domingo, 30 de enero de 2022
SE GOBIERNA EN PROSA
Un prestigioso político demócrata, electo tres veces como gobernador del estado de Nueva York, acuñó la famosa frase “Se hace campaña en poesía, pero se gobierna en prosa”. Mario Cuomo, ya fallecido, se refería así al período en que un político debe hablarle al electorado, para convencerlo de la justicia de sus propuestas. Y al período posterior, ya electo, en que debe esforzarse para responder la confianza depositada. Ese es el sentido original de la frase, de Mario Cuomo, y no cómo la citan algunos para justificar engaños de todo tipo, con tal de resultar electos. Es una declaración realista, y también un reconocimiento transparente, que grafica cómo hacen política los líderes, que quieren aportar y trabajar con honestidad.
En eso pienso, viendo el despliegue post elección. El presidente electo Gabriel Boric, no ha escatimado esfuerzos, para demostrar que todo aquello que constituyó la base de su campaña, no fueron sólo frases bonitas, emotividad o buen marketing. Para tranquilidad de un país completo, pese a que aún no asume su cargo, las decisiones que ha ido tomando, van en el sentido de buscar los acuerdos, que viabilicen su programa de gobierno. Hablamos aquí de decisiones político-administrativas, que todo nuevo jefe de gobierno, debe adoptar. Un ejercicio muy distante de las asambleas de la escuela de derecho, donde inició su vida pública. Gabriel Boric, está tomando hoy, decisiones trascendentales para la marcha política y administrativa del país, y lo está haciendo a gran nivel. Demostrando una sensatez, y un talento, que ha sorprendido a sus adversarios, pero también, a más de algún dirigente político afín.
Veo la influencia de su formación humanista, la abundancia de buenas lecturas, y por cierto el gusto por los poetas. Porque nos acercamos al “se gobierna en prosa”, pero todo parece ir recubierto de los mismos aires, de esperanza, que vistieron su campaña y le dieron la victoria. Y se ha dicho hasta el cansancio, y yo lo repito ahora, el histórico gesto de instalar a un poderoso y mayoritario grupo de mujeres en el gabinete. Nada menos que catorce de veinticuatro. Cual mas cual menos, todas ellas con una reconocida trayectoria política, académica, científica o social. Pero como se “gobernará en prosa”, y habrá que cumplir las promesas efectuadas. Se ha construido un delicado equilibrio entre las fuerzas progresistas que se unieron en segunda vuelta. Sin decir “cuoteo político”, hoy vista como una mala palabra. Se efectuó una distribución, bastante parecida a la representación en el voto popular. Un ejercicio que pese a formar parte clave, de la conformación del gobierno, no se ve como un ejercicio republicano, sino poco menos, como algo espurio. Otro error que nos ha costado caro como país, y seguirá costando en cuanto a desafección de la política.
Como era de esperarse el nombramiento de la autoridad de hacienda, fue lo más celebrado. La templanza que demostró Boric, al designar al economista Mario Marcel, da pruebas de un carácter muy necesario en un presidente de la república. Ser impermeable, a las presiones de grupo, y pensar en el bien público. Las credenciales académicas y profesionales de Marcel, son innegables. Economista de la Universidad de Chile y Master en Economía de la Universidad de Cambridge, ex presidente del Banco Central. Antes de eso fue director del Banco Mundial. Políticamente se define como de centro izquierda. El presidente Boric, opta por un ministro que garantizará solvencia técnica y expertisse de gobierno, para tiempos de recursos escasos, y demandas muchas.
Resalta en el gabinete la presencia de mujeres, que tuvieron un enorme despliegue en campaña como Izkia Siches en Interior, Camila Vallejos en la Segegob, Maya Fernández en Defensa. A este equipo de mayor cercanía con el presidente pertenece Giorgio Jackson, quien será el ministro de la Segpres. En el gabinete también hay destacadas científicas como Maisa Rojas en Medio Ambiente, o profesionales de renombre internacional como Antonia Urrejola en la cancillería. En tanto en el Ministerio del Trabajo y previsión social, fue designada la administradora pública y abogada, Jeanette Jara. En el ministerio de justicia se designó a la abogada ex PNUD, Marcela Ríos. En los ministerios que llevarán la responsabilidad de la inversión pública, se designó en MINVU al destacado senador socialista Carlos Montes. Y en el MOP al arquitecto porteño Juan Carlos García Pérez de Arce. En MINSAL la médica y destacada salubrista, ex directora del Hospital Exequiel González Cortés, María Begoña Yarza. Como son de amplio dominio público no detallaré la lista completa.
En tanto en la línea de subsecretarías, se ha designado en Interior a Manuel Monsalve médico y actual diputado del PS. En Subsecretaría de Hacienda a Claudia Sanhueza de RD, doctora en Economía de la Universidad de Cambridge. En la subse. de desarrollo social, el sociólogo y actual diputado RD Miguel Crispi.
Como jefa de asesores del presidente, se ha designado a Lucía Dammert, experta en seguridad y doctora en Ciencia Política en la Universidad de Leiden, Holanda. Ex directora del Programa Seguridad y Ciudadanía de FLACSO Chile.
El conjunto de las subsecretarías debería quedar afinado durante el transcurso de esta semana. Con posterioridad a lo cual, vendrá el turno de las delegaciones presidenciales regionales y provinciales. Y posteriormente las secretarías regionales ministeriales, las conocidas “Seremías”, y así hasta completar los más de 3 mil cargos, que aún ostentan la categoría “de exclusiva confianza”. Una asignatura pendiente en la administración del estado. La profesionalización de la función pública, con una verdadera carrera funcionaria, que no dependa de los avatares de los cambios de gobierno. Y, asimismo, poner fin al centralismo, que designa desde Santiago a las jefaturas públicas de todo el país.
Existe el compromiso expreso del presidente electo Gabriel Boric, ante los gobernadores regionales de todo el país, de poner fin a los delegados presidenciales. Además de considerar la participación del gobernador regional, en la designación de los equipos regionales. Son los primeros pasos de Boric, las primeras decisiones hacia un Chile descentralizado. Por ahora son decisiones que dependen sólo de la buena voluntad presidencial. Esperamos que la prosa sea igual o mejor que la poesía.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 31 de enero 2022.-
domingo, 23 de enero de 2022
INDICE DE PROGRESO SOCIAL
“El crecimiento económico ha sacado de la pobreza a millones de personas y mejorado las vidas de muchas más durante el último medio siglo. Sin embargo, resulta cada vez más evidente que un modelo de desarrollo humano basado únicamente en el progreso económico es incompleto. Una sociedad que no logra atender a las necesidades humanas básicas, equipar a los ciudadanos para mejorar su calidad de vida, proteger el medioambiente y brindar oportunidades a muchos de sus ciudadanos no puede ser considerada exitosa. El crecimiento inclusivo exige tanto el avance económico como el social”. Esta frase no es del presidente Gabriel Boric, ni de otro líder de la izquierda chilena. Es una frase de Michael Porter, profesor de Harvard, en “Por qué importa el progreso”, www.nacion.com publicado el 01.05.2015.
El profesor Michael Porter, es creador del INDICE DE PROGRESO SOCIAL, desarrollado junto a Scott Stern, profesor del MIT, y con la ONG Social Progress Imperative. Académicos, organizaciones sociales, empresas y sindicatos, de varios países del mundo, aportaron con sus experiencias, para mejorar la calidad de las políticas públicas. Se concluyó que los modelos de desarrollo humano basados únicamente en el crecimiento económico son incompletos; las naciones que prosperan brindan derechos personales, nutrición y atención médica básica, sostenibilidad del ecosistema y acceso a educación avanzada, entre otros bienes, y es posible medir el progreso hacia la provisión de estos beneficios sociales. El INDICE DE PROGRESO SOCIAL nació en 2015, y con el informe publicado en 2020, se completan estudios que abarcan desde 2011, una década de información sobre progreso social. Actualmente son 163 países del mundo, respecto de los cuales se realiza el estudio, incluido Chile.
El Índice de Progreso Social, responde a la necesidad de medir los avances y retrocesos de los países, en cuanto al progreso social. Este concepto, se define como “La capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de sus miembros, proporcionarles elementos para que puedan mejorar la calidad de sus vidas y crear las condiciones para que todos puedan desarrollar su potencial”.
El progreso social se mide a través de 3 dimensiones las que agrupan 12 componentes que contienen mediciones de variables muy específicas. (www.socialprogress.org)
Dimensión 1: Necesidades humanas básicas
• Nutrición y asistencia médica básica: porcentaje de desnutrición, tasa de mortalidad infantil y materna, muertes por enfermedades infecciosas.
• Agua y saneamiento: acceso a agua potable en zonas urbanas y rurales, acceso a infraestructura de saneamiento (baños y alcantarillado).
• Vivienda: disponibilidad de vivienda accesible, acceso a energía eléctrica.
• Seguridad personal: tasa de homicidios, niveles de crímenes violentos, criminalidad percibida, muertes en accidentes de tráfico.
Dimensión 2: Fundamentos de bienestar
• Acceso al conocimiento: tasa de alfabetización, matriculación educación primaria, matriculación educación secundaria, paridad de género en escuelas.
• Acceso a información y comunicaciones: porcentaje de usuarios de internet, tasa de suscripción a telefonía móvil, libertad de prensa.
• Salud y bienestar: esperanza de vida, mortalidad por enfermedades no contagiosas, tasa de suicidio.
• Sostenibilidad ambiental: emisión de gases de efecto invernadero, muertes atribuibles a contaminación atmosférica, tratamiento de aguas residuales.
Dimensión 3: Oportunidades
• Derechos personales: derecho a la propiedad privada, derechos políticos, libertad de expresión, libertad de reunión.
• Libertad personal y de elección: libertad de culto, porcentaje de matrimonio adolescente, percepción de corrupción.
• Tolerancia e inclusión: tolerancia religiosa, hacia inmigrantes y hacia homosexuales.
• Acceso a educación superior: años de educación superior, inequidad en la obtención de la educación, universidades de importancia mundial.
Todas estas mediciones se obtienen a partir de datos de libre acceso que fueron publicados por organismos especializados de la ONU (como FAO, OMS, PNUD, UNESCO), así como por el Banco Mundial, Foro Económico Mundial, Health Data, Gallup Polls, Freedom House, Higher Education.
Los hallazgos del índice de progreso social revelan que:
1. Existe una relación positiva entre el PIB per cápita y el índice de progreso social.
2. La relación entre el desarrollo económico y el progreso social no es lineal. En los países con ingresos muy bajos, pequeñas diferencias en el PIB per cápita se asocian con grandes avances en progreso social. Sin embargo, conforme los países tienen ingresos más altos, el progreso social puede crecer o estancarse.
3. La exclusión de indicadores económicos permite analizar de forma rigurosa la relación entre el PIB per cápita y el desarrollo social. El índice de desarrollo humano (IDH) había entremezclado indicadores económicos y sociales, lo cual dificultaba la separación entre la causa (crecimiento económico) y el efecto (desarrollo social).
Los resultados para cada ítem se ponderan con puntajes de 1 a 100, y en base a esa puntuación se elabora el ranking anual. En el caso de Chile, para el año 2020, se encuentra en el ranking 37 con 83,34 puntos. Siendo el número uno del ranking, Noruega con 92,73 puntos. En un lapso de 10 años, grosso modo, se puede apreciar que nuestro país, sólo ha subido un puesto en el ranking de progreso social, del lugar 38 al 37. La mejor ubicación en el ranking la obtuvo en 2005 y 2018 en que ocupo el lugar 35. En la dimensión Necesidades humanas básicas, obtiene un puntaje de 87,51, observándose que desde 2011 es prácticamente el mismo. En la dimensión Fundamentos del bienestar obtiene un puntaje 81,66, donde se aprecia un aumento de siete puntos desde 2011. En tanto en la dimensión Oportunidades, Chile obtiene sólo 77,36 puntos, marcando una diferencia ostensible con las otras dimensiones medidas. En esta dimensión de oportunidades, en un lapso de 10 años el puntaje de Chile aumentó cuatro unidades.
El índice de progreso social, aporta información muy valiosa para los desarrolladores tanto del sector público, como del sector privado. Es una vara técnicamente apropiada para medir la eficacia, de la acción gubernamental, y es muy atingente a los desafíos del gobierno del presidente electo Gabriel Boric.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 24 de enero de 2022.-
domingo, 16 de enero de 2022
EXPECTATIVAS: ¿CARGA O MOTIVACIÓN?
Un par de lectores apresurados, concluyeron erróneamente, de mi columna anterior, que anticipaba el advenimiento del estado de bienestar a Chile. Como si yo estuviera replicando a esos cientos de miles de “Boric lovers”, que poco menos, lo ven levitar sobre los auditores. Una lectura incompleta, podría conducir a un error como ese, el cual excuso. Por lo anterior, es menester, que, en esta, me refiera a las expectativas generadas por el triunfo del joven político de Magallanes.
Para no redundar en lo que todos sabemos, diremos que, frente al pésimo gobierno de la derecha, y a la insípida performance electoral de la centro izquierda, el surgimiento de una alternativa nueva, en forma y fondo, deslumbró y encantó a los electores. Boric, supo interpretar el anhelo de cambio, el hastío, la indignación, pero también la esperanza. De ahí que existe un caudal de reivindicaciones históricas, que se empiezan a presentar al presidente electo por todo Chile. Un cúmulo de peticiones, de demandas, de la más variada índole, y que es por todos sabido, resulta imposible de cumplir en el lapso de la vida natural. Eso resulta evidente. Por eso, hay que distinguir con claridad los objetivos políticos, que el presidente ha comprometido, en su programa de gobierno, de aquellos otros objetivos de largo plazo, que deberán alcanzarse al cabo de varios períodos de gobierno.
Significa lo anterior, ¿Que el presidente electo, no escucha a quienes claman por él?, nada más lejano a la realidad. Nuevamente hay que distinguir, la cercanía natural que genera el presidente Boric, con la gente. De un modo muy similar, al magnetismo de la presidenta Bachelet, las personas se acercan a Gabriel Boric, como si fuera un rock star. Suerte para nosotros, que el mismo, se ha apresurado a pedir que no se inicie un culto a su figura. Chile no requiere liderazgos mesiánicos, requiere un liderazgo, serio y responsable. Eso hasta ahora, el presidente electo lo ha demostrado.
El fenómeno de masas que se produce en torno a su figura, será con seguridad tema de estudio para cientistas políticos, para sociólogos o psicólogos. Hay que reconocer eso sí, que es emocionante, aunque impacta un poco, ver a las madres llevarles a sus niños y niñas, ancianas llevando el producto creado por sus manos. Un amigo bromeaba, de que la próxima semana, se esperaba verlo correr a chicotazos a los mercaderes del templo. Que los desafíos del nuevo gobierno sean titánicos, no implica que no pueda cumplirlos. Me parece de cierto cinismo moral, el anticipar los males, y penurias que tendrá que sobrellevar la nueva administración. Como si el destino, y el camino, hubiese sido distinto si la elección la hubiese ganado la derecha o la centro izquierda. Amigos y amigas, la elección ya pasó. Hubo un resultado claro y macizo, y ahora toca, ponerse todos a trabajar por Chile. Ni mirar desde el palco, ni atornillar al revés, en el congreso si no son llamados al gabinete. Piensen, que incluso el sector que más reticencias tenía con nuevo gobierno, el gran empresariado, hoy ve con una mirada distinta lo que se viene. Esto, porque el progreso social no se puede lograr, ni por decreto, ni por un acuerdo de cúpulas económicas. Se requiere un amplio consenso social y político, que trasciende las fronteras de las tradicionales izquierdas y derechas.
Dicho sea de paso, las categorías del siglo XX, que resistieron entre nosotros, mucho más allá del fin de la guerra fría, empiezan a disiparse. Se diluyen los grandes referentes históricos de izquierdas y derechas, y surgen una multiplicidad de fuerzas, que no se pueden encasillar en los viejos moldes. El Chile que gobernará el presidente Boric, es más complejo que el que gobernó el 2006 la presidenta Michelle Bachelet. Con un viejo compañero, discutiré si la “contradicción fundamental”, ha cambiado o es la misma. Pero más allá, de disquisiciones ideológicas, que hoy parecen traídas de otro tiempo, lo esencial es aprender de lo ya vivido, sacar lecciones del pasado. En eso, Boric, ha mostrado meridiana claridad, y se ha expresado con humildad y respeto. “Soy consciente de que estoy parado sobre hombros de gigantes”. Ósea, no sólo es consciente de que llegamos a este estadio de desarrollo, por el devenir de muchos años de luchas sociales, sino también de los avances logrados en los sucesivos gobiernos del período democrático. No es una frase baladí. No es un comentario lanzado al azar para contentar a unos o a otros. Es una verdadera declaración de principios. Una declaración de reconocimiento y valoración de nuestra democracia, y del avance institucional que hemos tenido desde el año 1990 en adelante. No es una frase inocua. Todos sabemos, que, en las filas de su coalición, no coinciden con eso. Esta constatación, es lo que le da mayor valor al planteamiento del presidente electo, está ejerciendo su liderazgo, mirando más allá de una coalición determinada.
Es lo que se requiere. En el congreso la correlación de fuerzas, impide llevar adelante una agenda legislativa, sin el apoyo de otras tendencias políticas. El liderazgo del presidente electo, será fundamental, ya ha demostrado su vocación de dialogo, y deberá generar una propuesta lo suficientemente amplia, y atractiva, para aunar voluntades, y sumar apoyos parlamentarios.
Plantearle al país una propuesta de mediano a largo plazo, como lo es, por ejemplo, la de construir un estado de bienestar en Chile, es una oportunidad de conseguir un objetivo país, que logre aunar voluntades. Seguir pensando dentro de las estrechas fronteras de los partidos y las alianzas tradicionales, es la receta para el inmovilismo. El camino del desarrollo social y económico de Chile, exige una actitud de generosidad, una actitud patriótica, de los actores sociales y políticos. Nadie puede restarse.
Vivimos tiempos desafiantes, tiempos de esperanzas y expectativas galopantes. Que no nos gane el pesimismo antes de comenzar. En Chile existe el talento, las capacidades, y la fuerza.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 17 de enero de 2022.-
domingo, 9 de enero de 2022
¿CHILE A UN ESTADO DE BIENESTAR?
El premio nobel de economía (1998), Amartya Sen, describe el estado de bienestar como “Uno de los grandes logros de la civilización europea, es una de las grandes contribuciones de Europa al mundo. El resto del mundo ha emprendido esta dirección, imitándolo cada vez más, valorando positivamente, en muchos aspectos, lo que ha sucedido en Europa desde que concluyera la Segunda Guerra Mundial.” (AMARTYA, 1999)
En relación a la naturaleza del estado de bienestar, el profesor Sen, señala: “La naturaleza del Estado de bienestar consiste en ofrecer algún tipo de protección a las personas que, sin la ayuda del Estado, puede que no sean capaces de tener una vida mínimamente aceptable según los criterios de la sociedad moderna.”
El estado de bienestar, según este autor, se funda en la idea de la “interdependencia”, entre los seres humanos. Es decir, todos quienes formamos parte de la sociedad, nos necesitamos los unos a los otros. Y ante la posibilidad de que alguna persona por alguna circunstancia, como el desempleo, una condición de salud, o la vejez, tenga el riesgo de caer en la pobreza. El estado de bienestar “impide que alguien llegue a un estado de existencia que se podría calificar de vergonzoso en la sociedad moderna”.
Gracias al consenso surgido del pacto europeo, cuyos primeros pasos se dieron en la década del 40, posterior a la segunda GM, las naciones europeas pudieron reconstruirse, superando condiciones de pobreza, hambre y graves falencias en salud, que padecían iniciando la década de 50´. El consenso obtenido en torno a la idea de llegar a una Europa libre, sin guerra, donde las personas pudieran confiar unas en otras. Pero hacer todo esto, sobre la base de un debate democrático, una discusión libre, lejos de la tiranía fascista que asoló el continente.
Sin lugar a dudas, el estado de bienestar europeo ha enfrentado críticas, se han tenido que realizar ajustes, por el alto costo fiscal que representa. Pero lo que es seguro, es que le ha permitido a Europa vivir su período de mayor prosperidad de toda la historia. Con estabilidad social y política, desarrollo económico, científico y cultural.
Traigo a debate la idea de avanzar hacia un estado de bienestar en Chile, por dos razones. La primera, por el proceso de elaboración de una nueva constitución política, la que sentará las bases de un nuevo orden público económico, dejando atrás el existente, de inspiración neoliberal. La segunda, por el desafío que debe enfrentar el gobierno de las fuerzas progresistas, en orden a definir un proyecto de mediano o largo plazo.
Si lo analizamos bien, gran parte de las reivindicaciones sociales, las demandas ciudadanas, expresadas desde Colchane a la provincia antártica, guardan relación con distintas condiciones de desprotección, sea por enfermedad, por falencias en vivienda, por precariedad de empleos o salarios, y muchas de ellas, por la condición de jubilados y pensionados. Un conjunto de derechos básicos, que el estado debe garantizar, para otorgar a todos sus habitantes, las condiciones de una vida digna.
En eso, amigos y amigas, existe consenso. El tema para el gobierno del presidente Boric, será en cuanto de eso se podrá avanzar. Allí es donde surge la necesidad de mirar más allá, del período de gobierno que se iniciará en marzo. Para la construcción de un estado de bienestar, se requiere un acuerdo social y político, que excede a la alianza de gobierno. Excede también a todas las fuerzas progresistas unidas. Un pacto para la construcción del estado de bienestar de Chile, necesita el concurso de todas las fuerzas sociales y políticas del país, que estén por el cambio. No hay otra forma. Ya hemos vivido en el vaivén de gobiernos del progresismo, pasando a gobiernos de derecha, los últimos 16 años. Desde el mandato de la presidenta Bachelet, iniciado el 2006, al primer gobierno de Piñera, del segundo mandato de la presidenta Bachelet, a Piñera2, y ahora al gobierno de Gabriel Boric. Una alternancia en el poder, que es mirada con envidia por muchos países del entorno, que viven en constante zozobra, inestabilidad política, incluso presidentes que no exceden el año. Pero no podemos celebrar. La insistencia de un sector de la derecha, en echar atrás las reformas y los avances, de los gobiernos progresistas, nos condujo, al estallido de 2019. Superar ese prurito del tercer mundo, de que cada gobierno llega para desarmar todo, y partir de cero, es el primer desafío que enfrenta el país. Debemos llegar a un consenso, social y político, para definir como objetivo país, construir un estado de bienestar en Chile. Establecer metas, costos, y plazos. Un plan que trascienda los gobiernos, un plan que nos permita, superar no sólo la situación de descontento social actual, sino enfrentar el futuro con certidumbre.
Que el presidente electo, lidere un plan de mediano y largo plazo como este, entregará certezas, y estas brindarán a millones de personas, una perspectiva concreta de mejoramiento. Asimismo, es el marco de estabilidad que el país debe ofrecer a los inversionistas, para asegurar que los capitales sigan fluyendo, y la economía se reactive.
Chile, tiene la oportunidad de alcanzar el desarrollo en las próximas décadas, y por primera vez, puede definirse en base a un debate plural y democrático, las bases de ese desarrollo. Un desarrollo inclusivo, respetuoso del medio ambiente, con pertinencia territorial. La construcción de un estado de bienestar, es coherente, con este desafío. Es un compromiso país, un paso que debemos dar en conjunto, porque dependemos unos de otros, y todos somos responsables del destino de Chile.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 10 de enero 2022.-
AMARTYA, S. (8 de FEBRERO de 1999). EL FUTURO DEL ESTADO DE BIENESTAR. Obtenido de LA FACTORIA: www.lafactoriaweb.com/articulos/amartya.htm
lunes, 3 de enero de 2022
EL VERDADERO AÑO DECISIVO
Durante la larga noche de la dictadura, tuvimos un año, declarado por la oposición como el año decisivo, fue el año 1986. La movilización social iba en aumento, y al menos, entre los partidos de izquierda, se pensaba que la caída del dictador era inminente. En ese año además de las protestas en todo el país, fue el atentado fallido contra el tirano Pinochet. También fue el tiempo, en que se descubrió en Carrizal bajo -costa norte del país-, gran parte del arsenal, que equiparía al Frente, para la lucha armada. Ambos eventos fracasaron, lo que dio pie a los sectores más moderados de la oposición, para que fortalecieran su llamado a una transición pacífica a la democracia. Hubo presiones del departamento de estado norteamericano, y el tirano debió acceder a un plebiscito, el que se efectuó en 1988, con el resultado por todos conocido. En diciembre de 2019, escribí una columna similar a esta, donde señalaba al 2019, como nuestro nuevo año decisivo, el que se inició con el estallido social, y concluiría con el plebiscito para una nueva constitución. En retrospectiva, podríamos decir, que lo ocurrido el 21 de diciembre de 2021, ha abierto la puerta, al verdadero año decisivo. Treinta y cuatro años después del triunfo que permitió el fin de la dictadura cívico-militar, se pondrá termino, este año 2022, a la constitución de Pinochet. Al mismo tiempo, de que asume el primer gobierno inspirado, dirigido y protagonizado por un sector político, que no gobernó durante la transición a la democracia. Es la eclosión de fuerzas políticas nuevas, provenientes de la izquierda, de movimientos sociales, del feminismo, del activismo medioambiental. Una opción política que apoyada por la participación masiva de nuevos electores, jóvenes, y mujeres, y con un discurso inclusivo y convocante, terminó por jubilar anticipadamente a media docena de candidatos o precandidatos presidenciales de la centro-izquierda. De pronto, el discurso de la estabilidad, de la gradualidad, de hacer las transformaciones sin descuidar la paz social, ya no lo hacía la ex concertación, sino un joven político, cuyo currículum data de las movilizaciones estudiantiles de hace 10 años atrás.
Este 2022, cierra el ciclo histórico de gobiernos de las fuerzas políticas tradicionales, tanto de la centro-izquierda como de la derecha. No sólo llegarán a La Moneda, partidos políticos poco conocidos, y de reciente creación, sino también un destacamento de hombres y mujeres de menos de 30 años. De alguna manera es la reivindicación de la generación de los 80’, la generación de jóvenes que lucharon contra la dictadura y que la derrotaron en las urnas. Esos jóvenes, fueron desplazados por una cohorte de viejos políticos, que permanecieron durante los 20 años de la concertación. Este remezón grado 8, escala política, producirá la necesaria renovación de liderazgos en los partidos políticos tradicionales. La mera administración de una cuota de parlamentarios, resulta ahora, no sólo absurda, sino una verdadera burla para sus partidarios. Los magros resultados del PPD, DC, PR, y PS, es un llamado de alerta para la otrora imbatible, centro-izquierda. Las personas que votaban por este sector. Migraron con las fuerzas políticas nuevas. Las mismas ideas, o unas muy parecidas, interpretadas por actores más lozanos, parece ser una mezcla, si no perfecta, al menos, del gusto popular.
Los gestos públicos del presidente electo, hacia las figuras de la ex concertación y Nueva Mayoría, no han terminado allí. Sino que se ha instalado ya, la idea de fortalecer el gabinete ministerial, con militantes o simpatizantes de los partidos tradicionales. Las señales tranquilizadoras, que “el mercado”, espera, son fundamentalmente en las autoridades económicas. Se espera que sea allí donde se instale algún economista o experto de la izquierda moderada, hombre o mujer. Aun cuando, resta más de un mes, para que asuma en propiedad, el presidente electo Gabriel Boric, ha desplegado un discurso conciliador, llamando a un dialogo amplio, para enfrentar los desafíos del nuevo gobierno. Es lo que los actores sociales y políticos, estaban esperando, dejar de lado el discurso confrontacional, que ciertos sectores minoritarios, esgrimieron durante la campaña. Y pasar al tono de un estadista, que está mirando por el bien del país completo. En una señal inaudita, para algunos de sus seguidores, el presidente electo, anunció diálogos incluso con la derecha. Esto demuestra una actitud realista, imprescindible, si se quiere llevar adelante un programa de gobierno, que requiere del apoyo parlamentario.
En medio de todo esto, la centro-izquierda, que se sumó masivamente a la campaña de segunda vuelta, debe decidir si acepta que sus militantes participen del nuevo gobierno, o se mantienen al margen, esperando un momento más favorable. Da la impresión, que deben completarse previamente los procesos internos, donde se evaluará la línea política, y probablemente se discutirá acerca de la identidad misma de los partidos tradicionales. No parece muy recomendable, que el flagelo de la pérdida de apoyo electoral, sea mitigado con el placebo de los cargos públicos en la nueva administración. El riesgo de que las ideas de transformación social y política que encarna la centro- izquierda, sean expresadas, e interpretadas por otros actores, anticipa la obvia consecuencia de experimentar nuevos resultados adversos. Ingresar al nuevo gobierno, sin reflexión alguna, sin travesía en el desierto, ni nada que se le parezca, es la receta más efectiva, para que las ideas progresistas, y de la izquierda moderada, se diluyan.
Mientras los partidos políticos, resuelven ese intríngulis. La población común y silvestre, los ciudadanos de a pie, los vecinos, de poblaciones y villas de todo el país, miran con esperanza al joven presidente electo. De una manera muy especial, la personalidad de Gabriel Boric, ha hecho innecesario grandes despliegues de seguridad, en sus desplazamientos públicos. El presidente electo camina por las calles, como cualquier chileno, se detiene a estrechar la mano, a dar un abrazo. Se detiene a escuchar, los consejos, las peticiones. Es lo que nuestro país necesita. Este aire fresco de Magallanes, que ya recorre Chile, es un verdadero bálsamo para los dolores, un alivio para la angustia del corazón. Y no es que debamos caer en el culto al líder, que nefastos ejemplos nos muestra la historia. Es simple y llanamente, darse la oportunidad de volver a creer. Porque podemos pensar distinto, vivir de un modo distinto, y, aun así, nos preocupan las mismas cosas. El bienestar de nuestros hijos e hijas, el vivir en paz. Y vaya, que estas semanas, han servido para calmar los ánimos. Eso lo ha hecho, sin aspavientos, sin frases altisonantes, el presidente electo Gabriel Boric.
Todos necesitamos que le vaya bien al futuro gobierno, apoyémoslo desde nuestro trabajo, nuestro lugar de estudios, desde la Junta de vecinos o club deportivo. Tengamos fe en Chile y su destino.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 3 de enero de 2022.-
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