciales, que tuvieron desempeños positivos en la región de Magallanes, son la Pesca y la Exportación.

                             En el sector Pesca en diciembre de 2020, se registró un total de 20.915,41 toneladas extraídas, considerando desembarques y cosecha de centros de cultivo. Lo que representa un crecimiento de 46,5%, en comparación a diciembre 2019. El sector salmonero, aporta a esta cifra con la cosecha realizada en los Centros de Cultivo creciendo un 47,5%.  El desembarque pesquero Industrial registró un alza de 48,1%. Y el desembarque de la pesca Artesanal aumentó 30,4%.

                                   La actividad de exportaciones, en el mes de diciembre de 2020, en Magallanes asciende a un monto de 73,7 millones de dólares, lo que representa un aumento de  14,9%, en comparación a los envíos realizados a diciembre de 2019.

                                   Otros sectores afectados severamente por la crisis, que no están reflejados en los indicadores mencionados, son el comercio detallista, el sector gastronómico, el sector transporte. Todos ellos, beneficiados parcial e insuficientemente, por los programas estatales. Cierre de locales, envío a trabajadores al seguro de desempleo, o derechamente despedidos, ha sido la tónica en estos sectores.

                                        Asimismo, en el rubro construcción, la estadística de edificación del INE, a nivel nacional, arroja una disminución de -41,8% en solicitudes de permisos de edificación, a enero de 2020. El sector construcción, altamente intensivo en mano de obra, es pilar de todo impulso reactivador. Fue severamente afectado, primero por la suspensión de obras, demora y retardo en licitaciones. Hay que destacar que, en los casos en que se pudo realizar faenas, las empresas demostraron gran responsabilidad, con reducción del número de trabajadores en obra, y aforos reducidos en transporte y campamentos.

                                  Las empresas regionales han hecho un esfuerzo titánico por mantener a sus trabajadores. Muchos han echado mano a ahorros, o a endeudamiento, con el objeto de no despedir a sus trabajadores. Esa mirada social, no se aprecia tan nítidamente, en los grandes consorcios, o las cadenas nacionales. Lo vimos hace poco, a propósito del despido de más de 100 personas de una cadena de supermercados. Muchos, recordaron los tiempos en que, esta empresa pertenecía a una familia magallánica. El respeto y el cuidado por los trabajadores que tenían por ese entonces, no se condice con el trato impersonal, y decisiones corporativas, que ignoran la realidad regional. 

                                  Al mismo tiempo que pasa esto, en el momento actual, estamos inmersos en la campaña masiva de vacunación, por un lado, y con el inicio de las campañas electorales por otro. Esto obliga a quienes participan, o aspiran a participar de la vida pública, a conocer a cabalidad, los factores que gatillan el desarrollo productivo en el territorio. Las cifras de empleo, y de crecimiento por área económica, recién comentadas, son en parte, las circunstancias económicas, en que estamos realizando el proceso de vacunación Covid, y son las condiciones, que los candidatos a cargos de elección popular, deben conocer. Mas allá de los discursos filosóficos, y de la definición de los grandes temas país, el bienestar de la población, se juega en las condiciones materiales de vida, en las que se desenvuelve cada día.  Quienes aspiran a representarnos, deben tener conocimiento cabal de nuestra realidad económica y social. Sin ese conocimiento, no es posible que formulen soluciones, o efectúen propuestas atingentes y pertinentes. Nosotros, habitantes del territorio austral, el más extremo del país, debemos votar con atención. La base de nuestro desarrollo futuro, se está jugando en este momento, nuestra economía regional, la actividad productiva, que, con pasión y ahínco, moviliza a emprendedores y trabajadores, debe ser cautelada. Nuestro modo de vida, debe ser respetado, nuestra gente, con su diversidad de etnias y orígenes. Debemos ser dueños de nuestro propio destino.

Ernesto Sepúlveda Tornero

domingo, 21 de febrero de 2021

INSTITUCIONES Y DESARROLLO

             El economista Sebastián Edwards, escritor, y consultor chileno, residente en Estados Unidos, escribió recientemente una columna donde advierte el riesgo del populismo. Se refiere a los notables avances de Chile, en los últimos 40 años, citando estadísticas e indicadores económicos, que han sido ampliamente difundidos en estos años. Dichos avances son innegables, y la parte principal de ellos, se da dentro de los veinte años de gobiernos de centro izquierda. Advierte Edwards, de la peligrosa tendencia a minimizar, o a invisibilizar estos logros, y el riesgo consiguiente, de hacer tabla rasa con todo lo construido hasta ahora.

                Si bien, comparto con Edwards la opinión, de que existe un sector político empeñado en demoler, la obra de los gobiernos de centro izquierda, que iniciaron la reconstrucción democrática. Pienso que, en el país, existe una inmensa mayoría de personas, que conocen y valoran, dichos avances. Podremos ahora, discutir acerca de la suficiencia, o acerca de la profundidad de los logros de esos años, pero sería un ejercicio estéril, mirar lo que no fue, en lugar de mirar lo que fue, y lo que podemos hacer hoy para mejorarlo.

                Durante los sucesivos gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia (para los mas jóvenes, así se llamaba la “Concertación”, o “La Concerta”), no obstante, la magnitud de los avances, y los logros en la reconstrucción democrática, siempre existió una tensión interior. Mal que mal fueron 17 partidos o movimientos que se unieron, primero para vencer en el plebiscito, y luego para ganar las elecciones presidenciales. Hubo muchísima discusión y elaboración de contenidos, coloquialmente se conoció de los “Autocomplacientes”, y los “Auto flagelantes”, graficando a quienes pensaban que la línea política del gobierno era la correcta, y de aquellos que pensaban que se debía avanzar y profundizar más.

                Muchas de las discusiones que se dan hoy, y que seguramente se seguirán dando, en la Convención constituyente, las conocimos ya en los años 90´. Cómo sabrán Ustedes, desde siempre, el problema de nuestro subdesarrollo, no se arregla dictando más leyes, y reglamentos, no es tan fácil. Como tampoco, llegaremos a ser escandinavos, con solo teñirnos el cabello.

                Para conocer algunos elementos, sobre este esencial problema económico, recurrimos al economista, consultor, y ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre.  En su libro “Desigualdad”, editorial Pinguin Random House, año 2020, hace un análisis pormenorizado de distintas economías, y como enfrentaron las distintas etapas de su desarrollo. En el problema de la pobreza, se trató de enfrentar a fines de la segunda guerra mundial, considerando que era producto de la falta de capital de los países. Se crearon organismos internacionales, que brindaron créditos a los países. Pero los resultados fueron disimiles, en Europa occidental produjo una importante recuperación. Pero en países en vías de desarrollo fracasaron. La teoría lo explica por la ley de rendimientos decrecientes, “Un aumento en maquinarias y equipos, sin un aumento concomitante en la fuerza de trabajo, tendrá un efecto cada vez mas limitado sobre la producción” (EYZAGUIRRE, 2020)

                Pero también se enfrentan otros dos problemas. El financiamiento externo puede terminar solventando consumo y no inversión. Y, nada garantiza que, si los recursos externos se invierten, sea en actividades rentables y a largo plazo.  La respuesta teórica que se da a estos problemas es (Sollow, Teoría neoclásica del crecimiento), el crecimiento depende de la acumulación de factores productivos, capital y trabajo. De acuerdo a esta, en un determinado nivel, el crecimiento igualará al crecimiento de la población, estabilizándose el ingreso por habitante. Sin embargo, se observa que el producto por persona continúa creciendo, incluso en las economías avanzadas, esto la teoría (Solow), lo atribuye al progreso técnico o mejoras tecnológicas (mejor maquinaria, eficiencia productiva, mano de obra entrenada). En los países desarrollados, se verifica una tasa de inversión moderada, y el progreso deriva básicamente del progreso técnico. En otras palabras, lo que produce el aumento del ingreso per cápita en estos países, es la innovación. Eyzaguirre, observa, que en 2004 el autor Helpman, estableció que “Sólo la mitad del crecimiento de la productividad se explica por la acumulación de capital físico, humano y gasto en Investigación y desarrollo. La otra mitad, viene dado por las instituciones, esto es, derechos de propiedad. Sistema político y calidad de la política económica, en el largo plazo” (EYZAGUIRRE, 2020)

                               Las instituciones a que Eyzaguirre se refiere, no sólo tienen esa importancia, desde el punto de vista económico, porque permiten y potencian el crecimiento económico, sino también, porque constituyen una garantía para un desarrollo pleno. En la medida que dichas instituciones son fruto de una deliberación democrática, se rigen por reglas claras que permiten un acceso equitativo a los bienes públicos, y garantizan la adecuada retribución para los creadores, los desarrolladores de ideas, los innovadores. Contar con instituciones como esas, es la garantía no sólo para los dueños del capital, sino también para los trabajadores, y para los que crean conocimiento y tecnología.

                               Eyzaguirre, concluye destacando la madurez de las instituciones que nos hemos dado en Chile, sin dejar de mencionar en detalle, los momentos más álgidos y dolorosos de nuestra historia. Lo que hemos construido hasta ahora, y lo que podemos continuar construyendo, sobre la base de lo que ya hicimos.

                               Una tarea esencial para los candidatos a la convención constituyente, es conocer de nuestra historia económica, sobre las bases de nuestro camino al desarrollo, y sobre los escenarios que se proyectan.

Ernesto Sepúlveda Tornero

 

domingo, 14 de febrero de 2021

CONSTRUIR Y CULTIVAR FUTURO

                                     El año 2014, en una decisión política, inédita del estado central, la presidenta Bachelet, nos reconoció el derecho a decidir nuestro propio destino. Eso fue ni más ni menos, la tarea de implementar el plan de desarrollo de zonas extremas. La oportunidad de definir, en el territorio de Magallanes, de manera participativa y transversal, el contenido y alcance del plan de inversión pública, más importante de nuestra historia. El Plan especial de desarrollo de zonas extremas (PEDZE), no sólo, estableció una nueva forma de evaluar los proyectos en el Ministerio de Desarrollo social, sino que consideró el financiamiento, a las iniciativas surgidas de la propia ciudadanía. Por vez primera, no fueron los tecnócratas de las oficinas ministeriales, quienes decidían lo que se podía o no se podía hacer, en las zonas más apartadas del centro del país.

                                    Ese impulso iniciado el 2014, se ha extendido saludablemente hasta hoy, gracias a la extensión de vigencia, del Decreto presidencial que les dio origen. En el caso de Magallanes, los proyectos formulados, fueron de una magnitud mayor que en las otras regiones extremas. La inversión en ciencia y tecnología, rindió frutos vigorosos, y ha salvado vidas. El CADI UMAG, (Centro docente asistencial Umag), es una muestra. Iniciativa que en su momento se debió defender, arduamente tanto en la SUBDERE como en el ministerio de desarrollo social. Simplemente, no se entendía, la importancia que podía tener contar con un Centro de excelencia en biomedicina, en un lugar como Punta Arenas. El tiempo nos dio la razón, y este centro ha sido pieza clave, en la masificación de los PCR, dentro de la campaña de prevención del Covid.

                                    Sería largo de enumerar, cada uno de los 37 proyectos únicos, del Plan, que luego se desplegaron en todas sus etapas, de estudio, diseño, y ejecución, a través de estos años. Sólo consignar que la Fibra Óptica Austral ya es una realidad, y que se iniciará pronto la construcción del muelle multipropósito de Puerto Williams. Obras con visión de futuro, que pudimos desarrollar, gracias a que decidimos en la región lo que queríamos hacer. Asimismo, será realidad, aquel sueño de más de 50 años atrás, el ensanchamiento del Paso Kirke. Algo que, de sueño, se transformará en realidad, gracias a un trabajo metódico y responsable, iniciado en el gobierno anterior, y continuado en este.

                                    La enseñanza fundamental del plan de zonas extremas, es que en la región se cuenta con la capacidad técnica y de gestión, para llevar adelante iniciativas ambiciosas, incluso iniciativas inéditas, como el CADI UMAG o la apertura del Paso Kirke. Es también un estándar para las autoridades regionales, para la sociedad civil, y para la empresa privada. Cuando una región completa se pone detrás de un proyecto de futuro, se pueden vencer todas las dificultades. Y la principal dificultad es el centralismo. Se pudo llegar hasta aquí, con el Plan de zonas extremas, con proyectos en pleno desarrollo, y otros por iniciar, es porque hubo un impulso apoyado, por las fuerzas sociales y políticas en su conjunto. Juntas de vecinos, clubes del adulto mayor, agrupaciones de agua potable rural, colegios profesionales, Asociaciones gremiales de empresarios, la academia, la comunidad toda de la región.

                                    Pero, el Plan de zonas extremas, no sólo fue un trabajo avocado a obras de infraestructura. Recibimos la misión, de hacer una reingeniería de las leyes de excepción, porque así lo pidió la ciudadanía en sendos encuentros provinciales. Ese trabajo conllevó reuniones, con universidades, sindicatos, empresarios, y demás organizaciones de la sociedad civil. También se pidió sus propuestas a los partidos políticos, del oficialismo y de oposición. Todo lo cual, fue procesado por una secretaría técnica especializada, la que elaboró la propuesta que se presentó al ejecutivo. En esta, se realizaba una reformulación de los beneficios de las denominadas “Leyes de excepción”, incorporando objetivos e indicadores de cumplimiento, es el “ESTATUTO DE MAGALLANES”. Asimismo, se presentó una propuesta para una nueva Corporación de desarrollo de Magallanes. Instancia que fue solicitada en todos los encuentros efectuados en la región, donde se recordaba el saludable impulso de la CORMAG.

                                    Estas propuestas, no alcanzaron a ver la luz, en el proceso legislativo, debido a que se produjo el cambio de administración. Sin embargo, resulta del todo pertinente, retomar ese trabajo, en el cual se empleo tiempo y dedicación, tanto del sector público como de los privados. Particularmente es importante, retornar a ese punto, a propósito de las conclusiones de la “Comisión tributaria”; del ex ministro Briones. Donde haciendo gala, de un centralismo radical, un grupo de economistas santiaguinos, ha propuesto, hacer tabla rasa con las leyes de excepción, que hoy tenemos en la región.

                                    Existe consenso de que no podemos eludir las tareas pendientes, el riesgo es evidente, que sea un grupo de profesionales en Santiago, quien defina si tenemos o no zona franca, o si un empresario puede o no acogerse a la ley Navarino o a la ley Austral. Hacer patria en la zona extrema, también implica eso, saber defender con fuerza nuestros puntos de vista, nuestras razones, y nuestro modo de vida. Es ahora, cuando debemos retomar la propuesta de “Estatuto de Magallanes”, que englobe al conjunto de beneficios tributarios y aduaneros, y retomar también la propuesta de la nueva Cormag.

                                    Quienes aspiran a representarnos, en los cargos de elección popular, deben asumir este desafío. Continuar sobre lo ya construido, avanzar desde donde hemos logrado llegar como región. Los consensos existentes, hay que fortalecerlos y ampliarlos. El desarrollo de la región, bien vale, ser puente de entendimiento entre los que hoy se enfrentan. Los logros conseguidos en el plan de zonas extremas, nos pertenecen a todos, y son la prueba de podemos soñar una región distinta, y construirla en conjunto.

Ernesto Sepúlveda Tornero

 

domingo, 7 de febrero de 2021

EN VERDES PRADERAS

 

                Dentro de las imágenes, que, en nuestro subconsciente, evocan paz y serenidad, una de las mas recurrentes es la de una verde pradera, sin fin. Quienes somos creyentes, recordamos el bello texto bíblico, el Salmo 22 “El Señor es mi pastor, nada me faltará.  El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce, para reparar mis fuerzas.”

                En este tiempo, en que somos golpeados una y otra vez por la partida de seres queridos, o de amigos cercanos, conocidos o compañeros de trabajo, por la tragedia Covid, es seguro que mas de alguno ha sido despedido, con esas palabras. Una voz de esperanza, un bálsamo de paz para los que lloran la pérdida.

                En este tiempo, también vemos nuevamente recrudecer en Chile los hechos de violencia. Cuando mas necesitamos tranquilidad, para poder recuperar a los enfermos, o para completar la vacunación que salvará vidas. Se vuelven a dar hechos que claman al cielo, por su violencia desmedida. Me refiero al caso del joven muerto a tiros, en Panguipulli. Ya el país se atrincheró, en los dos bandos irreconciliables, en que estamos divididos hace años. Unos, que rechazamos, que, por un simple control de identidad, se termine matando a balazos y en plena calle, a un joven inofensivo. Y otros, que se cuadran con la posición del gobierno de respaldar, a rajatablas el actuar policial.

                En la misma semana, el gremio de los camioneros, clamaba con justa indignación, por los continuos ataques que han sufrido los trabajadores del transporte. Camiones incendiados, escopetazos a las cabinas, pérdidas materiales, y riesgo de vidas. Se dio un ultimátum al gobierno, para que ponga orden y se acabe con las organizaciones criminales, que ponen en riesgo la convivencia y la vida en sociedad.

                Los cuestionamientos que expertos, y organismos internacionales han realizado a la organización, y forma de operar de Carabineros de Chile, se han reiterado ya varios años. Incluso antes del estallido social de octubre de 2019. El saldo de más de dos mil personas mutiladas de por vida, por heridas de perdigones disparadas al rostro, son una llaga, que no ha sanado. La autoridad política ha respaldado el actuar policial, contra toda evidencia.

                La violencia sufrida por agricultores, trabajadores forestales, y del transporte, familias campesinas de la Araucanía y el Bío Bio, no se detiene. La actuación policial ha sido ineficaz, no se ha logrado desarticular a los grupos organizados, que actúan con impunidad en la zona.

                La sociedad chilena, no resiste otro estallido social. Hicimos como país un enorme esfuerzo, para encauzar las demandas sociales, por canalizar el descontento, y que las grandes mayorías puedan expresarse. La elección de constituyente será expresión de eso. Pero es un proceso frágil. Requiere de un ambiente de paz, de entendimiento, donde todos los sectores, por disímiles que sean, puedan expresarse. Volver al clima de enfrentamiento, a la confrontación violenta, nos apartará de esa senda constructiva por la que íbamos transitando.

                El país no soporta más excesos, el gobierno carece de apoyo incluso en su propio sector. Debe forzosamente recurrir al apoyo de las fuerzas opositoras. Debe reconocer, lo que todos le están diciendo. La crisis institucional de Carabineros de Chile, requiere una intervención mayor. No basta con seguir procesando penalmente, a quienes incurren en excesos, o en actuar criminal. Se trata de asumir que se debe proceder a la reformulación total de esa institución. Es la única forma que pueda asumir cabalmente, las exigencias del presente. Profesionalizar, dividir la fuerza en varias áreas especializadas, un mayor control y supervisión de la autoridad civil. Sólida formación en derechos humanos. Son algunas de las recomendaciones que expertos han entregado. Es impostergable que el gobierno asuma y de inicio al proceso, que deberá concluir, el gobierno que elijamos a fines de año. No queremos ni un joven más muerto o mutilado, por el actuar policial. Tampoco queremos más camiones incendiados, ni trabajadores del transporte asaltados.

                               En el tiempo actual, debemos sentir como siente, cada persona que ha perdido un ser querido, que tiene angustia por alguno que está enfermo. Debemos sentir como la familia del joven fallecido en Panguipulli. Como las familias de los transportistas asaltados en Bío Bío y la Araucanía.  Como aquellos que vieron quemarse los bienes de toda una vida. Debemos sentir el dolor de los que sufren, para poder redimirnos como sociedad. Sólo así, podremos transitar como país, hacia las verdes praderas, donde podremos reposar, reponer nuestras fuerzas, y renacer fortalecidos.

Ernesto Sepúlveda Tornero