domingo, 27 de septiembre de 2020

¿POR QUÉ SUBEN LAS VERDURAS?

 

                                               En vísperas del 18, haciendo fila fuera de una verdulería, divisé un amigo. Él ya venía de salida, con su bolsa de compras. Me comenta al pasar: “¡Ocho lucas por tres cosas!, es el colmo, deberías escribir de esto”. Tuve un par de decenas de razones más, para encontrarle razón, cuando salí con mi propia bolsita. Por ello, trataremos de explicar, cómo funciona el mecanismo de asignación de precios. En Chile existe una economía de libre mercado. De acuerdo a la teoría económica, los precios de los bienes y servicios, “se establecen a través del libre juego de la oferta y la demanda”. Filas de gente esperando para adquirir productos, o aglomeraciones afuera de las tiendas en navidad, son ejemplos concretos, de aumentos en la demanda de bienes y servicios. ¿Qué puede producir estos aumentos en la demanda?, la teoría define como determinantes de la demanda:

-El precio del bien. Una disminución del precio del bien, producirá un aumento de la cantidad demandada. Un aumento del precio, producirá una disminución de la cantidad demandada.

-Los precios de los bienes sustitutos, aquellos que pueden satisfacer la misma necesidad. Un aumento en el precio del bien, produce un aumento de la demanda de un bien sustituto. Ejemplo café y sucedáneos del café.

-El precio de los bienes complementarios, un aumento en el precio del bien produce también un aumento en el precio de los bienes complementarios, y una disminución de su demanda. Ejemplo pan y mantequilla.

- Ingreso real, a mayor ingreso se producirá un aumento de la demanda de bienes normales.

-Gustos, influye en las decisiones de compra, influenciados por las costumbres (fiestas patrias, navidad), tendencias o moda.

- Población. Un aumento de población, involucra un aumento de la demanda. 20 mil personas demandan 20 mil panes, 158 mil personas, demandarán 158 mil. Una disminución de población, producirá el efecto contrario.

-Expectativa del cambio futuro en los precios. Lo que las personas creen que va a pasar, influye en la demanda. Si se espera un aumento del precio de los pescados y mariscos para Semana Santa, esto producirá un aumento de la demanda de bienes sustitutos. O se procurará anticipar las compras, y conservar en el congelador.

                                                           Cómo puede apreciarse, en el ejemplo de las verduras en fiestas patrias, se conjugan varios factores. Por un lado, un aumento de demanda asociado a los gustos. En el pasado, se agregaba el factor Ingresos, debido al pago de aguinaldos de fiestas patrias. En esta oportunidad, el factor ingresos, pudo estar presente, con el retiro del 10% de las AFP. Del mismo modo, la expectativa en el cambio futuro de los precios, influyó sobre manera, en el aumento de la demanda. Es muy claro este factor, en Magallanes, donde tradicionalmente el precio de las verduras, así como el de las carnes, sube durante las fiestas patrias. Consumidores haciendo fila fuera de verdulerías así lo acreditan.

                                                           Hasta ahí tenemos una explicación teórica, y general, acerca de lo que produce los aumentos de demanda. Para la determinación de los precios de los bienes, esto se conjuga con la oferta de bienes y servicios.  Que opera de una forma similar, pero a la inversa. A mayor oferta menor precio, ergo a menos oferta, mayor precio. El problema, tiene una explicación teórica, pero probablemente no satisface. Y eso también tiene a su vez explicación. El libre juego de la oferta y la demanda, base de nuestro sistema de libre mercado, supone la existencia de una competencia perfecta. Una libre competencia entre distintos y múltiples oferentes de bienes y servicios. De este modo, teóricamente, el consumidor podrá alcanzar la máxima satisfacción posible, con su ingreso disponible. En la práctica, en Magallanes, en ocasiones como la descrita, nos vemos limitados. Por las condiciones de aislamiento, costo del flete y costo de combustible, por la enorme distancia a los centros productores, existe una cantidad reducida de proveedores. Si agregamos las condiciones actuales, que limitan a los consumidores en sus desplazamientos. Limitación del número de personas que pueden ingresar a los grandes supermercados. Han volcados a miles de personas, a los proveedores minoritarios. Y digámoslo por su nombre, en algunos casos, esos proveedores, no han estado a la altura. La especulación o los sobre precio, escapan al funcionamiento normal de la economía. Lamentablemente, mi amigo Alfredo, yo, y otros tantos que estábamos en esa fila, teníamos el tiempo acotado del permiso temporal. Ya no podíamos optar por buscar en otro comercio. Claramente, este caso, no se ajusta en nada a la teoría económica. Sólo diré que ni siquiera estaban puestos los precios de los productos.  Así que, amigo mío, no vuelvas a comprar en ese lugar.

                                                                       Los frutos del progreso, no sirven si sólo son para unos pocos. En tiempos en que muchos ofrecen mejorar nuestras vidas, en tiempos en  que nosotros mismos, añoramos una sociedad mejor. Jamás olvidemos que ningún proyecto social, económico o político, tendrá éxito si no actuamos con honestidad, con lealtad, con generosidad.

Ernesto Sepúlveda Tornero

                                              

domingo, 20 de septiembre de 2020

EL ORDEN PÚBLICO ECONÓMICO

                                                 Nos acercamos raudamente, al plebiscito donde decidiremos, Apruebo o Rechazo a una nueva constitución. Un hito fundamental en nuestra historia republicana, pero que sólo constituye el inicio del proceso constituyente. Se ha producido una cierta incertidumbre en los sectores empresariales, y los fondos de inversión, por la dinámica que podría seguir este proceso. Se teme a la denominada “hoja en blanco”. Vale decir, el temor cunde ante la posibilidad, de que sectores radicalizados, pretendan barrer, con los derechos o garantías del resto de la sociedad. En mi opinión, es un temor infundado. Actualmente en Chile, ningún sector político reúne, por sí solo, el apoyo popular mayoritario. Ningún sector puede alzarse con la mayoría absoluta de los constituyentes. Eso es garantía de que en las materias donde mas debatidas, se requerirá llegar a acuerdos.

                                               Sin lugar a dudas, uno de los aspectos más importantes para el crecimiento del país, para la generación de empleos, y creación de riqueza, es el denominado ORDEN PÚBLICO ECONÓMICO. Con ayuda de un viejo manual de derecho económico, trataremos de explicar su importancia. Y por qué es de los contenidos importantes de la constitución política, tanto de la actual, como de la futura.

                                               Según la doctrina, en definición del profesor José Luis Cea: “El orden público económico, es el conjunto de principios y normas jurídicas, que organizan la economía de un país. Y facultan a la autoridad, para regularla, en armonía con los valores de la sociedad formulados en la Constitución”.  De esto se entiende, que el orden público económico, es un orden normativo. Es decir, son leyes y reglamentos que regulan y organizan la economía del país, pero lo hacen en armonía con los valores constitucionales.

                                                           En la actual constitución, son manifestaciones del Orden público económico:

-Principio de Subsidiariedad (art. 1º inciso tercero), el cual se expresa en las garantías constitucionales (art. 19 Nº 3, 9, 11, 12, 18, etc.);

- Igualdad ante la ley, y proscripción a toda forma de arbitrariedad (art. 19 Nº 2);

-Derecho a vivir en un medio libre de contaminación y restricción de otros derechos en protección del medio ambiente (art. 19 Nº 8)

-Derecho a la protección del Trabajo (19 Nº 16)

-Igualdad ante las cargas públicas (art. 19 Nº 20

-Derecho a desarrollar cualquiera actividad económica (art. 19 Nº 21 inciso primero)

-Regulación del Estado Empresario (art. 19 Nº 21 inciso segundo)

-No discriminación económica (art. 19 Nº 22)

-Libertad para adquirir todo tipo de bienes (19 Nº 23)

-Derecho de Propiedad (19 Nº 24)

-Derecho de propiedad intelectual (19 Nº 25).

                                                                       Como se puede apreciar de los textos citados, el corazón de la actividad económica chilena, está expresado en un conjunto de normas, que conforman el Orden Público Económico, y que está integrado a la actual constitución. En otras palabras, de una eventual discusión constituyente, dependerán definiciones de carácter técnico, que tienen un impacto directo, en la vida cotidiana de todos nosotros.

                                                                       Pongo el relieve en el plano económico, porque gran parte de las promesas de campaña, de los candidatos, casi siempre se relacionan con aspectos, que están regulados allí en el Orden Público Económico. Son los aspectos centrales de toda economía, es el esqueleto, la columna vertebral de la economía. Cualquier modificación que hagamos en estas materias, producirá un impacto directo, en la capacidad de atraer inversiones a Chile, en la capacidad de generar empleo, en la posibilidad de percibir mejores salarios.

                                                                       Cuando hablamos de una nueva constitución, debemos entender, que incluye materias como estas, de gran tecnicismo, y que son trascendentales, para que podamos vivir en la sociedad prospera a la que aspiramos.

                                                                       Es fundamental tener claro, que no existe ningún atajo para derrotar la pobreza y la desigualdad, ningún cambio legal o constitucional, nos va a convertir en un país desarrollado y equitativo de la noche a la mañana.  A nuestra generación le tocó esta tarea, y debemos asumirla, pensando en las generaciones que vienen. Con responsabilidad, y confianza de que sabremos hacer lo que es correcto.

Ernesto Sepúlveda Tornero

 

domingo, 6 de septiembre de 2020

UN PLEBISCITO PARA LA PAZ


                                       Este fin de semana, encontré en YouTube un programa “Informe especial”, sobre el período, posterior al triunfo del NO. Una etapa cubierta por una nebulosa, que va desde el 5 de octubre de 1988, hasta las elecciones presidenciales y parlamentarias de diciembre de 1989.  En ese período, los representantes de la Concertación de partidos por la democracia (por ese entonces integrada por 17 partidos), pactaron con las autoridades del régimen de Pinochet. Fueron negociaciones que encabezó por el gobierno, el ministro, Carlos Cáceres, economista, nombrado en reemplazo de Sergio Fernández. Este, era considerado más duro, y había sido el jefe de campaña de la opción SI. Se debía dictar una serie de disposiciones legales, y reglamentos para que pudieran realizarse las elecciones libres y democráticas, por primera vez en 19 años.

                                    Visto en retrospectiva, este período de nuestra historia, parece ahora mucho menos heroico y patriótico, que lo que les pareció a sus protagonistas en aquel tiempo. Sin embargo, el realismo político debió primar, ya que se estaba en un proceso inédito, en que un dictador era sacado del poder a través de sus propias reglas. La victoria del 5 de octubre, dejó un sabor de dulce y agraz, ya que quienes votaron para que el tirano continuara gobernando, 8 años más, sumaron el 44% de los votos. La transición a la democracia, se iniciaba con un país dividido en dos.

                                    En diciembre de 1989, la Concertación ganó las elecciones presidenciales. Fueron cuatro elecciones sucesivas. Un período de veinte años consecutivos, Chile vivió el período de mayor estabilidad social, política y económica. Ninguna de las predicciones que hicieron los partidarios del dictador se cumplieron. No hubo caos, no nos transformamos en una dictadura comunista. Se respetó los derechos humanos y la libertad económica. Sin embargo, la herencia del pasado autoritario, permaneció presente por muchos años. Los senadores designados, la inamovilidad de los comandantes en jefe de las FFAA, y del general director de Carabineros. El sistema electoral binominal, fue lo último que pudo reformarse, para la elección de 2017.  

                                    La alternancia en el poder, vino a consolidar el sistema democrático chileno, en dos ocasiones en 2013 y 2017, un candidato de derecha, ganó las elecciones presidenciales.  El traspaso del poder se produjo en paz, y las instituciones de la república continuaron funcionando.

                                    Pero, había un malestar latente, una desafección con la política, que se acrecentó con el voto voluntario. Menos de un 40% del electorado participa hoy en los procesos electorales.  Las expresiones de descontento social, el reclamo persistente en contra de la desigualdad, la incapacidad de las instituciones democrática de canalizar, estas demandas. Son algunas de las razones del denominado “estallido social” de octubre de 2019.

                                    Nos vemos hoy, en medio de un proceso inédito en nuestra historia. Las multitudinarias movilizaciones sociales, sobrepasaron la institucionalidad política, gobierno, parlamento. El oficialismo y los opositores, se vieron obligados a tramitar de apuro, una reforma a la constitución del 80’, que permitiera la realización de un plebiscito, para decidir el cambio de la constitución y el mecanismo. Y así, en menos de 60 días, viviremos en Chile una instancia histórica. Podremos votar por reemplazar a la constitución de 1980, por una constitución nacida íntegramente nacida en democracia.

                                    La historia nos da la oportunidad de sanar las heridas del pasado. Nos da la oportunidad de decidir en paz, nuestro destino como sociedad. Ningún sector político tiene en Chile, la capacidad ni el apoyo popular, para imponer por sí sólo un nuevo modelo de sociedad. Se equivocan quienes creen que se establecerá un sistema de economía central planificado, quienes creen que se va a conculcar el derecho de propiedad. No se impondrá ni un modelo chavista ni pro cubano. No hay que temer tampoco, que los nostálgicos del autoritarismo logren imponer de vuelta, normas que limiten las libertades, o restrinjan derechos sociales.

                                    Estamos llamados a asumir nuestra responsabilidad. Partidarios del apruebo y del rechazo, a la nueva constitución, tiene por igual, el derecho, y el deber de votar informados. Sin discursos del terror, sin noticias falsas. Debemos asumir que nuestro país, es diverso en el plano social, cultural y político, y nuestra carta magna, debe reflejar esta amalgama.

                                    Treinta y dos años después del plebiscito del 5 de octubre, que abrió el paso a la libertad y a la democracia, de la que hemos gozado hasta ahora. Estamos llamados a volver a las urnas.  Tal como dijimos el año 1988, sin odio, sin violencia, el 25 de octubre diremos apruebo y convención constitucional.

                                       Con esperanzas y con anhelos de paz, de entendimiento, para que seamos todos sin distinción en nuestra patria, dueños de nuestro propio destino.

Ernesto Sepúlveda Tornero