domingo, 31 de marzo de 2024
TEMPORADA DE PATOS O TEMPORADA DE CONEJOS
En una escena memorable de Buggs Bunny y el Pato Lucas, el astuto conejo cambia el letrero que anuncia el inicio de la temporada de caza de conejos, por uno de temporada de patos. Elmer gruñón que es el cazador, ve sucesivos cambios, de letrero, hasta que pierde la paciencia, y dispara a los dos por igual. Amigos y amigas, en la historia política de Chile, los dibujos animados han jugado un rol, sirvieron a la dictadura civil-militar en esa larga noche del 5 de octubre de 1988. Como el tirano quería desconocer los resultados, los canales de TV transmitían una maratón del Correcaminos, hasta avanzadas horas de la noche, en que un taciturno Alberto Cardemil, subsecretario del interior, por fin reconoció el triunfo del No. En 2024, afortunadamente dejamos atrás hace rato esos años oscuros. Pero la imagen de temporada de patos o temporada de conejos, viene a la mente con nitidez, cuando vemos una nueva campaña electoral en ciernes.
Como si no hubiese sido suficiente el carnaval de votaciones en que hemos participado en los últimos cuatro años, la genialidad del legislador, concentró en este año, las elecciones de Gobernador regional y consejeros regionales, de alcaldes y concejales, dejando para el próximo las elecciones parlamentarias y presidenciales. Temporada de patos o temporada de conejos, a días del cierre del plazo de inscripción de listas, por todo Chile, se multiplican a diestra y siniestra, los ataques a eventuales adversarios. Nada se deja en el tintero, y se hace uso del viejo y confiable método, de demolición. Nada de lo que hace el adversario, es bueno, se le reprocha desde su forma de vestir, sus gustos en el comer y en el beber, y un largo etcétera de trivialidades personales. Si es temporada de patos, prima el discurso populista, el negacionismo, la exaltación del chovinismo más básico. Si es temporada de conejos, prima el discurso grandilocuente, lleno de exageraciones, donde hasta el concejal de la comuna más modesta, ofrece “el verdadero cambio” o “las transformaciones”. Entre tanta verborrea y patadas en las canillas diversas, cuesta distinguir lo real de la mera propaganda. Hace rato ya, que nadie habla de programas de trabajo, de las realizaciones concretas que ha tenido el o la candidata. Recuerdo que hace no mucho tiempo, partidos de este lado y del otro, fueron a la TV a buscar candidatos, un experimento que en principio resultó muy bien, porque electos con grandes votaciones. Después se vio que no todo era color de rosa, y hoy parece que se ha desistido de buscar por allí. Las elecciones que enfrentamos este año, son relevantes para las regiones y para las comunas del país. Es donde vive y sueña el pueblo de Chile, es donde se puede enfrentar de mejor o peor forma, las brechas sociales, las falencias del aparataje del estado central. En las elecciones regionales y comunales, se juega la descentralización de Chile. Así nada más, una lucha que se viene dando desde los albores de la república, en contra del centralismo, puede fortalecerse o debilitarse en esta elección. Los cargos a elegir en octubre, son los que están directamente relacionados, con la vida cotidiana de las personas, más allá de los discursos de salón, y las ideologías de turno, Se requiere allí, buenos liderazgos, de eficacia probada, buenos gestores. Porque es la gestión y no los discursos, los que resuelven problemas, y, al fin y al cabo, como dice Noam Titelman, a veces lo más progresista, es que se retire la basura periódicamente, y que las luminarias funcionen. Estamos en un escenario, donde lo que realmente valora la ciudadanía, es esa capacidad de resolver problemas. Después de todo el liderazgo, también debe ser consciente de las numerosas cargas, que deben soportar los vecinos y vecinas. El líder debe ser capaz de aunar, de conciliar, pero también de invitar a soñar en el futuro. El liderazgo que nuestras comunas y regiones necesitan, es capaz de proyectar, de mirar más allá, para en conjunto con los hombres y mujeres del territorio, construir una mejor comuna y una mejor región.
En este nuevo proceso electoral que se inicia, no queremos ni temporada de patos ni temporada de conejos. Que afloren los proyectos, los planes que cada candidatura ofrece a las comunas y regiones. Y serán los vecinos y vecinas, quienes juzgarán con su voto, las realizaciones y la trayectoria pública de cada uno.
Las elecciones se efectuarán el 27 octubre de 2024, se analiza la posibilidad de realizar el evento en dos días, considerando el volumen de candidaturas de las papeletas. Cualquiera que sea la decisión, estas elecciones son las más importantes, para el ciudadano de a pie, para el vecino común y silvestre. En esta elección se juegan las soluciones a los problemas cotidianos, pero también la capacidad de soñar y hacer soñar, en una ciudad y región con mejor calidad de vida.
Las elecciones de octubre serán con voto obligatorio, por lo que se espera que unos 14 millones de electores concurran a las urnas. Pero no debemos olvidar que la decisión de esta votación, no está en la capital del país, o en las lindas oficinas del congreso, esta votación se decide en cada comuna y región, por lo que participar tiene importancia, y producirá un efecto inmediato. Por eso, a revisar con detención la trayectoria pública de las candidaturas, sus realizaciones y aportes concretos a la comuna o región, para elegir la mejor opción disponible.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 1 de abril 2024.-
domingo, 24 de marzo de 2024
LA CAP ES LA PUNTA DEL ICEBERG
Amigos y amigas, una situación muy delicada afecta a la región del Biobío, cuando los canales de TV dejaron de transmitir 24/7 el escabroso caso Hermosilla, se coló en la pauta, el anuncio de suspensión indefinida de la planta Huachipato. Para que se hagan una idea de su importancia, es la principal planta siderúrgica de Chile. Pertenece a la CAP, compañía de aceros del pacífico, hoy una SA, cien por ciento privada, pero que nació en la época dorada de CORFO, del estado emprendedor, durante los gobiernos radicales. A fines de la segunda guerra mundial, los gobiernos progresistas de aquellos años, impulsaban la iniciativa de sustitución de importaciones. Se esperaba generar una ola de industrialización en el país, para proveer las ingentes necesidades de un país que quería dejar atrás la pobreza y el subdesarrollo. Durante el gobierno del presidente Juan Antonio Ríos, se funda la Compañía del Acero del Pacífico S.A, como una empresa de propiedad mixta conformada por CORFO (Estado de Chile, 33 %), la Caja Autónoma de Amortización de la Deuda Pública (14 %) y accionistas particulares (53 %). En 1950 se inauguró la Siderúrgica Huachipato, principal polo industrial de la compañía.
En el año 1971 durante el gobierno del presidente Salvador Allende, esta industria calificada de importancia estratégica, fue incorporada al área social de la economía, pasando a ser cien por ciento estatal. Esta empresa fue privatizada junto a otras 300, durante la dictadura militar, pasando a ser cien por ciento privada. Después de la crisis económica de 1982, los economistas neoliberales que eran la cara civil del régimen, decidieron impulsar el “capitalismo popular”. La idea era capitalizar las industrias, a través de recursos frescos de sus trabajadores. Se puede leer en el sitio del Centro de Estudios Públicos, una sentida columna escrita por un dirigente sindical de aquellos años, que aplaudía en forma entusiasta esta política: “En noviembre de 1984, la Junta Extraordinaria de Accionistas acordó aumentar el capital de la compañía en 82 ,4 millones de dólares, mediante la emisión de 329.794.619 acciones, sin valor nominal, al precio unitario de US$ 0,25. Los trabajadores adquirimos, durante 1985, alrededor de un 5% de esa emisión con recursos provenientes del adelanto de indemnización por años de servicios” (CEP, 2024)
La compañía hoy es multinacional, es líder en Chile en producción de ciertos insumos de acero, para la minería, pero viene atravesando por más de una década, por serios problemas derivados de sus altos costos de producción, que tienen a la planta Huachipato, con pérdidas de un millón de billetes verdes al día. Una cifra difícil de imaginar, que configura una situación insostenible. El principal productor de elementos de acero en el mundo, es China, que produce más del 40% de la producción mundial. Hace más de diez años, la CAP, ha venido denunciando ante la Comisión anti distorsiones de precio, la existencia de dumping de las empresas chinas. La Comisión Nacional encargada de investigar la existencia de distorsiones en el precio de las mercaderías importadas, fue creada en 1986, en 1990 el gobierno democrático le otorgó el carácter de comisión nacional. Desde 1993, la Comisión cuenta con la facultad de recomendar derechos antidumping y desde junio de 1999 dispone de la posibilidad de recomendar medidas de salvaguardia conforme al Acuerdo de Marrakech. (CENTRAL, 2024).
Según informe emitido por la asesoría parlamentaria de la Biblioteca del Congreso Nacional, en octubre de 2023, se detalla que en el período 1999 y 2023, se había iniciado en la comisión, por denuncia en 12 casos, y de oficio en 2 casos, investigaciones para determinar la existencia de dumping u otras acciones contrarias a la libre competencia, por productos de acero. De acuerdo al mismo informe, en 12 casos se determinó la aplicación de salvaguardias. (BCN, 2024).
El caso es, amigos y amigas, que la CAP ha denunciado la existencia de dumping, y este, según la Organización mundial de comercio (OMC), es cuando un producto se introduce en el mercado de otro país a un precio inferior a su valor normal. El caso presentado ante la Comisión Anti distorsiones de Precio, es en contra de productos de acero de origen chino. La comisión, es una entidad técnica, que analiza los antecedentes presentados por el denunciante, y realiza un concienzudo estudio de mercado. En su carácter de tal, resolvió acoger la denuncia presentada, y aplicar salvaguardias a las bolas y barras de acero importadas por un promedio de 15,3%, para así lograr una protección hacia la producción nacional. Sin embargo, la compañía ha informado que la tasa que había solicitado de un 25%, es la que le permitiría seguir operando, por lo que una tasa menor, le impediría absorber las pérdidas antes señaladas, de un millón de dólares por día.
Para la región del Biobío es una catástrofe social, enfrentar la pérdida de más de 20 mil empleos formales entre directos e indirectos. Desde luego que la producción de acero en Chile, es una actividad estratégica, y debemos buscar como país una solución racional que dé cuenta del problema de fondo. Por cierto, que ni yo, ni mis queridos lectores y auditores, somos especialistas en el mercado del acero. Pero sí podemos apreciar, que aplicar salvaguardas a destajo, por tiempo prolongado, con la esperanza de revertir pérdidas estructurales, no resolverá la situación de la planta de Huachipato. Algunos han recordado el cierre de la ENACAR, la empresa minera estatal de carbón de Lota, Coronel y Lebu. en los años 90´. En esa empresa laboraban decenas de miles de trabajadores, fue un golpe demoledor para la economía regional, que tardó años en recuperarse. En esa ocasión fue el menor valor del carbón importado, frente al alto costo de producción de ENACAR. El caso de la planta Huachipato es diferente, sus dueños son capitales privados, el anuncio de cierre de la planta, produjo un aumento del valor de la acción de CAP. Al parecer el mercado valora el fin de un activo que provoca pérdidas. Obviamente que no son sólo dólares y centavos, es un pueblo entero el afectado. Pero qué puede hacer el estado, ¿qué podemos hacer todos nosotros? Con un modelo de estado reducido a un rol de garante, y sin un rol activo en la economía, como lo tenía con la constitución de 1925, vigente durante la industrialización para sustituir importaciones, y el auge de CORFO. La constitución del 80’ impide al estado realizar actividad empresarial, salvo que una ley de quorum calificado lo autorice. Estamos amigos y amigas, caminando en la frontera del libre mercado, en esa área difusa donde medran los especuladores, esos que hacen “la pasada”, y ganan fortunas, a costa de la ruina de miles. El estado no tiene hoy ni los recursos ni las facultades para intervenir en la siderúrgica en tris de cierre. Lo de aumentar la salvaguarda, es un placebo, no va a reducir los costos de producción, ni a hacer rentable, una operación que genera sólo perdidas. Y qué impacto produciría en el mercado local del acero, si se duplica la salvaguardia, como se ha pedido. Parece que el libre mercado, tiene estos sinsabores. Pienso en los productores de uva que reclaman hoy, porque las grandes Viñas, les están pagando cien pesos por el kilo, lo que no cubre ni la décima parte de sus costos. Pienso en los productores de trigo, afectados también por el bajo precio que están pagando los grandes molinos. Tal vez, el apuro del momento sea, salir del paso, y aumentar la salvaguardia, sin consideraciones técnicas, sólo por razones políticas. Sería lo más sano, para un gobierno con minoría parlamentaria, y que en unos meses enfrentará nuevas elecciones. ¿Pero saben qué?, eso sólo postergará el cierre. Y se volverá a la misma discusión el próximo año. Aquí radica la esencia del contenido de la constitución del 80’. El orden público económico, defendido con diente y muela por el sector conservador. El mismo que exige un estado famélico, que no quiere impuestos a la riqueza, ni a las ganancias, pero está enfurecido exigiendo que el estado se haga cargo de las pérdidas. Que salve a las isapres, a las clínicas y compañías de seguros, integradas verticalmente en el negocio de la salud. Que salve a las AFP, para que la economía de casino, siga alimentando a precio de huevo, la especulación financiera y bursátil. Lo de la planta de Huachipato es la punta del Iceberg, tenemos que discutir el tema de fondo, darle herramientas al estado de Chile, para que tenga un rol más activo, efectivo y moderno en la economía.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 25 de marzo de 2024.-
BCN. (24 de marzo de 2024). www.bcn.cl. Obtenido de file:///C:/Users/Usuario/Downloads/JW_Comision_Antidistorsiones__Acero%20(1).pdf
CENTRAL, B. (24 de marzo de 2024). www.bancocentral.cl. Obtenido de https://www.bcentral.cl/documents/33528/2546167/Comision122009.pdf/433f16ab-ed17-c930-0aa2-1dee3db01064?t=1596116864833
CEP. (24 de marzo de 2024). www.cep.cl. Obtenido de https://www.cepchile.cl/investigacion/la-privatizacion-de-la-industria-del-acero-vista-por-dentro/
domingo, 17 de marzo de 2024
PARA MEJORES SUELDOS
Amigos y amigas, esta semana causaron mucho revuelo, comentarios en redes sociales, y las consabidas columnas de opinión, las expresiones vertidas por la ministra del trabajo, en un panel donde participaba un alto dirigente empresarial. Al fragor de lo que allí se discutía, la ministra espetó al líder empresarial:” paguen mejores sueldos”. La frase en sí no es ofensiva, ni debiera ser más que una anécdota, pero ha reabierto el debate respecto a los salarios en Chile. Hagamos un poco de historia, según datos del INE, el ingreso mínimo el primero de junio de 1989, último año de la dictadura civil-militar chilena, era de $18.000. A junio de 1990, primer año del retorno a la democracia, gobierno del presidente Aylwin, el ingreso mínimo tuvo un incremento llegando a $26.000. Al término de su mandato el ingreso mínimo ascendía a $46.000. Treinta años después, durante la administración del presidente Boric, se estableció un mecanismo de reajustes gradual del ingreso mínimo, el que aumentó a $440.000 el 1° de mayo de 2023, y aumentará a $460.000 el 1° de septiembre de 2023 y a $500.000 el 1º de julio de 2024. Según estimaciones del INE unos 900 mil trabajadores perciben el ingreso mínimo en Chile, correspondiendo principalmente a trabajadores (as) que prestan servicios en micro y pequeñas empresas. Por sector económico trabajan en los sectores comercio y agricultura mayoritariamente.
Estas cifras ilustran de mejor modo, la discusión en torno al nivel de ingresos. Los trabajadores (as) que perciben el ingreso mínimo mensual, verán incrementados sus ingresos durante la actual administración en un 8,7%, el mayor incremento en más de veinte años. El grueso de los trabajadores y trabajadoras de Chile, percibe un ingreso superior, por lo que los incrementos fijados por ley, para beneficiar a los trabajadores del ingreso mínimo, no se les aplica. Entonces, debemos entender el reclamo de la ministra del trabajo, no para este segmento de trabajadores, ni para las micro y pequeñas empresas, que los emplean, sino para la gran empresa, y para aquellos trabajadores y trabajadoras, que están inmediatamente por sobre el ingreso mínimo. Y allí se encuentra la mayoría de la fuerza laboral chilena, según la Encuesta Suplementaria de Ingresos ESI 2022, el ingreso mediano llegó a los $450.000 mensual. Es decir, que el 50% de la fuerza laboral chilena percibía una renta inferior a 450 mil pesos mensuales al año 2022. Sólo cuatro regiones del país superaron el promedio nacional ($757.752), la región de Antofagasta, con un ingreso medio de $933.988; la región de Magallanes y de la antártica chilena, con un ingreso medio de $890.645: la región Metropolitana con un ingreso medio de $875.891 y la región de Aysén con un ingreso medio de $870.858.
La mitad de los trabajadores y trabajadoras de Chile, depende de la negociación individual o colectiva para mejorar sus condiciones de remuneración. Considerando que menos de un 20% de los trabajadores, participa de procesos de negociación colectiva, estamos hablando de un segmento relevante de trabajadores. Ellos perciben un ingreso levemente superior al ingreso mínimo, por lo que cualquier reajuste es significativo.
Considerando lo anterior, surgen varias interrogantes. Si las condiciones de remuneración del grueso de los trabajadores de Chile, dependen de negociaciones al interior de las empresas, individuales o colectivas, ¿qué puede hacer el gobierno al respecto? Da la impresión que un reclamo pidiendo que suban los sueldos, es ineficaz, y del todo insuficiente. No divagaremos aquí, acerca de la estructura de costos de las empresas, y del delicado equilibrio existente entre estos, y los precios finales de los bienes y servicios. Sólo dejemos enunciado, que en general todo incremento en los costos, son traspasados a precios. Por tanto, no es inocua la discusión sobre el nivel de ingresos que debiéramos tener en Chile, de acuerdo al tamaño de nuestra economía. Considerando que la actual administración, ya consiguió un tremendo logro, con el incremento histórico del ingreso mínimo, ¿no será hora de impulsar un gran acuerdo por el empleo? En los nunca bien ponderados 30 años, de la eterna transición a la democracia, se forjaron acuerdos muy importantes, y ya es hora de retomar ese dialogo. Por ejemplo, la sala cuna universal. Está probado con abundante evidencia, el impacto que produce en los hogares chilenos, cuando la mujer puede incorporarse al mundo del trabajo. Hoy aparte de una brecha salarial inaceptable, en el sector privado, existe la condicionante principal a la contratación: La norma sobre sala cuna obligatoria y de cargo del empleador, cuando se tiene más de 20 mujeres. En los países desarrollados, particularmente los del norte de Europa, con los que nos gusta compararnos, cuentan desde hace décadas con normas de corresponsabilidad paternal y de cuidados, y los permisos de maternidad son compartidos entre ambos progenitores. Lograr un acuerdo en esta materia, haría innecesario estar reclamando en paneles de TV, por mejores salarios. La participación laboral femenina pasó de un 32,5 % en 1990 a un 48,9% en 2017, estamos muy lejos aún del estándar de los países de la OCDE, donde figuramos como el sexto país con la mayor brecha en este ámbito. Otra discusión técnica, que debe abordarse sin tapujos ideológicos: La flexibilidad de la jornada. La mejor forma de incorporar a las mujeres y a los jóvenes al mundo del trabajo, es con jornadas flexibles. Por ejemplo, se puede incorporar una modificación a la ley de las 40 horas, para que ese número de horas pueda cumplirse en promedio de varias semanas. Asimismo, la sala cuna debe financiarse con una cotización por cada trabajador independiente del género. O puede formar parte del pacto fiscal, para que sea financiado con impuestos generales. Estas son áreas en la que es muy probable exista disposición transversal a avanzar. Esa es la tarea de hoy, y no queda mucho tiempo, la frase para el bronce la dice cualquiera, pero sólo unos pocos pueden mirar más allá, y encontrar los caminos.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 18 de marzo de 2024.-
domingo, 10 de marzo de 2024
EL BARROS BORIC
Amigos y amigas, llegó a su fin el segundo año de gobierno del presidente Boric. Este día 11 de marzo se inicia el tercer año del gobierno progresista, y surgen ya en todos los medios, los análisis y diagnósticos, sobre esta primera etapa. Uno de los columnistas “mayores” del país, no sin una cuota de humor e ironía, hizo un paralelo entre el joven presidente, con el famosísimo presidente Ramos Barros Luco. A quien por supuesto todos recuerdan por el delicioso sándwich que lleva su nombre. Se dice que en la “Fuente alemana” de Santiago, nuestro presidente, habría pedido una modalidad especial de sándwich, un churrasco queso, con palta y extra mayo, el que rápidamente fue bautizado como el “Barros Boric”. Fuera de ese aspecto, que ninguno de nosotros lo tomaría a mal, el resto de la columna del prestigioso periodista Daniel Matamala, detalla sin anestesia, el sinnúmero de traspiés sufridos por el gobierno. Del mismo modo, enlista los cambios de opinión del presidente Boric, respecto a posiciones más taxativas y categóricas, de su período parlamentario. En resumen, lo que se apunta allí, es a las aparentes, y en algunos casos evidentes, contradicciones entre el joven diputado magallánico, con el no menos joven presidente de todos los chilenos. Hay verdades evidentes, el entusiasmo inicial, de llevar adelante un programa de transformaciones sociales profundas, dio paso, a una mirada más pragmática, que no dejó a todos sus partidarios contentos. Lo que se puede apreciar hasta el día de hoy. Esa es una verdad más grande que una catedral. Pero, no se puede culpar al presidente, por haber bebido de esa copa de realidad. Resulta obvio, que la falta de una mayoría parlamentaria oficialista, impediría la concreción del programa de gobierno, como fue proyectado. Pero ese era un hecho de la causa, un dato que se conocía desde el mismo día de la elección. Probablemente se sacaron otras cuentas, como lo que algunos sugieren, habría aconsejado el ex ministro Jackson, esperar el resultado del proceso constituyente. Si eso fue exactamente así o no, a estas alturas no tiene importancia, pero lo que sí la tiene, es que, a la espera de las elecciones de constituyentes, se dejó ir un semestre completo. Nada menos que los primeros seis meses de gobierno, cuando el éxito de segunda vuelta, todavía tenía enfervorizados a muchos partidarios. Coincido con el periodista Matamala, que ese fue un gran error, que hizo perder una oportunidad de avanzar en eventuales acuerdos legislativos. Sin embargo, el nobel presidente, venía de un proceso totalmente novedoso, sin parangón en la historia republicana. De dirigente estudiantil, a parlamentario, luego a creador de un partido político para presentarse como candidato presidencial, y luego candidato electo, y presidente de la república, en menos de 15 años. Eso en sí, ya escribe una página sorprendente en nuestra historia política. Pero, otra cosa ha sido encabezar exitosamente el aparato del estado, impulsar cambios administrativos y de gestión, a lo largo del país, ha sido una tarea de dulce y de agrás. Da la impresión, muchas veces, que el presidente va por un carril, y varios en su gabinete, van por otro. Y esto no es por las diferencias entre las dos alas del gobierno, simplemente no todos reman al mismo ritmo. Pero, sin duda, que no contar con mayoría parlamentaria es un gran obstáculo. Hay que recordar que desde 1990, el progresismo ganaba elecciones, pero no podía imponer su programa de gobierno, primero por los senadores designados, y por el sistema binominal, Y por la existencia del quórum supra mayoritario. La mayoría de las materias referidas a derechos sociales, a la organización del estado y de la economía, se podían reformar sólo si se reunía 2/3 de los parlamentarios, La larguísima transición a la democracia, tomó parte importante de los veinte años de la concertación de partidos por la democracia, para desmontar esos enclaves autoritarios. Quiero decir, que no contar con mayoría en el parlamento, no es justificación para la paralización de un gobierno. Por el contrario, el compromiso asumido con el pueblo de Chile, obliga a tomar acción, a buscar los apoyos, y generar los acuerdos.
Esa palabra, que aún hoy día, para algunos (as) tiene una connotación siniestra. Los acuerdos en democracia, son imprescindibles para poder avanzar en el progreso social. Sólo en las dictaduras, se puede imponer una voz, una opinión, sin parlamentar, ni negociar con nadie. Esa noción, que valora los dificultosos avances del pasado, surgió en el presidente Boric, durante el primer año de su mandato. Hoy es convicción, “dialogar hasta que duela”, ha dicho varias veces. Pero no todos en su gobierno piensan lo mismo, también fuera de él, y por su extremo izquierdo, existen quienes sostienen que hay que resolver las diferencias con el apoyo de la calle. Pero, de esa agua ya hemos bebido, y bastante. No produjo ni avances en la agenda social, ni fortaleció a los sectores extra sistema. Fue un volador de luces, y una nueva clase de historia, no se construyen los procesos sociales, sin mayoría social y política.
Pese a todo, el presidente Boric, mantiene hoy día, un no despreciable 26% de apoyo popular, según diversas encuestas. Incluso algunas le dan sobre el 30%. Al parecer la población chilena, ve los esfuerzos, y por cierto los errores, del joven presidente. También verán las correcciones de rumbo, los reconocimientos de yerros propios o de su gobierno. Ningún presidente anterior enfrentó un parlamento con la dispersión del actual congreso chileno. Nada menos que 21 partidos con representación parlamentaria, y una decena de partidos más en formación. Organizaciones con micro votaciones, todas con estrepitosas vocerías, y discursos incendiarios, o derechamente injuriosos. La misma norma que permitió al otrora diputado Boric, constituir en tiempo record un partido político, para inscribir su exitosa candidatura. Es la misma que hoy, muchos otros y otras utilizan, para impulsar sus propios proyectos personales o identitarios. El sistema político chileno, no permite ni permitirá a ningún gobierno, contar con mayoría parlamentaria. La estabilidad política que se construye sobre la base, del dialogo democrático, entre fuerzas equivalentes, no es posible, cuando campea el populismo y el caudillismo.
La izquierda chilena, está en la encrucijada, a la cabeza del gobierno progresista, tiene la obligación moral y política, de impulsar el proyecto político, que se impuso en las elecciones presidenciales. Tiene razón el presidente, se deben buscar los acuerdos necesarios, para concretar el mandato que el pueblo le diera. No es tiempo de discusiones banales, ni de hacer filosofía política de bajo vuelo. De cara a las mediciones electorales del mes de octubre, que ya golpean la puerta de La Moneda, la mejor carta de presentación, es hacer el trabajo encomendado. Allanar los caminos, buscar interlocutores, para avanzar. Y si todo eso falla, y el sector conservador, como lo ha hecho en el pasado, niega la opción de avanzar en los derechos sociales. En esa hora decisiva, si Chile no puede avanzar en las reformas fundamentales, que se esperan desde 1990, que se convoque a un plebiscito, y que sea el pueblo el que decida.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 11 de marzo de 2024.-
sábado, 2 de marzo de 2024
UN TOBOGAN DE EMOCIONES
Amigos y amigas, esta semana vivimos nuevamente en un tobogán de emociones. Parece que, a fin de cuentas, los chilenos y chilenas no somos tan distintos al resto de nuestros hermanos del continente. Nos gusta el melodrama, y somos bien exagerados al mostrar nuestras emociones. Eso en sí, no tiene nada de malo, sólo es una constatación, que nos permite ser menos cáusticos al juzgar a los demás. La semana se dividió entre noticias alusivas al secuestro de un ex militar venezolano, y las referidas a una nueva versión del festival internacional de Viña Del Mar. La tantas veces comentada, hegemonía en el control de los medios de comunicación, por un sector político, nos tuvo desde la mañana a la noche, conociendo las más intricadas teorías, acerca del dramático secuestro. Un hecho tan sensible y doloroso, para su familia, como podría serlo para la familia de cualquiera de nosotros. No estamos en Chile, habituados a este tipo de delitos, es cierto, de que hace diez años no existían, y que desde hace unos cinco, se han vuelto preocupantemente frecuentes. Pero no está en nuestra normalidad, a Dios gracias, este tipo de lacra delictiva. Por tanto, convengamos en que el secuestro de personas, en sí, reviste tal gravedad, que no hay discurso político que valga. Quiero decir, que es muy grave, y doloroso, para un país que conoció el secuestro y desaparición de personas, como práctica sistemática de la dictadura, el ver tantos años después, de vuelta horrores similares. Es aquí, donde reside, la parte más cuestionable éticamente de este asunto. El uso y manipulación política, de la tragedia y el dolor de una persona y su familia. Lamentablemente, el sector conservador chileno, que abrazó con fervor y entusiasmo la política de terror de estado, de la dictadura civil-militar, tomó como una oportunidad única, este trágico hecho. Era hora de sacar al pizarrón al progresismo. Cómo era posible que el gobierno permitiera, que la tiranía venezolana, persiguiera en Chile, a sus opositores. Ese era más o menos, el argumento. El eterno complejo de la derecha chilena con las violaciones a los DDHH, cometidos por un régimen dictatorial del que fueron protagonistas, y promotores, encontraba por fin, una contracara, un empate en la bestialidad y el horror. Pasamos la semana entera, viendo el desfile de figuras de todo el espectro de partidos conservadores chilenos, y sus movimientos subalternos del ex centro político, haciendo sentidas declaraciones en contra del régimen venezolano. Con el mismo énfasis, se urdieron teorías, se citaron declaraciones de supuestos agentes de inteligencia de la oposición venezolana. Uno de ellos, de dudosa filiación, que, desde Miami, sindicaban al gobierno de Chile, como cómplice en una trama internacional, para perseguir a disidentes políticos. Un frenesí mediático que sólo se puede explicar, por la hegemonía absoluta de sectores de la derecha económica y política, en el control de los medios. Se difundieron las ideas y teorías más absurdas, y la cohorte de periodistas a sueldo, en los medios, haciendo gala de una pasividad e indolencia, que ofende la inteligencia de cualquiera.
Muy activos, los parlamentarios conservadores, se aprestaban ya a iniciar sendas comisiones investigadoras, y otros muy laboriosos, pedían volver antes a sesiones en el congreso, interrumpiendo el feriado. Cuando, la realidad deja con un palmo de narices, a los conspiranoicos, sucede el sensible hallazgo, en tiempo record, de los restos mortales de la persona fallecida. Una acción coordinada, de fiscalía, las policías, y la subsecretaría del interior, permitió dar con alguno de los presuntos responsables del secuestro. Por cierto, no hay indicios de que existiera algún móvil político, y se presume la actuación de bandas narco. ¿Qué podemos decir?, un hecho horrible, y que no pude dejar a nadie impávido. Las instituciones han actuado eficientemente, y deberán continuar hasta el esclarecimiento total de los hechos. Mientras tanto, la lección más importante, sobre todo, para el sector conservador, es a moderar sus palabras, a contenerse, no es sano, ni tampoco permisible, que personas que detentan cargos de responsabilidad política, acostumbren a declarar cualquier cosa, con tal de ocasionar un problema al gobierno. Dañar la imagen de Chile, como lo han hecho esta semana, es irresponsable, y es una conducta que atenta contra los valores intrínsecos de nuestra república. Mentir y mentir, sólo para generar un hecho político que dañe al gobierno, está mal, sea que lo haga la derecha o la izquierda. Así no se sirve a Chile y a su gente.
Amigos y amigas, me quedo con la templanza que han tenido nuestras autoridades, partiendo por el presidente Boric, quien ha manifestado en todo momento su preocupación por un caso, que afecta a una persona y su familia. Conocida por todos, es su actitud de rechazo a toda dictadura, sea del sello que sea. Por cierto, lo ha manifestado enfáticamente, respecto del régimen de Maduro en Venezuela. En la misma línea la ministra Carolina Tohá, y el subsecretario del interior, Manuel Monsalve, dos baluartes del socialismo democrático, que han servido eficaz y eficientemente, las altas responsabilidades de su cargo.
Pero decía, más arriba, amigos y amigas, que vivimos una semana que fue un torbellino de emociones. Porque también tuvimos el debut, desarrollo y despedida, del festival internacional de Viña del Mar, en su versión sexagésima tercera, es decir que se hace 63 años. No ahondaremos acá en el detalle de las numerosas presentaciones de artistas, sólo decir que, entre los puntos más altos, estuvo la actuación del tenor Andrea Bocelli, que emocionó a todo Chile por su grandiosa voz. Y, asimismo, la presentación del grupo Los Bunkers, que los posicionan como la banda rock, más importante de este momento, en la música chilena, Como siempre, la parrilla de artistas es suficientemente amplia, para satisfacer el gusto de generaciones distintas, y también a audiencias distintas. El festival, es el rito del término del verano, que hemos tenido a lo largo de la historia, y así fue también este año, El enfoque solidario, también es un punto alto a destacar, debido a que la altísima recaudación, irá a fondos de reconstrucción de los miles de hogares destruidos por las llamas.
También recibimos, esta semana, excelentes noticias de la economía, que nos dan a todos un respiro, y nos llena de esperanzas. Nuestro buen ministro de Hacienda Mario Marcel, ha señalado que la cifra dada a conocer por el Banco Central, de que, Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) creció 2,5% interanual en enero, son excelentes noticias para todos y todas. La cifra superó las proyecciones del mercado, que esperaban un crecimiento en torno al 0,1%, y anota su mejor desempeño desde junio de 2022. Todos los sectores económicos marcan un crecimiento, lo que abra expectativas de que el año 2024, va a ser efectivamente el año de la recuperación económica. El Ministro Marcel, proyecta un crecimiento de 2,4% para el año 2024. Más crecimiento económico, implica más oportunidades de empleo, ingresos formales y constantes, y mayor poder adquisitivo, lo que redunda en un mejor bienestar del trabajador y trabajadora, y su familia.
En línea con lo anterior, en el último consejo de gabinete, el presidente Boric, pidió a sus ministros y ministras, que los dos años que restan de su mandato, estén consagrados a cumplir promesas, a lograr avances concretos con buena gestión, y a estar permanentemente en el territorio, transmitiendo las buenas nuevas.
Es muy atingente la instrucción presidencial a su gabinete. En esta misma semana, dirigentes políticos del propio partido del presidente, hacían ver que el gobierno debía hacer un mayor esfuerzo por ganar “la batalla ideológica a la derecha”, de paso se cuestionaba la disposición del gobierno al dialogo y a construir acuerdos con la oposición. En un ambiente político chato y autorreferente, fue bienvenida la declaración del diputado Winter. Porque dio paso a las réplicas de rigor. La jefa de gabinete, Carolina Tohá. Fijó con claridad el norte del gobierno progresista, señaló “los testimonios no son avances sociales si no se logran transformar en acuerdos democráticos”. Una verdad más grande que una catedral. En el mismo sentido, se han citado reflexiones similares, de uno de los intelectuales más reputados, y muy escuchado por el presidente, Noam Titelmann, quien ha sostenido, que a veces lo más progresista, es llegar con luz eléctrica a un barrio que no la tiene, o que el servicio de aseo, retire la basura oportunamente. Por cierto, yo coincido más con la ministra Tohá, y con Noam Titelman, las personas necesitadas, no se alimentan ni con discursos ni con frases para el bronce. La primera tarea, el primer deber de un gobierno progresista, es aliviar los dolores de su pueblo. No hay ideología que se sostenga, si no es con solución de problemas, y con mejoras concretas y efectivas de la calidad de vida de las personas. No hay transformación social posible, sin buena gestión.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 4 de marzo de 2024.-
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