Mucha agua ha pasado bajo el puente de la historia, en
estos dos meses del “despertar de Chile”, del “estallido social”, de la
revolución de octubre. Ni los más iluminados predijeron que esto pasaría. Hoy
son decenas, los analistas, opinólogos, políticos e intelectuales, que sin
ningún pudor, se arrogan la interpretación verdadera de lo que el pueblo
quiere. Por esta razón, que son tan importantes los actos, donde el soberano,
el pueblo mismo, se expresa. Y es eso, ni más ni menos, que se propusieron
alcaldes de más de 220 comunas del país. En efecto, el objetivo de la consulta
ciudadana y popular, realizada el domingo 15 de diciembre en la mayor parte de
las comunas del país, fue escuchar de primera mano lo que los vecinos comunes y
silvestres opinan. Sobre temas país tan importantes como si quieren una nueva constitución,
y el mecanismo a través del cual la
redactaremos.
En horas de la madrugada se adelantaba que más de dos
millones, habían participado en todo Chile, y en Magallanes más de 14 mil
personas en el sistema on line, y a su vez más de 8 mil personas habían
concurrido sólo en Punta Arenas a votar. Mención especial merece la Unión
Comunal de Juntas de Vecinos. Frente a
la negativa del municipio de sumarse a la iniciativa de la asociación chilena de
municipalidades, fue doña Raquel Alvarez, presidente de la Unión comunal de
Junta de vecinos, quien asumió el desafío.
Un éxito total y absoluto, en cuanto a la concurrencia
de personas, como en cuanto a las temática propuesta. Resultados preliminares,
daban con un porcentaje cercano al 90% la opción Nueva constitución, y con una
cifra similar, que esta se hiciese a través de una convención o asamblea
constituyente.
Retorna la esperanza a los corazones, a partir de
ahora, y hasta el plebiscito de abril de 2020, deberemos redoblar los
esfuerzos, para que la inmensa mayoría de nuestros vecinos, amigos y familiares,
escojan también este camino de paz.
Aunque ciertos grupos políticos han optado por
minimizar la importancia del plebiscito, donde decidiremos si queremos una
nueva constitución. Y se han alzado voces pretendiendo poco menos que caiga el
gobierno de la derecha, por la presión
en las calles. El buen juicio y sensatez de la mayoría de los chilenos, afortunadamente
queda demostrada, con la maciza participación a la consulta
ciudadana.
Lo hemos dicho antes, en este espacio, ganándonos
críticas de los que piensan distinto, el pueblo de Chile es un pueblo de paz.
Merece ser tratado con respeto, con dignidad. La modernización del estado, una
nueva distribución del poder político, medidas tributarias que combatan la
desigualdad, un gran pacto social que nos ponga en la senda de un desarrollo
inclusivo e integral.
La paradoja de este tiempo, es que los sectores mas
reacios, al plebiscito donde se decidirá si queremos una nueva constitución,
son los dos extremos del espectro político. Es la nostalgia por el
enfrentamiento de suma cero, donde no se avanza ni retrocede, y todos conservan
sus posiciones. Un estatus quo que ha sido desafiado y destrozado, con las masivas
movilizaciones sociales.
Estamos ad portas de un nuevo Chile. Produce mucha
incertidumbre. Los primeros en inquietarse son los mercados, y el nuestro no ha
sido a excepción. Expuestos como estamos a una economía abierta, debemos ser
cuidadosos en como expresamos el descontento. La justa indignación por los
abusos de que somos víctimas la mayoría de los chilenos, no justifica ni
saqueos ni incendios. Ni destrozos de semáforos ni estaciones de metro.
Pero, escúchenme bien, no justifica en ningún caso, el
actuar desproporcionado de la fuerza pública. Las violaciones a los derechos
humanos, las vejaciones, golpizas, disparo de perdigones, no pueden quedar
impunes. La salida del ministro de interior, por una acusación constitucional,
es una señal fuerte de que la responsabilidad política de los gobernantes, debe
exigirse. Pero la responsabilidad política de los ciudadanos también. Y el pueblo
así lo ha afirmado, en resultados
preliminares de la consulta ciudadana y popular de los municipios de Chile, ha
ganado por un abrumadora 80%, volver al voto obligatorio.
Defender nuestra democracia, nuestro modo de vida, lo
haremos todos y en forma pacífica. Decidiremos en una votación que será
supervisada por el SERVEL, con voto secreto, libre e informado. Tendremos que hacer
educación cívica, en plazas, calles y lugares de trabajo. Escuelas, juntas de
vecinos, clubes de adultos mayores. Votar es un derecho y volverá a ser un
deber.
La democracia que tanto nos costó recuperar, se sana,
se fortalece y se vivifica con mas democracia.
Soy optimista, creo que avanzamos, hacia una sociedad
mas justa, mas igualitaria, y mas
prospera, donde se premiará el mérito y no la cuna. De cada uno de nosotros
depende apurar el tranco, para que lleguemos mas pronto.
Soy Ernesto Sepúlveda en “Crónicas de la Patagonia”
Punta Arenas, lunes 16 de diciembre de 2019.-
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