Amigos y amigas.
La semana que pasó, nos trajo nuevamente a la memoria,
el golpe cívico militar que derrocó al gobierno del presidente Salvador Allende.
Han transcurrido ya 46 años, desde aquel
fatídico 11 de septiembre de 1973. Una verdadera tragedia histórica, que ha
marcado el siglo XX en nuestro país, y a varias generaciones de chilenos y
chilenas, que sufrieron la persecución y las violaciones a los DDHH, o bien,
que participaron activamente en la represión, o tuvieron cargos de gobierno
durante la dictadura.
Avanzadas las primeras dos décadas del siglo XXI, las
nuevas generaciones de compatriotas merecen vivir en una sociedad abierta,
libre, democrática, inclusiva, tolerante.
Los adultos no hemos hecho lo suficiente para
construir ese país en paz, que crece sobre la verdad y la justicia. No
solamente subsisten profundas divisiones
políticas, sino que, lo que es mas grave, ha surgido una perniciosa corriente
de “negacionismo histórico”.
Personas con educación e información, negando
conscientemente, la planificación del horror, con crímenes de lesa humanidad,
desde 1973 a 1989. Lo que se encuentra probado y respaldado con evidencia y
datos científicos. Es un símil perverso,
con movimientos neo nazis y neo fascistas que niegan la existencia del “Holocausto”
donde se masacró millones de personas, por ser judías.
Una sociedad no prospera, sin una base de verdad y
justicia, sin la existencia del compromiso de no repetir los horrores del
pasado. Es mucho o que nos falta aún por avanzar. Y nuevamente la neutralidad,
el “no me gusta la política”, “soy apolítico”, es totalmente funcional al
ocultamiento de la verdad. A intentos por disimular o atenuar las
responsabilidades. Sobre todo de los civiles que protagonizaron el golpe de
estado, junto a los militares. Personas, muchas de las cuales, labraron su
fortuna, gracias a as granjerías y privilegios, que el dictador brindaba a su
séquito.
Tenemos hoy día, la responsabilidad de construir la
paz sobre la base de la verdad. Queremos que nuestros niños y jóvenes tengan a oportunidad
de convivir, sin odiosidades, sin sesgos
ni vetos de ningún tipo. Para eso se requiere conocer nuestra historia.
Lamentablemente el gobierno de derecha, formado por
varios colaboradores, promotores y defensores del dictador Pinochet, está
impulsando la eliminación de las clases de historia a nuestros jóvenes.
Establecer como optativa esta asignatura, es un intento por ocultar la
realidad, ocultar la verdad. Es el primer peldaño, para negar todas las
atrocidades protagonizadas por este mismo sector político.
Sobre la base de la ignorancia, de la falta de
información, o por la información falsa propalada por medios de prensa afines,
las dictaduras logran controlar a la población. En democracia, no estamos a
salvo de los intentos de manipulación de los hechos, para cambiar la visión que
tenemos del pasado.
La democracia se defiende con verdad, y es sobre la
base de una convivencia basada en la verdad, que surge la paz, la concordia, o
la posibilidad de construir acuerdos que nos permitan avanzar.
Y los avances civilizatorios, se consiguen así, con respeto
por la verdad, con la aceptación de diferencias, sobre la base del respeto de
los derechos inalienables de la persona humana.
En septiembre de 2019, no podemos dar nada por sentado.
Debemos ser capaces de defender nuestra convivencia, hacer esfuerzos por la
paz. Que las expresiones sociales y políticas, persigan por sobre todo el
bienestar general. Este bienestar solo puede existir si podemos vivir y desenvolvernos en paz.
Todas estas ideas, que parecen tan obvias, una
verdadera perogrullada. No son aceptadas por todos. También existen grupos,
afortunadamente minúsculos, que pretenden destruir la convivencia en sociedad.
Expresión de esto, son los grupos ultra nacionalistas, o proto fascistas, que
promueven el racismo, la homofobia y la restricción de libertades.
En Magallanes no estamos exentos de vivir este
flagelo. Acá hemos podido ver en acción a un reducido grupo, de no más de 5 o 6
personas, que fueron capaces de frustrar una movilización pacífica. Hay quienes señalan que serian anarquistas.
Me inclino a pensar que se trata sólo de lumpen, o delincuentes infiltrados.
Es tal el despropósito de estos individuos, que
terminaron golpeando a los propios participantes en la marcha, entre ellos al
secretario regional del Partido comunista.
Conservar nuestra convivencia en Magallanes, es tarea
de todos, y ojalá sea un compromiso de los candidatos, con miras a las
elecciones de gobernador regional. Todos debemos velar por nuestro modo de
vida, para ello requerimos, no solo
garantizar los recursos para vivir y
desarrollarnos en el austro. También necesitamos conservar nuestra
característica de tierra de inmigrantes y soñadores, de hombres y mujeres
valientes, que con lealtad y coraje construyen un hogar mejor para nuestros
hijos.
Amigos y amigas, soy Ernesto Sepúlveda, y espero que
con el trabajo de todos podamos erradicar el negacionismo, la ignorancia, y la intolerancia, de nuestra tierra.
Punta Arenas, lunes 16 de septiembre de 2019.-
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