La llegada del otoño, nos está dejando, aparte de un
montón de hojas amarillas y rojas, un sabor agridulce. Recuerdos tristes como
la conmemoración de la detención y alevosa muerte de Nattino, Guerrero y
Parada. El llamado “caso degollados”, por haber sido de este modo que fueron
asesinados los tres profesionales comunistas. Y recuerdos de esperanza, de
coraje, al escuchar de nuevo al actor Roberto Parada continuar actuando en
homenaje a su hijo Manuel, minutos después de enterarse de su muerte,
Con toda seguridad, habrá quienes se molesten porque vuelvan
a aparecer estos nombres, también los de los hermanos Vergara Toledo, cuyo
asesinato dio lugar al “Día del joven combatiente”. Pero que se entienda bien.
No es el odio ni los deseos de venganza, los que animan el recuerdo, por el
contrario, es el profundo amor a la patria y a nuestro pueblo, es la entrega
generosa a la causa de la libertad, cuando lo que se jugaba era la vida.
Es necesaria la memoria para que la historia no se
repita.
Y es que aun hoy día, existe el “negacionismo”, esa
actitud de negar las violaciones a los DDHH, de negar las atrocidades e
insistir en justificaciones para el sangriento golpe militar.
Nos visitó en medio de la algarabía de la ultra
derecha, uno de los defensores de la dictadura de Pinochet, el señor Bolsonaro,
presidente de Brasil. Homenajes varios, tortas y abrazos sonrientes . Un par de
días después, de vuelta en Brasil, emite una resolución donde autoriza
expresamente a las fuerzas armadas la celebración del golpe militar del año
1964. Simplemente horrendo.
Nos falta tanto para recuperar nuestra vida en
comunidad, nuestro sentido de humanidad, está atravesado por nuestras ideas
políticas, nuestra fe religiosa, nuestra condición social.
Vivimos cada vez mas solos, encerrados entre cuatro paredes, con vallas
cada vez mas altas, y rejas hasta en la ventana del baño. La vejez y la
enfermedad tratamos de ahuyentarlas escondidos en el consumo, comprando cosas
que ni necesitamos, y muchas veces no podemos pagar.
Dicen que viviremos más que nuestros padres. Pero para
qué. Cual es el sentido de nuestra via. Honramos con nuestra vida, a aquellos
que estuvieron dispuestos a ofrendar sus vidas por una causa justa.
En tiempos en que pareciera que los problemas de la
vida, se reducen al tener y al comprar. Nos dicen que seremos mas pobres que
nuestros padres, cuando estemos viejos. De pronto nos sentimos engañados. Cómo es
esto, si trabajamos toda la vida, pagando imposiciones, impuestos
y contribuciones. Simple, la inmensa acumulación y concentración de riqueza en
manos de unos pocos, es la causa de la miseria de una inmensa masa de personas.
Viejos, pobres, pero con muchos años más de vida por
delante, lo que nos queda es seguir luchando, dar ejemplo a las nuevas
generaciones. Menos consumir y más compartir. Menos tele y más conversación con
los vecinos. Menos individualismo y más soluciones colectivas.
Dicen que después de la colusión de los pollos, de las
farmacias, del papel confort, ahora viene la colusión de las empresas “de la luz”. Dicen que
necesitamos comprarles un nuevo y más inteligente medidor de luz. Ellos ofrecen
diez mil pesos por el medidor viejo, y tu tienes que pagarles 90 mil por el
nuevo.
Bueno, que sea esta la primera de muchas decisiones
que tomemos para dar ejemplo de dignidad a
nuestros hijos. Resistirse al portonazo de las eléctricas será la prueba de que
hay esperanzas, en un futuro mejor para nuestros hijos.