domingo, 31 de julio de 2022

BUENAS NOTICIAS

Amigas y amigos, esta semana trajo noticias que alegraron a muchas personas en Chile. Me refiero al anuncio del presidente Boric, del copago cero para quienes pertenecen al Fondo Nacional de Salud, FONASA. Algo que parecía virtualmente imposible, se anuncia, que iniciará su vigencia a contar del 1 de septiembre de 2022. Por cierto, que como suele ocurrir en Chile, con casi toda buena noticia, surgió una legión de críticos, a reclamar. Que el gobierno no tiene facultades, que es un ofertón, que se producirá el colapso del sistema de salud. Fiel a mi visión optimista de las cosas, me quedo con lo bueno. Con el anuncio los beneficiarios con gratuidad en la atención médica en el sistema público de salud, pasarán a ser 15 millones de personas. Para quienes no lo saben, el FONASA ordena a sus beneficiarios, de acuerdo a su condición socio económica. Tramo A: Personas que carecen de ingresos. Tramo B: Ingreso menor o igual a $380 mil pesos. Ambos tramos A y B, reúnen al día de hoy unos 10 millones de personas, que ya tenían gratuidad de atención de salud, en el sistema público. En tanto el Tramo C: Para personas con ingreso superior a $380 mil pesos y menor a $540 mil pesos. Que al día de hoy tiene un copago del 10%. Y el Tramo D: Personas con ingreso superior a $540 mil pesos, quienes al día de hoy tienen un copago del 20%. El anuncio efectuado por el presidente Boric, beneficiará de este modo, a más de cinco millones de personas que pertenecen hoy a los tramos C y D del FONASA. Estas personas tendrán gratuidad en todas sus atenciones en el sistema público de salud (AUGE/GES y No AUGE/GES). Cabe señalar que las personas mayores de 60 años del FONASA, tienen gratuidad en su atención de salud desde el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, desde marzo de 2006. Algo que pocas veces se dice en los medios, que normalmente cubren noticias de las Isapres, es que el 80% de la población de Chile se encuentra en FONASA. Entonces, ¿cómo no va a ser una buena noticia el anuncio de copago cero? Se trata ni más ni menos, de que 15 millones de personas, no tendrá que pagar, cualquiera sea su edad o su enfermedad. Ya sea atención de urgencia, consulta médica, los exámenes, cirugías, medicamentos, prótesis, etc. Solo debe estar inscrito en FONASA y atenderse en la red pública, para acceder a gratuidad completa y total en atención de salud. De todos modos, las personas que prefieran atenderse en el sector privado, podrán comprar un bono como hasta ahora, ya que esa modalidad de atención por libre elección seguirá existiendo. Autoridades de salud han manifestado, que se está diseñando un nuevo dispositivo sanitario, que permita brindar atención de procedimientos o exámenes de endoscopía, mamografía o ecografía, en lugares distintos a los hospitales. Ya que la base de la atención pública de salud, es la Atención primaria y no los hospitales. En otra buena noticia de esta semana, se han redoblado los esfuerzos de todas las fuerzas políticas por promover el plebiscito del 4 de septiembre. Cada quien desde su lado de la vereda. El gobierno haciendo lo que le corresponde institucionalmente, promover la participación, y difundiendo el texto que se somete a plebiscito. Se está distribuyendo en forma gratuita, en todas las regiones del país, un texto oficial impreso de la propuesta de nueva constitución. En algunas regiones en plazas, calles, avenidas o centros comerciales. En las menos, se informa que las personas deben acudir a las oficinas de tal o cual funcionario, a solicitar un ejemplar. Lo cierto es que el tiempo es corto, y el texto de la constitución a leer, es largo. Insisto aquí, como he insistido en otros ámbitos, en la urgencia, y la obligación del gobierno de cumplir a cabalidad con su deber de informar. Por cierto, no comparto la idea sugerida por algunas personas de derecha, de que deba distribuirse también la constitución del 80¨. Creo que no existe necesidad alguna de distribuir un texto vigente hace 42 años, conocidas son sus disposiciones fundamentales, y archi conocidas sus limitaciones. En todo caso, carece de sentido plantearlo siquiera, ya que como he señalado, el texto sometido al plebiscito, es el propuesto por la convención constituyente, y que difunde por mandato constitucional, el actual gobierno. Me parece meritorio que se agote todas las instancias que permitan acceder a la ciudadanía a un voto informado. Lo he mencionado en anteriores columnas, y lo repito en esta, es notable el éxito de ventas de la propuesta de nueva constitución. El ejemplar editado por LOM Editores, es best seller, con más de 80 mil ejemplares vendidos. Sin contar los innumerables textos que se venden en ediciones “pirata”, y las descargas de la versión PDF, desde la página web de la biblioteca del congreso, o la página del Gobierno de Chile. En este contexto, parece inexplicable la denuncia formulada por un grupo de diputados de ultra derecha, acusando ante Contraloría general de la República, un supuesto intervencionismo del gobierno en esta materia. Como resulta obvio las autoridades de gobierno comprometieron toda su disposición a colaborar con la investigación, en el entendido de que es una obligación del gobierno hacer difusión del voto informado. La entrega de ejemplares de la propuesta que será plebiscitada, y asimismo de que esta votación será, con voto obligatorio. El presidente Boric, ha reiterado, que ambas opciones en disputa son válidas, y que no le corresponde al gobierno hacer difusión de una de ellas. Aunque resulta evidente para todo el país, que las dos coaliciones políticas que sostienen al gobierno, se encuentran volcadas íntegramente a trabajar por el apruebo. En efecto tanto el FA como el PC, y los partidos del socialismo democrático PS, PPD y PRSD, están desplegados en todo el país, en el trabajo territorial. El viejo, y nunca bien ponderado, puerta a puerta, no ha podido ser reemplazado por ninguna plataforma de streaming. Y aunque los movimientos políticos más nuevos, recelan de la presencia de banderas de los viejos partidos, la política es como es en la realidad, y ahí se ven por todo el país, flamear al viento los conocidos colores de izquierda y derecha. En buena hora, no hay nada mejor que transparentar las posiciones de unos y otros, de cara a la ciudadanía. En el mismo sentido de estas líneas, nuevamente ha roto su silencio, el presidente Ricardo Lagos, esta vez para responder a un columnista del Mercurio, que le estaba atribuyendo un voto de rechazo. ¿De dónde saca que Ricardo Lagos votará rechazo? En ese estilo tan característico de don Ricardo, de hablar de sí mismo en tercera persona. Que en cualquiera otro, sería pedantería insoportable, en don Ricardo está permitido, por su estatura de estadista y su inteligencia superior. En fin, que, en su carta, reitera que la tarea nuestra no concluye el 4 de septiembre, debido a las temáticas que requerirán modificarse. En sus propias palabras: “Lo que dije, e insisto, es que hay una gran tarea que nos espera el 5 de septiembre y de ahí en adelante. Chile no vuelve atrás; lo que nos cabe es avanzar hacia una Constitución con visión de presente y futuro, de justicia y progreso, de nuevos desarrollos y nuevas oportunidades”. Y en lo que no deja espacio para otras interpretaciones señala: “En caso que ganara el Apruebo tenemos una gran ventaja, sabemos cuáles son aquellas cosas indispensables a hacer acuerdo a la Constitución, en el afán de aportarle mejorías a su texto”. Resta un buen trecho de la campaña del plebiscito para la nueva constitución, es de esperar que todos nos informemos adecuadamente, y por los canales oficiales. No caer en la campaña de descalificaciones personales que a ratos se toma las redes sociales. Leer la propuesta de nueva constitución en su versión oficial, o textos resumidos de procedencia conocida. Esto es muy importante, ya que se ha sorprendido a políticos y políticas, difundiendo versiones falsas o incorrectas de la nueva constitución. Es larga ya la lista de fake news, o noticias falsas, que se ha difundido, pretendiendo confundir. La información veraz y acceder oportunamente a ella, es un derecho del ciudadano, y es la única forma en que podemos hacer un aporte constructivo y positivo, en bien de todos. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 1 de agosto de 2022.-

domingo, 24 de julio de 2022

HA LLEGADO CARTA

Esta semana quedó marcada por la llegada a Chile de la presidente Michelle Bachelet. Los medios y los comentaristas políticos de inmediato comenzaron a especular, acerca de si existiría algún gesto o declaración, sobre el plebiscito. Su primera referencia al particular, la dio en una entrevista, incluso antes de aterrizar en Chile. En esa ocasión sobre la propuesta de nueva constitución, señaló que le traía a la memoria, a Pablo Milanés, porque “No es perfecta, pero se acerca a lo que yo siempre soñé”. Aunque la presidenta Bachelet haya dejado el poder hace ya cuatro años, al parecer, su imagen sigue muy fuerte en la memoria colectiva. Eso explicaría el revuelo inmediato que esa simple frase produjo, en el comidillo político santiaguino. Como es obvio los medios corrieron a preguntar al presidente Boric, que le parecía la declaración, y si existiría algún acercamiento con Michelle Bachelet. Afortunadamente, para la estabilidad política del país, quedaron atrás y en el olvido, quienes animaban un distanciamiento del gobierno de Boric, de la centro izquierda, y de los gobiernos anteriores. Habrá quienes atribuyen este cambio de actitud, a un frío y acerado pragmatismo, pero más bien se trata de la cuota necesaria de racionalidad política. Aquella que permite sumar fuerzas, y construir más allá de las filas de los incondicionales. En el caso del presidente Boric, se ha esmerado en realizar toda clase de gestos de amistad cívica con la centro izquierda. Y en el caso específico de la presidenta Bachelet, ha cultivado una cercanía, que le permite hoy, reconocer sin complejos, que le interesa mucho recibir su consejo. Pues bien, en esta visita a Chile, no sólo se concretó un encuentro de más de dos horas, sino que se ha generado una relación de complicidad, que permitió al presidente Boric, declarar, que habían cantado a Pablo Milanés. Una referencia indirecta, al tema del plebiscito, que, según rigores establecidos por la Contraloría general de la república, el gobierno debe inhibirse absolutamente. Resulta insólito, que, al gobierno, cuya actividad es eminentemente política, se le impida emitir opinión, sobre el aspecto más importante para la organización del estado y la sociedad. Se comprende en todo caso, el exceso de celo contralor, conociendo el cúmulo de irregularidades ocurridas en aquel otro plebiscito, el del 88´, que permitió reconquistar la democracia. Pero hoy no estamos en dictadura, ni tenemos el riesgo de perder la vida o la libertad por expresar las ideas. Por ello, creo que se exagera en demasía con las restricciones al aparato del estado, que es el único que tiene presencia en todo el territorio nacional. En la votación más importante, y donde se define nada más ni nada menos que la estructura del estado, y las condiciones de un nuevo pacto social, se requiere máxima difusión, para un voto efectivamente informado. Quien tiene absolutamente clara, la relevancia del plebiscito, es precisamente la presidenta Michelle Bachelet, quien para que no quedara ninguna sombra de dudas, hizo explícito su pensamiento, a través de una carta pública, fue a través de su fundación “Horizonte Ciudadano”, que la dio a conocer, y en ella expresa una idea de continuidad en el proceso social y político de Chile, que, a mi juicio, reivindica una historia, que no parte ni en 2006, ni en 2011, ni en 2019. Porque en sus palabras, “A la distancia es posible ver con otra luz lo que somos, la patria que hemos ido creando por generaciones. Chile es la realidad que hemos construido juntos, con deudas y aciertos, con trabajo unitario para hacer frente a los desafíos.” Los chilenos y chilenas “tienen en sus manos la decisión, como antes cuando derrotaron al dictador, como ayer cuando demandaron dignidad”. Consciente de cómo serían leídas sus palabras, cómo serían interpretadas, la presidenta le habla a ese gran universo, que siente que se necesitan cambios, pero tiene temor o incertidumbre. “No tiene sentido temer a nuestras diferencias, al debate legítimo, aquel basado en hechos y respeto, mediante el cual se sostiene cualquier acuerdo durable”. La presidenta concluye, manifestando su confianza en que Chile tendrá una nueva constitución “porque es lo que la ciudadanía pide y necesita”, pero agrega un elemento que es fundamental, para dar tranquilidad a los indecisos, y a los temerosos. Señala que esto “Lo haremos con responsabilidad avanzando con acuerdos que llegarán inevitablemente”, y “Será tarea de las fuerzas políticas estar a la altura de la oportunidad irrepetible y lograr una buena implementación de las transformaciones y acordar las correcciones necesarias”. Reconozco que las palabras de la presidenta Bachelet, me llegan de una forma especial, ya que tuve el privilegio de servir en su gobierno, aparte de eso, creo que interpretan el sentir de muchas personas. Porque el deseo de tener una vida mejor, no es patrimonio de un solo grupo, ni de un solo partido o coalición política, sino que nos involucra a todos. Como fácilmente se desprende de la declaración de la presidenta, incluye también a los que piensan distinto. Y no hay que tener miedo a las diferencias de opinión, siempre que se expresen sobre la base de la verdad y en la forma adecuada. La presidenta Bachelet le dio un tremendo espaldarazo a la opción apruebo en el plebiscito, porque puso en palabras sencillas, lo que los expertos constitucionalistas, y las consultoras de opinión, expresan en difícil. La nueva constitución abre las puertas para avanzar hacia un nuevo pacto social, y las fuerzas políticas son responsables de generar los acuerdos, para implementarlo, y para hacer las correcciones que sean necesarias. Con una claridad y una generosidad que habla muy bien, de su compromiso con Chile la presidenta Bachelet hizo con su carta, lo que todo líder debe hacer, no rehuir de las decisiones, no temer a definirse. Fiel a su historia, se la jugó con claridad y transparencia, y de ese modo, brindó un apoyo decisivo al presidente Boric, atrapado en la maraña burocrática que le impide trabajar abiertamente por la nueva constitución. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 25 de julio de 2022.-

domingo, 17 de julio de 2022

CHILE EN UNA ETERNA CONVENCIÓN

Como era previsible, esta semana se ha intensificado la campaña por el plebiscito del 4 de septiembre. Pese a que vivimos álgidos problemas en el ámbito económico, con un dólar que superó la barrera psicológica de los mil pesos. Con una inflación que no cede, impulsada por el precio de los alimentos y las alzas del combustible. Para buena parte del espectro político, pareciera que sólo el plebiscito debe preocuparnos. Hace muy bien el ministro Marcel, explicando en palabras simples, las medidas que el gobierno está tomando para ayudar a las familias, sin provocar nuevos impactos inflacionarios. A este propósito debieran contribuir todas las fuerzas políticas. Pese a que seguirá siendo el plebiscito, el tema de discusión de las cúpulas políticas, se cierne sobre nuestras cabezas, una amenaza cada vez más cercana. La recesión. Ese fantasma que aterroriza por igual, aunque por distintas razones, a empresarios y a banqueros. Tanto trabajadores como empleadores, se ven afectados por igual. La recesión se produce cuando la actividad económica de un país, decrece, es decir, cuando se produce una variación negativa del PIB, durante dos trimestres consecutivos. Según proyecta el ministro de hacienda, la productividad de Chile cae a partir del segundo trimestre, y se avizora un escenario recesivo para todo el año 2023. Produciéndose una leve recuperación el 2024. El ajuste al gasto público efectuado por la administración anterior, para el presupuesto del 2022, y que la actual administración ha respetado, es el ajuste más drástico del gasto público en los últimos 20 años. Un recorte superior a 22%, con el propósito de reducir los factores inflacionarios. Sin embargo, la inflación persiste, principalmente por factores externos, sobre los que las medidas del Banco Central de Chile no producen efecto alguno. En vísperas de la decisión política más importante de este siglo, el escenario económico es inquietante. Las familias se han visto afectadas fuertemente, por un fenómeno económico sobre el que la actual administración, poco tuvo que ver. La alta inflación, es impactada hoy por factores externos como la guerra de Ucrania, que ha producido alza de los combustibles, los fletes navieros, y los alimentos. Por otra parte, el fortalecimiento del dólar a nivel mundial, deja al peso como una de las monedas más devaluadas. No es fácil enfrentar este cúmulo de dificultades sin inquietarse. Por eso se agradece la mesura, y la solvencia técnica del Ministro Marcel. Que es hoy por hoy, por lejos el ministro mejor evaluado del gabinete. Se ha tomado el tiempo necesario para explicar en qué consistirá el bono de apoyo a las familias, que se ha resuelto para ayudar a compensar las alzas de precios. Un bono focalizado, en quienes más lo necesitan. Y que no involucrará romper el compromiso de ajuste del gasto fiscal, porque su financiamiento se ha obtenido, producto de holguras de la caja fiscal. Pese a que la presión por disponer ayudas universales es muy fuerte, la responsabilidad fiscal, es una máxima que el propio presidente Boric, se ha comprometido a respetar. En el pasado quedan los bonos universales de la administración anterior, que tuvo un record de gasto público, nunca antes igualado, superando el 30% del PIB. Cuenta que estamos pagando este año, y que continuará en los próximos, en que se mantendrá la restricción del gasto fiscal. No obstante que se encuentra debidamente financiado, y se trata de un bono focalizado. Igual se han alzado voces en la oposición, criticando la oportunidad. En un ejercicio de pirotecnia política, pretenden vincular, el pago de esta ayuda, que las familias vulnerables necesitan con desesperación, con la votación del 4 de septiembre. Un total y completo despropósito, que refleja un alto nivel de desconexión con la realidad. Y hay que decirlo con mucha claridad. Las condiciones sociales y económicas que vivían las familias chilenas el año 2019, cuando se produjo el estallido social, son exactamente las mismas, o peores, en el momento actual. Entre medio se sucedieron eventos electorales, en que el progresismo obtuvo el respaldo mayoritario y contundente de la ciudadanía. Las condiciones materiales de vida, de los vecinos y vecinas comunes y silvestres, que habitan desde Puerto Williams a Colchane, no han mejorado en lo sustancial. Por tanto, es dudoso, que, en menos de tres meses, hayan cambiado de opinión, como para inclinarse hoy, por mantener el estatus quo, por mantener las cosas tal como están. El momento actual, es particularmente delicado. Y así hubiese sido, cualquiera presidente hubiese sido electo en Chile. Pero le ha correspondido al presidente Boric, el político más joven que calza esas botas en 200 años. Y hoy su gobierno tiene el deber de garantizar, un proceso eleccionario, normal, pacífico, respetando la institucionalidad. A mi juicio, así lo ha hecho, respetando los draconianos dictámenes de contraloría, coincidentemente más activa, en los gobiernos progresistas, que en los del sector conservador. Esta semana, el presidente ha hecho una importante declaración con miras, al resultado del plebiscito. Como es sabido, le corresponderá a este gobierno la implementación de la nueva estructura del estado de Chile, y la incorporación a la legislación, del conjunto de nuevos derechos sociales. Se estima, en este caso, que serán unas 133 leyes que deberán tramitarse en el congreso nacional. Pero, qué pasa si gana el rechazo. En este caso, ha señalado el presidente, “Chile votó de manera clara en un plebiscito que quiere una nueva Constitución, pero no votó sólo eso, votó que quiere una nueva Constitución escrita por un organismo especialmente electo para ese fin. Por lo tanto, de ganar la alternativa ‘Rechazo’, lo que va a pasar es que vamos a tener que prolongar este proceso por un año y medio más, en donde va a tener que discutirse todo de nuevo a partir de cero”. Esta declaración ha producido inmenso revuelo, ya que algunos políticos del rechazo, animan la esperanza de que sea una comisión de expertos o el congreso el que modifique la constitución de 1980. Otros políticos del mismo sector, manifiestan que la constitución de 1980 se quedaría tal como está, ya que eso es lo que implica la opción rechazo. Un connotado analista y académico, el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, ha respaldado la tesis presidencial por una razón de índole jurídica. El rector Peña opina que la decisión de la ciudadanía en el plebiscito de entrada, constituye “un mandato de la ciudadanía, que decidió contar un una nueva Constitución”. Este mandato sería una verdadera obligación político-constitucional, “Que no queda sin efecto porque el texto de la Convención se rechace”. En este orden de ideas, el triunfo de la opción rechazo, dejaría vigente la constitución de 1980, y en esta “Seguiría existiendo la obligación de producir una nueva carta fundamental. La forma de cumplir esta obligación, la establece el inciso final del artículo 142 de la actual constitución, que es una regla permanente, se tendría que repetir el proceso”. Más allá de cual sea la interpretación correcta de esta disposición constitucional, lo cierto es, que nos encontramos en tránsito a una decisión trascendental. Cualquiera sea la decisión mayoritaria, el país habrá cambiado. Esperemos que sea para bien de esa inmensa masa de personas, que anhela una vida mejor, que anhela vivir y trabajar en paz, para llevar el pan a su mesa. Chile está evolucionando, debemos asumirlo con esperanza, con buena voluntad. Desechemos el discurso estridente, que denigra al adversario, optemos por la conversación franca, en el transporte público, en la feria, en la peluquería. Demos a nuestros hijos y nietos ese ejemplo, de la lección aprendida. Que nunca más nos dividan con violencia, que nunca más miremos al otro como un enemigo a derrotar, sino como un amigo, un vecino a comprender. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 18 de julio de 2022.-

domingo, 10 de julio de 2022

PLEBISCITO: ¿QUÉ HACER?

Esta semana fue el inicio de la campaña para el plebiscito del 4 de septiembre. Los medios de comunicación tradicionales, canales de TV, diarios y radios, más los medios electrónicos y redes sociales, están virtualmente desatados, tratando de convencer a los indecisos. La presencia de partidarios de la opción rechazo, es mayoritaria en los medios tradicionales. Como suele ocurrir en las campañas políticas, figuras de derecha predominan como invitados en matinales, programas de farándula, y en los consabidos programas de conversación. Probablemente sea en Chile, donde más se aprecia, que la línea editorial de los medios, viene marcada por la posición política de sus propietarios. Se nota más acá porque básicamente todos los medios responden a una misma orientación política, no existiendo alternativa alguna. Caso raro, fue la línea que siguió por más de un año, el canal La Red, donde sus propietarios norteamericanos, apuntaron a un nicho de electores, más bien progresistas y de izquierda. Desafortunadamente para el pluralismo en los medios, esa iniciativa no prosperó debido al retiro de avisaje, de las principales firmas del país, cuyos dueños no coincidían con el enfoque del canal. Curiosamente, uno de los temas que se discutió en la propuesta de nueva constitución, fue el del sistema de medios existente en Chile. No sólo los políticos se han interesado en este tema, también lo ha hecho la academia, y las organizaciones que defienden la libertad de prensa en el mundo. Porque hay que decirlo, no sólo los regímenes autoritarios, de derecha o izquierda, atentan contra la libertad de información, y la libre difusión de las ideas. También atenta contra este pilar de la democracia, la concentración de medios en manos de un mismo sector político. ¿Qué hacer?, los ciudadanos de a pie disponemos hoy de múltiples fuentes de información, a través de medios alternativos, y a través de las redes sociales de líderes de opinión, de expertos constitucionalistas, dirigentes sociales. En este ámbito existe pleno pluralismo, y gracias a nuestro sistema democrático, plena libertad de opinión y de expresión. Pero hay que hacer una prevención. No toda la información, ni todas las opiniones que circulan en medios alternativos y redes sociales, son verosímiles. En otras palabras, se ha incorporado como táctica de campaña, por parte de ciertos sectores populistas o extremos, la difusión de información falsa, o de contenidos que han sido editados, para producir el efecto de confundir a los electores. Si bien es cierto, desde aquella campaña de Donald Trump, donde se hizo uso a nivel industrial de esta táctica, las plataformas Facebook, twitter, Instagram, han establecido protocolos más rigurosos. Aun así, persisten hoy en día, millones de cuentas falsas, o cuentas bots, creadas para difundir masivamente contenidos erróneos o falsos. O para instalar una pseudo imagen de popularidad o de credibilidad de ideas o posiciones políticas. El gobierno del presidente Boric, tiene un deber institucional, garantizar el pleno acceso a información del proceso y de las opciones que están en juego. Esta función obliga a desplegar toda la capacidad del estado, para llegar con los contenidos a los lugares más remotos del país. Se ha anunciado la instalación de pantallas, en los lugares públicos, donde se podrá visualizar fácilmente el texto constitucional que se somete a plebiscito. También el sector privado ha hecho lo suyo, y la editorial LOM, ha sacado un ejemplar impreso de la nueva constitución, a sólo $3.500. La primera edición se agotó en un par de días, y ya está en venta una segunda edición. En este sentido, se echa de menos un esfuerzo del gobierno, para distribuir masivamente ejemplares impresos. Hay que recordar que aún existe en Chile, una brecha digital, y un segmento considerable de los electores, prefiere el formato papel, o porque no cuenta con internet en su casa, o porque se le dificulta leer el texto, en el celular. Los partidarios de la opción rechazo, básicamente los partidos de derecha, han lanzado los últimos días, un listado de propuestas que estarán dispuestos a incorporar como modificaciones a la constitución de 1980. Entre esas propuestas se incluyen varias materias, discutidas en la convención constituyente, y que fueron votadas en contra o abstención, por parte de la misma derecha. Resulta por decir lo menos, curioso que cuando ya se ha desplegado la campaña del plebiscito, se pretenda reflotar la constitución, que el país por una inmensa mayoría, optó por reemplazar por una nueva constitución. Hace unos días atrás el secretario general del Partido Socialista, Camilo Escalona, recordaba que una vez producido el triunfo del No en 1988, que significaba el fin del régimen de Pinochet, el líder de la derecha, ya fallecido, don Sergio Onofre Jarpa, ofreció realizar las reformas que la oposición pedía, para después de las elecciones de 1989. Demás está decir, que ese día jamás llegó, y tuvimos senadores designados, un dictador asumiendo como senador vitalicio, sistema binominal, y un largo etcétera de restricciones a la soberanía popular. Por lo anterior, resulta dudoso el ofrecimiento de reformas a la constitución de 1980, que se ofrece ad portas del plebiscito. ¿Qué más hacer?, lo primero es lo primero, las opciones en juego son Apruebo o rechazo de la propuesta de nueva constitución. Las alternativas corresponden a aprobar el texto propuesto, o, por el contrario, rechazar esta propuesta. En caso de que triunfe el apruebo, entrará a regir la nueva constitución, iniciándose el proceso legislativo, que dará forma al estado social y democrático de derecho en Chile. Este proceso será gradual, y las instituciones del estado irán paulatinamente adoptando la nueva estructura. Asimismo, será el legislador el que deberá establecer la forma, plazos y modalidades en que se podrá hacer efectivos los nuevos derechos sociales, que la constitución establece. Para tener claridad total sobre el punto, si se aprueba se inicia el tránsito gradual del estado a una nueva forma, el que será establecido mediante las leyes respectivas que serán discutidas y aprobadas en el parlamento. En caso de que se imponga la opción rechazo, la constitución que seguirá vigente es la constitución de 1980, la misma que nos rige hasta ahora. No será la propuesta de constitución elaborada durante el mandato de la presidenta Bachelet, que fue “guardada en un cajón”, según declaró en su oportunidad el señor Chadwick, ministro del interior de Piñera 2. Por una decisión política del gobierno de Piñera, en 2018, se desestimó la necesidad de contar con una nueva constitución. En retrospectiva, puede catalogarse como el error político más grande desde el retorno a la democracia. Como todos sabemos, al cabo de un año, la ciudadanía diría otra cosa. Pero para evitar confusiones, si gana el rechazo, tampoco regirá el listado de propuestas de modificación que está ofreciendo la derecha esta semana. Lo que regirá será la constitución de 1980, vigente, y la cual no ha podido ser reformada en lo sustantivo, por el veto permanente de la derecha. Esas son las opciones. La decisión es entre la nueva constitución y la constitución de 1980. Y las opiniones de algunas figuras políticas otrora de centro izquierda, y que hoy se alinean con la postura del rechazo, no alteran lo medular. Probablemente las dudas formuladas por el Presidente Lagos, en relación a la polarización del país, las compartamos muchas personas. Sin embargo, la magnitud del proceso que se ha llevado a cabo en Chile, y cuya génesis, podría estar en 2006 o 2011, no puede obviarse. Y no da lo mismo una u otra opción, ya que ambas conducen a resultados y consecuencias muy distintas. Es el cambio o el estatus quo. Y debemos felicitarnos, porque con sus bemoles, con sus altos y bajos, hemos podido llevar adelante un proceso institucional, democrático y participativo ejemplar. El día 4 de septiembre no termina ni se inicia Chile, es un ciclo social y político que continúa, que no se detiene, y del cual todos formamos parte. Y al día siguiente, todos sin distinción, seguiremos construyendo una sociedad mejor para nuestros hijos e hijas. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 11 de julio de 2022.-

domingo, 3 de julio de 2022

SIN ODIO Y SIN MIEDO

Esta semana llegó a su fin el trabajo de la convención constituyente. Este lunes en acto solemne la mesa ejecutiva entregará, al presidente Gabriel Boric, un ejemplar de la constitución política, que se someterá a plebiscito el 4 de septiembre. Más allá de los chascarros, y las polémicas producidas por media docena de convencionales de ambos extremos, lo cierto es que se concluye el proceso, dentro de los marcos institucionales establecidos. Es desde el punto de vista del funcionamiento de nuestras instituciones, un proceso ejemplar. Se inicia ahora el proceso de información a la ciudadanía, del contenido de la propuesta constituyente, y el período de campaña de las opciones apruebo y rechazo. El texto en sí, contiene un sinnúmero de disposiciones, que como es obvio, escaparán del conocimiento de la ciudadanía. La inmensa mayoría de las personas, adoptará su decisión, guiándose por la información de los medios y redes sociales. Las encuestadoras, dan con ventaja a la opción del rechazo, y se multiplican los programas de opinión, que promueven el rechazo a la nueva constitución. Al igual que en las últimas elecciones, está en marcha una aceitada máquina de propaganda política. Está máquina comprende encuestadoras, agencias de publicidad, productoras de TV, canales de TV abierta, radios y diarios, de las grandes cadenas Copesa y El Mercurio. Esta operación se explica, porque tempranamente la derecha política optó por rechazar la nueva constitución, prometiendo que, de ganar el rechazo, después, estaría por reformar la constitución de 1980. Como no podía ser de otra manera, el clima de enfrentamiento y polarización se ha tomado el debate público. En una apuesta del todo o nada, la derecha se juega su subsistencia como actor relevante. La historia política reciente, señala que, en los últimos dos años, se ha realizado los siguientes procesos eleccionarios: Plebiscito constituyente, elección de convencionales, elección de gobernadores, consejeros regionales, elección de alcaldes y concejales, elección de Presidente de la República y parlamentarios. En todos estos procesos, invariablemente la ciudadanía ha apoyado al progresismo, a las fuerzas políticas que impulsan el cambio social y político de Chile. En todos estos eventos democráticos, los partidarios del estatus quo, cuando no de la regresión social y política han sido derrotados. En los últimos dos años, las urnas han hablado con claridad, y nada ha sucedido en Chile, que haga pensar que esos millones de personas, han cambiado totalmente de parecer, como nos quieren convencer los medios. Las condiciones sociales y económicas no han cambiado, y con sólo tres meses del gobierno progresista, podemos decir que aún está todo por hacer. Será difícil, porque la tarea de cambiar el mundo, nunca ha sido fácil, pero se seguirá adelante. Y en esto, el presidente Boric ha sido enfático en señalar, que al gobierno le corresponde informar, difundir el proceso, y luego de su término, implementar las medidas necesarias para darle continuidad. Sea con un resultado de apruebo, caso en el cual deberá dar curso a los proyectos de ley necesarios, para implementar el nuevo estado social y democrático de derecho. Sea con un resultado de rechazo, caso en el cual seguirá vigente la actual constitución. La perspectiva electoral de cara al 4 de septiembre, nos plantea dos miradas de Chile. No es un enfrentamiento entre dictadura y democracia, como fue en el mítico plebiscito de 1988. Hoy son dos visiones de la vida y la sociedad que se confrontan. Desafortunadamente, la derecha quedó atada al estatus quo, al pretender conservar la constitución del 80’. Y digo desafortunadamente, porque ya es segunda vez en menos de un año, que renuncia a cualquier atisbo de renovación, la derecha “liberal”, no existe. Lo demostraron al abrazar sin tapujos una candidatura ultra derechista, y ahora, al negarse a dejar atrás los últimos vestigios del pasado autoritario. En el momento actual, y estando ya definidas las opciones y los sectores políticos que los sustenta, sólo queda apelar a que la campaña se realice con lealtad, con transparencia, diciendo la verdad. Sin descalificaciones. Y estas las ha habido de lado y lado. Por muy académico o académica que sea, quien profiere las descalificaciones, estas deben rechazarse por igual. Ni los del rechazo son fachos pobres, o fachos aspiracionales, ni los del apruebo les gusta todo gratis, o son ladrones. Yo apelo, a la mística de esas jornadas épicas, que tuvimos en el pasado, cuando llamábamos a votar sin odio, sin miedo, sin violencia. Ahora con mayor razón debe ser así. En frente no tenemos al dictador y a un intento de eternizarse en el poder con su reguero de sangre y brutalidades. Apruebo y rechazo son dos opciones válidas, estamos en democracia, y luchamos para que tomar estas decisiones, no signifiquen ni dolor ni muerte. No hay que ofender ni humillar, al que está por la opción contraria. En este período podemos tratar de convencer, de persuadir, de razonar, para conseguir más adhesiones a la opción que defendemos. Lo más importante ahora, es que la campaña se desarrolle en un clima de paz, de entendimiento. Que se termine la práctica de la mentira y la fake news, que algunos políticos usan de manera sistemática. Ir con la verdad por delante, siempre será lo mejor para Chile. Miremos el plebiscito del 4 de septiembre, como una forma de salir fortalecidos como país. Vamos a tomar la decisión más importante de las últimas décadas, y estoy convencido que todos lo haremos pensando en el bien de Chile. Podemos pensar distinto, y expresarlo libremente, podemos ir a las urnas y votar por la opción que mejor nos representa. Eso lo ganamos luchando por la democracia y la libertad. Como en todas las grandes gestas de la historia, no fue una concesión graciosa. Hubo sacrificios y sufrimiento. Hoy debemos estar dichosos, de vivir este proceso de transformación social y política, pero no hay que dar nada por sentado, siempre permanecer atentos y alertas. En lo personal, estoy por aprobar la propuesta de nueva constitución. Tengo la certeza de que algunas disposiciones deberán reformarse en lo sucesivo, pero eso forma parte de libre juego democrático. Y forma parte del devenir que deberá enfrentar la nueva institucionalidad. Me quedo con lo sustantivo, un estado social y democrático de derecho. Avanzar hacia la construcción de un estado de bienestar, que con seguridad nos demandará décadas de reformas, décadas de crecimiento del país, de aumentos de la tributación. Pero es el camino que nos hemos trazado, para alcanzar un desarrollo inclusivo y respetuoso de la naturaleza. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 4 de julio de 2022.-