domingo, 25 de septiembre de 2022
HAY QUE CUMPLIR LO PROMETIDO
Amigos y amigas, la semana que pasó, tuvo de todo un poco. A ratos, Chile parece la versión exagerada de una serie Netflix. Cada episodio viene más recargado de intriga y suspenso que el anterior. Iniciamos con la tradicional gran parada militar, en honor a las glorias del ejército. Por primera vez después de la etapa más restrictiva de la pandemia, las familias pudieron volver, al Parque O´Higgins, a presenciar la parada y degustar ricos picnics. Una asistencia multitudinaria, para una presentación impecable, aunque de mayor austeridad. Grupos organizados de la ultra derecha, nostálgicos de la dictadura, se coordinaron para abuchear y gritar insultos al presidente de la república. Una situación marginal, que no empañó el acto, exhibiendo los concurrentes respeto y adhesión a la figura presidencial, con gritos y aplausos. Una situación anecdótica, que sin embargo fue amplificada y replicada hasta el cansancio en redes sociales. En algunas, se exhibía imágenes del general de ejército, a cargo de la guarnición de Santiago, responsable del desfile. Se insinuaba una supuesta molestia del uniformado con S.E el presidente de le república. Como se pueden imaginar, esos posteos de redes sociales, correspondían a una fake news, una noticia falsa. Bastaba ver las imágenes posteriores al desfile donde dicho general, comparte sonriente y relajadamente con el presidente. Una lástima, pero así está actuando, cierto sector, contrario a los valores democráticos, y a nuestras tradiciones republicanas.
Concluida la parada militar, el presidente y comitiva ministerial, prensa nacional e invitados, iniciaron su viaje a Nueva York, a la conferencia general de la Organización de Naciones Unidas. Una circunstancia muy especial, debido a que se conmemoraban 50 años, desde la intervención del presidente Salvador Allende en esa instancia internacional. El discurso del presidente Boric, se dio dentro de las primeras intervenciones de la sesión inaugural, por lo que fue ante la presencia de los líderes de las principales potencias del mundo. En su discurso, resaltó cómo Chile, que ha vivido un intenso clima político desde 2019, tras el estallido social, logró encontrar un camino pacífico y democrático, para resolver sus diferencias. En sus propias palabras “Una gran mayoría de chilenos y chilenas manifestó su malestar frente a la desigualdad y los abusos, su indignación frente a las largas esperas para recibir atención en la salud pública, su hastío frente a las millonarias deudas por estudiar, su rechazo a las pensiones de miseria después de largos años de trabajo. Es quizás una historia conocida para muchos de ustedes". También fue enfático el mandatario, en rechazar los inaceptables episodios de violencia producidos, como los que derivaron en la quema de estaciones del metro y centros cívicos. Asimismo, se refirió a la represión descontrolada, que dejó un saldo de muertos y más de 400 personas víctimas de trauma ocular, hechos que constituyen graves violaciones a los derechos humanos. En relación con el proceso constituyente, destacó que fue la propia sociedad chilena, la que por un 80% del plebiscito de entrada, optó por darse una nueva constitución, democrática y con participación paritaria de hombres y mujeres. Sobre el resultado del plebiscito en que se impuso rotundamente la opción rechazo, y que ha causado sorpresa en el exterior, el presidente señaló que la participación del 85% del padrón electoral, ratifica el camino de paz que escogió el país. Sin embargo, el resultado, contrario a la opción apruebo, que era su opción personal, la toma con humildad, porque es la voz soberana del pueblo, que debe ser la guía en todo momento. En la lectura del presidente Boric, el resultado indica que “La ciudadanía demanda cambios sin poner en riesgo sus logros presentes, quiere un mejor futuro construido con seriedad y sin caer en nuevas inseguridades, un futuro de cambio con estabilidad".
Sin duda, la reflexión más profunda que formuló el presidente, fue para consumo interno del país. En ella, expresa "Como joven que hace pocos años estaba en la calle, en las protestas, que representar el malestar es mucho más sencillo que producir las soluciones para esto”. Y que el resultado del Plebiscito le ha enseñado a ser más humilde. Y asumir que la construcción del Chile que soñamos no está en las recetas de ningún sector en particular, sino en la síntesis que podamos hacer combinando lo mejor que cada uno puede aportar". Concluye el presidente, expresando su convicción de que Chile tendrá una nueva constitución, construida en democracia “que recoja el aporte de todos los sectores de la sociedad y que sea capaz de reflejar los anhelos de justicia y libertad”.
El viaje presidencial a Nueva York, incluyó múltiples actividades, una de ellas, una actividad organizada por el presidente español Pedro Sánchez, en homenaje a los 50 años de la intervención del presidente Allende en la ONU. A esta actividad debió ausentarse su nieta y actual ministra de defensa Maya Fernández Allende, debido a la comunicación de noticias gravísimas que afectaron a la seguridad nacional. Se trataba de un hackeo masivo a la red de comunicaciones del Estado mayor conjunto de las fuerzas armadas (EMCO), por parte de una organización criminal denominada Guacamaya. La comunicación efectuada por la vice presidenta de la república Carolina Tohá, al presidente de la república, quien dispuso el regreso inmediato de la ministra de defensa a Chile. El problema es de tal magnitud, que detona la renuncia inmediata al EMCO, del general Paiva. La vulneración se habría detectado en mayo de 2022, el hackeo afecta a 400 mil correos electrónicos entre los años 2012 y 2022. El volumen de la información expuesta es de tal magnitud, que medios especializados e investigadores, tardaran años en analizarla. La ministra de defensa dispuso un sumario administrativo, y se dispuso interponer acciones judiciales, a las que se ha sumado el Consejo de defensa del estado, por estar altamente afectado el interés y la seguridad del estado de Chile. Por tratarse en su mayoría de documentos catalogados como “secretos” o “reservados”, su difusión produce un serio daño a las instituciones de la defensa nacional, así como a la confianza de la ciudadanía en dichas instituciones.
La crispación del ambiente político chileno, continúa agudizándose, en medio de las dilaciones y postergaciones del sector conservador, a retomar el proceso constituyente. Si bien se han retomado las conversaciones de los partidos con representación parlamentaria, los márgenes y líneas rojas, que está planteando la derecha, se han transformado en un virtual veto al proceso. Si bien el presidente de la UDI, Javier Macaya ha asegurado que ninguno de esos márgenes, son intransables, existe una presión innegable en la derecha, para explotar el resultado del rechazo. La semana concluyó con la imagen del propio Macaya, tratando de zafar de la encerrona, de un grupo de activistas de ultra derecha, liderados por el barra brava conocido por el alias “Pancho malo”. El objetivo de dotar a Chile de una nueva constitución, predicado por todos los sectores políticos a diestra y siniestra, a esta fecha, no se concreta en un cronograma alguno, ni en una plataforma consensuada. El apuro de la derecha por objetar la participación del gobierno, ha redundado, en la falta de coordinación mínima de los distintos sectores, que se han limitado a repetir sus listas de compra particulares, sin consideración al bien colectivo que está en juego. La paz social, un tesoro frágil y que pende hoy, de los caprichos de una elite parlamentaria, cada vez más distante de los problemas cotidianos de la gente. En tanto, las urgencias del día a día, obligan al gobierno del presidente Boric, a redoblar esfuerzos, a fortalecer los equipos operativos, para corregir errores en la tarea de responder con eficiencia, a la demanda social. Hay que cumplir lo prometido.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 26 de septiembre 2022.-
domingo, 18 de septiembre de 2022
CHILE INDEPENDIENTE 2022
Concluimos la semana con la celebración de nuestras fiestas patrias. Con cuatro días de asueto, familias de todo Chile se volcaron, a campos y playas, a fondas y ramadas, para celebrar como Dios manda el cumpleaños de Chile. En notas curiosas de esta fiesta, cabe recordar, que, en nuestros primeros años de vida independiente, se celebraba el 12 de febrero. Esa fue la fecha que don Bernardo O’Higgins, escogió para la proclamación de la independencia, lo que aconteció en Talca un 12 de febrero de 1818. La fecha se escogió para conmemorar también la batalla de Chacabuco. El acta de independencia, había sido firmada el 1 de enero de 1818 en Morrillos de Perales, cerca de Concepción, por lo que esa fecha también se celebraba. Asimismo, en las primeras décadas también se celebraba el 5 de abril, día de la batalla de Maipú, que ocurrió en esa fecha en 1818, sellando de manera definitiva, la independencia de la República de Chile. Por motivos prácticos, dado el carácter eminentemente agrícola de nuestro país, se determinó que la independencia, se celebraría únicamente en septiembre, para de este modo no interrumpir las labores de cosecha del período estival. Por otra parte, el hecho que de verdad sucedió un 18 de septiembre de 1810, fue la constitución de la Junta de Gobierno. Este evento organizado por el Conde la conquista Mateo de Toro y Zambrano, no pretendía la independencia de modo alguno. Este acto se enmarcó en un movimiento iniciado en España, donde en todas las provincias, se organizaron juntas o cortes, con el propósito de preservar el poder para el “bien amado monarca Fernando VII”. La península ibérica estaba a la sazón, invadida por las tropas del emperador Napoleón Bonaparte, al cual no se quería reconocer como el nuevo monarca. Existe coincidencia entre los historiadores, en que si bien, el propósito original, era de sumisión y lealtad al rey español Fernando VII, la discusión generada en la sociedad criolla, encendió la llama libertaria. El influjo de las ideas de la ilustración, llegadas a América a través de libros de contrabando, y al regreso de jóvenes aristócratas criollos, formados en los ideales de la razón y de la revolución francesa, impulsó de manera definitiva el proceso independista. Al cabildo abierto del 18 de septiembre de 1810, sólo estuvieron invitados vecinos connotados de Santiago, y para su ingreso debía exhibirse la esquela de invitación. La incorporación de la población criolla, en su mayoría analfabeta, al proceso de independencia, se daría asociada a las acciones de guerra, el ejército patriota se constituyó básicamente con peones de hacienda y gañanes, ósea, el incipiente pueblo chileno.
Han transcurrido doscientos cuatro años que Chile se constituye como país independiente, y la celebración nos sorprende en medio de una seria confrontación. Los ecos del plebiscito del 4 de septiembre se siguen oyendo, y lamentablemente, con muy poco de la generosidad y entrega de los primeros patriotas. El rotundo triunfo de la opción rechazo a la propuesta de constitución, no ha dado paso, como se prometió en campaña, a un nuevo proceso constituyente. La derecha, representada por sus partidos políticos y sus figuras más conocidas, reapareció en la escena pública, para poner en duda la realización de un nuevo proceso. El ex candidato presidencial, y líder de la ultra derecha José Kast, y el ex presidente Piñera, después de un estratégico y estudiado, ocultamiento, han reaparecido con fuerza, criticando no sólo el intento de dotar a Chile de una nueva constitución, sino también arrogándose el triunfo, como si el 62% de los electores chilenos, respaldaran las ideas conservadoras. Pienso en los padres de la patria, y cómo tuvieron que ingeniárselas para avanzar hacia la independencia, con la oposición de grupos que querían seguir con la monarquía. Los partidarios del estatus quo ya han jugado un rol en la historia de nuestro país, siempre haciendo valer sus privilegios y su influencia, para que nada cambie sustancialmente.
Se echa de menos en estos días, algo de la hidalguía, la templanza y el coraje de aquellos hombres y mujeres, que no temieron en enfrentase a un imperio, luchando por lo que creían justo para Chile. Pese a lo anterior, mantengo mi optimismo, de que impere la cordura, y la pulsión por bloquear el proceso constituyente, ceda, y la derecha se abra a lo que la ciudadanía espera. No resulta ni patriótico ni republicano, el arrogarse la representación del 62% de la población, que rechazó el texto de la convención. Es una avivada política, que no resiste mayor análisis, y quienes sostienen esa tesis aventurera, corren riesgo, de provocar una reacción social, difícil de dimensionar. El rechazo victorioso del 4 de septiembre, no significa el fin del proceso constituyente, ni mucho menos el fin del gobierno del presidente Boric, como han insinuado algunos afiebrados. Un mínimo de decencia y coherencia política, obliga a todos los partidos con representación parlamentaria, mantenerse en la mesa de negociación, para lograr un buen acuerdo que viabilice el nuevo proceso constituyente. El gobierno en tanto, no sólo tiene el derecho, sino la obligación, de convocar a las fuerzas políticas a este dialogo, e instar a la pronta continuación del proceso.
Vivimos tiempos de incertidumbre, la ausencia de acuerdo de las fuerzas políticas, o la dilación en demasía de las negociaciones, producen inestabilidad en el mercado. Lo que menos necesita Chile en este momento, es que, a la alta inflación, precio del dólar, y bajo crecimiento económico, se agregue otro factor estresor más. En este sentido, constituye una pésima señal que la derecha, haya suspendido la segunda reunión entre el parlamento y el gobierno, por el proceso constituyente. Peor aún, es que establezca condiciones de entrada, que pasan por aceptar un marco muy similar al de la constitución del 80’. De pronto se olvidan que llegamos a esta situación, por el error histórico del gobierno del presidente Piñera, que, en marzo de 2018, guardó en un cajón y desestimó continuar con el proceso constituyente iniciado por la presidenta Bachelet. Un error del que ningún mandatario de la derecha ha pedido perdón al país, y que fue la antesala del incendio de Chile de octubre de 2019. El señor Piñera al parecer, es impermeable a las pedidas de perdón, y vuelve a aparecer ahora, no para procurar con humildad, reparar en parte los desastres de su gobierno, sino que aparece, para culpar a otros, para arrogarse el triunfo del rechazo. Para fustigar al gobierno, como si estuviera en condiciones de criticar, como si la población hubiera olvidado los cuatro años de amargura que los hizo vivir.
Las primeras fiestas patrias, después de la parte más cruda de la pandemia. Hombres y mujeres, familias completas, por todo el país, saliendo a las calles y plazas, llenando los parques, fondas y ramadas repletas de gente. Ha sido demasiada tensión, demasiada animosidad, la gente necesita un respiro, alguien más grave, dirá que es alienación en el consumo. Yo creo que es sólo nuestro ser social, que anhela el contacto con otros, que, aunque se tenga poca o nada de plata, siempre se puede hacer algo distinto en fiestas patrias, para sentirse felices de nuevo. Creo que hay humanidad allí, hay dignidad, la celebración con sus bailes típicos, sus nuevos sonidos, y el tumulto de gente, es un reclamo. Un grito de alerta, para los que toman decisiones, para esa clase política ensimismada, que vuelve a sus mismos juegos de máscaras de siempre, vuelve a su misma hipocresía. Existe un grito desesperado de gente que necesita vivir, necesita hacer su vida en paz, en unión, sin divisiones artificiales.
Estas fiestas patrias se iniciaron como es tradicional, con la inauguración de las fondas en la capital de Chile. A la ramada oficial llegó el presidente de la República, con su gabinete, sorprendiendo a muchos, por su desempeño en la cueca. Sin temores ni complejos, como buen magallánico, saltó a la pista, y dejó bien parado el honor presidencial, asimismo sus ministros, y el presidente del senado Álvaro Elizalde, que también dio lo suyo en la pista. Este evento, que puede parecer trivial y secundario, forma parte de nuestras tradiciones patrias, y hacerlo y hacerlo bien, demuestra respeto y cariño por lo nuestro. Del mismo modo, la participación del presidente y todos los poderes del estado, en el Te deum ecuménico, un momento en que el poder político del país, inclina con respeto la cabeza. Cristianos y no cristianos, participan por igual, en muestra de que Chile nos une, incluso en lo que somos distintos.
Soy un patriota chileno, y amo las tradiciones criollas. Como estudioso de la historia, aprecio en toda su magnitud las ceremonias, los actos y manifestaciones donde se evoca el heroísmo de quienes nos precedieron. Me emociona saber que humildes hombres y mujeres campesinos, dieron la libertad a Chile, dejando su sangre en las batallas de la patria vieja, y en las gestas de Chacabuco y Maipú. Por esos hombres y mujeres de nuestro pueblo, nosotros no podemos fallar, debemos seguir adelante, para dar a Chile el futuro de paz y progreso que se merece. ¡Viva Chile!
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 19 de septiembre de 2022.-
domingo, 11 de septiembre de 2022
LA DERROTA ES HUERFANA
Amigos y amigas, la última semana, se siguió comentando a lo largo y ancho de nuestro país, el resultado del plebiscito constituyente del 4 de septiembre. Era inevitable, que cómo suele ocurrir, la derrota es huérfana y el triunfo tiene varios padres. Es un ejercicio estéril, estando aun tan encima del proceso, y no habiendo concluido el ciclo constituyente, el aventurar una conclusión definitiva, una respuesta única y omnicomprensiva. No existe, ni existirá, hasta que se escriba la historia de estos años, algo que explique el resultado, y que sea transversalmente aceptado. Mientras tanto vemos la comedia interpretada por conocidos políticos de derecha, que salen de los armarios y baúles, donde estuvieron escondidos durante la campaña. Son los numerosos padres, que reclaman la paternidad del rechazo. Rápidamente se esfumaron los grupos de fachada, formados para la franja electoral, y vuelven los coroneles y la oficialidad joven de los partidos tradicionales del conservadurismo. Sería miope, desconocer que el éxito que tuvo la estrategia de la derecha, para defender “con mano ajena”, la opción rechazo en el plebiscito. No comparto, y deploro fuertemente, el intento de algunos en el progresismo, de responsabilizar a una supuesta ignorancia de los electores, la derrota maciza que sufrimos los partidarios de la nueva constitución. La derrota es huérfana. Nadie se hace responsable, siempre la culpa es de otros. Creo que se equivocan quienes culpan a nuestro propio pueblo. Si la gente lee poco, y tiene baja comprensión lectora. Y si los medios son controlados exclusivamente por grupos económicos afines a la derecha. Y si las mentiras y fake news, nuevamente inundaron las redes sociales. Son condiciones objetivas que se ha enfrentado en cada elección, en que el progresismo ha disputado las esferas de poder. Era un escenario conocido, y, por tanto, obligaba al progresismo a redoblar esfuerzos, a reducir o minimizar los errores, a tener un desempeño sobresaliente en el trabajo en la convención. Y hacer una campaña con un mensaje simple, claro, sin fisuras ni dobles lecturas. A mi juicio esto no ocurrió, por lo que no se pudo contrarrestar la aceitada máquina de propaganda, de los sectores que defienden el estatus quo. Paradójicamente, en los sectores más postergados, los más deprimidos económicamente, los más afectados por problemas medio ambientales, y los con mayor población indígena, la opción rechazo se impuso con un mayor porcentaje de los votos. Esa es una constatación, un hecho, el cual aún no se ha podido o querido procesar adecuadamente. No estamos por aquí lanzando la interpretación final ni mucho menos, sólo enuncio elementos que permitirán a todos formarse su propia opinión.
Un querido amigo, que dejó recientemente la región, me comentaba la impresión que había causado en el exterior, la jornada electoral del 4 de septiembre en Chile. Aquí cerca, al otro lado del alambre, en Argentina, simplemente no se lo pueden creer, que salgamos a votar multitudinariamente, y que a la tarde ya tengamos el resultado. Y que este resultado sea aceptado, incuestionado, sin rencillas, sin violencia, sin alegato de los derrotados. Mucha razón tiene mi amigo, somos ejemplo mundial de participación electoral, y respeto transversal a resultados y funcionamiento de instituciones democráticas. Pero fieles a nuestra idiosincrasia, ese apequenamiento que nos caracteriza, nos da pudor decir, que somos ejemplo en el barrio, y también para el mundo. Es un motivo de orgullo para todos y todas, es algo que hemos construido, no sin dolor, no sin frustraciones colectivas, no sin postergaciones históricas. Lo que hicimos el domingo del plebiscito, nos da la certeza de que sabremos encontrar de nuevo el camino, para resolver el debate constitucional que está pendiente.
Con la sorprendente concurrencia de 13. 021. 063 de personas a votar, con un 85,1% de participación electoral, podemos afirmar enfáticamente, que la inmensa mayoría de los chilenos y chilenas, están por resolver nuestras diferencias, en forma pacífica, a través de mecanismos institucionales y democráticos. Esta también es una constatación, un hecho, no una simple opinión. Hemos resuelto la interrogante planteada en el plebiscito, en forma clara. Pero no hay que confundir el triunfo rotundo de la opción rechazo del plebiscito, con un rechazo a contar con una nueva constitución. No hay que olvidar que esa interrogante también se respondió en forma clara en el plebiscito de 2020, por un 80% contra un 20% que desea mantener la constitución de 1980. Estamos hoy llenos de exegetas, llenos de intérpretes de la votación, que pretenden darle un sentido distinto a la respuesta clara dada por la ciudadanía. Y es aquí donde llevan la voz cantante, las figuras políticas del sector conservador. Los mismos, que permanecieron tras bambalinas, ocultos detrás de las cortinas, mimetizados con la decoración, surgen ahora como los verdaderos voceros de la ciudadanía. Una jugada política arriesgada. Al parecer el éxito de su estrategia de ocultamiento, impostación o travestismo político, pretenden ahora hacer un revival del veto a todo cambio y reforma, que tuvo que soportar Chile durante toda la transición. Esta osadía, animada por un éxito electoral, que tiene numerosos padres, constituye, un portazo, a los cambios sociales y políticos que la ciudadanía exigió en las calles en 2019, y un portazo al 80% que votó por una nueva constitución en plebiscito de 2020. Demás está señalar, que nadie tiene fijada la rueda de la fortuna, y el anhelo de estabilidad social y política no puede ser desoído. Una estabilidad que pende de la posibilidad de dar curso a las expectativas de cambio, esa garantía de estabilidad depende de dar continuidad al proceso, que concluirá con un nuevo pacto social para Chile.
Para el gobierno del presidente Gabriel Boric, el escenario actual constituye un desafío mayor, debe dar curso a su agenda legislativa, en medio del alborozo y agresividad de una derecha que se siente, destinataria del respaldo del 62% a la opción rechazo. En una lectura superficial, podría decirse que la derrota en el plebiscito, constituye la primera derrota política de la generación de recambio de la política. Pero esa lectura admite relecturas, ya que la agenda de transformaciones sociales y económicas profundas, que impulsa el gobierno progresista, no constituye una agenda generacional, tampoco pertenece a una sola generación. El presidente Boric lo ha dejado muy en claro, al comentar a menudo que se siente parado “sobre hombros de gigantes”. La plataforma social y política que impulsa el gobierno progresista, constituye una síntesis de los avances y retrocesos de varias generaciones de militantes y activistas del mundo social y político.
Salir del efecto inicial, de la derrota en el plebiscito, obliga a reimpulsar las reformas estrella del gobierno. La reforma previsional y la reforma tributaria, constituyen el eje estructurante del programa de gobierno, y deberán iniciar su tramitación en medio, de las advertencias de los partidos de derecha, de que rechazarán ambos proyectos, salvo que se ajusten a sus indicaciones. Paradoja política, sin mayoría en el parlamento, el escenario que enfrenta el gobierno, es muy similar al que enfrentaron los gobiernos progresistas durante la transición a la democracia. La derecha ejercerá un virtual veto, que requerirá negociaciones y acuerdos. Para obtener avances probablemente mínimos y graduales. En este escenario adquiere todo su peso e importancia, los ajustes ministeriales, que instalaron en el gabinete del presidente Boric, a dos figuras consulares del socialismo democrático. La incorporación de Analía Uriarte en el ministerio Secretaría general de la presidencia, fue recibida con aceptación transversal en el congreso, por lo que se avizora una buena relación, que es esencial para el avance de los proyectos del gobierno. Y para dar respuesta a la principal inquietud ciudadana, los problemas de delincuencia, falta de seguridad, y para una eficaz coordinación del gabinete, asumió Carolina Tohá en el ministerio del interior. Con toda la carga simbólica de ocupar el mismo cargo que su padre José Tohá, ejecutado por la dictadura. Con una vasta trayectoria política, y un reconocido manejo de la agenda pública, se alza como la jefa de gabinete que requiere el gobierno en este período de aguas turbulentas. El domingo 11 de septiembre, en una jornada marcada por la memoria de la gesta heroica del presidente Salvador Allende, la ministra Tohá instaló una fotografía en su oficina, de quien fuera el ministro del interior del presidente Allende, el militante socialista José Tohá, víctima de ejecución política.
Precisamente la semana terminó con el día 11 de septiembre. Desde Magallanes, zona que al momento del golpe militar contaba sólo con 90 mil habitantes, visitamos uno de los 36 sitios de detención y tortura identificados hasta hoy. Se trata de los camarines del estadio fiscal de Punta Arenas, denominados Whisky y Eco. Pudimos compartir con hombres y mujeres sobrevivientes de campos de prisioneros de la dictadura. La lección de vida que nos comparten, a cuarenta y nueva años, del golpe cívico militar, es que, aunque el viento y el frío carcomía los huesos, aunque los tratos inhumanos y vejatorios trataron de destruir el alma humana, estos hombres y mujeres, encontraron en la solidaridad y la fraternidad, la fuerza moral para sobrevivir. El encuentro, concluyó entonando una hermosa canción de amor de origen croata, verdadero himno de los prisioneros de Dawson, el “Tamo Daleko”, me queda vibrando en el corazón un verso. “Brindemos hermanos, brindemos por el amor, porque jamás en la vida, seremos más jóvenes que hoy”.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 12 de septiembre de 202
domingo, 4 de septiembre de 2022
ESCUCHAR LA VOZ DEL PUEBLO
El categórico y rotundo triunfo del rechazo en el plebiscito de salida, del proceso constituyente, no estaba en los cálculos de nadie. Ni siquiera los estudios de opinión, que dieron sistemáticamente por vencedora a esa opción, llegaron a darle tal diferencia porcentual de ventaja. El pueblo habló con claridad, y toca a quienes apoyamos la opción apruebo, aceptar el resultado, y procurar con humildad aportar al nuevo proceso constituyente que deberá iniciarse. Los resultados de este domingo dan cuenta, de cómo los cambios sociales en Chile, toman más tiempo que lo que una discusión constituyente pueda tomar. Es una lección de humildad muy fuerte. Ni el gran reclamo de grupos identitarios, ni los liderazgos surgidos de la academia, permearon el tejido social. El temor es cosa viva, y vastas masas de trabajadores y trabajadoras, de personas de clase media, sintieron temor de perder sus condiciones actuales de vida. La politización de la población, que perseguía el voto obligatorio, terminó sirviendo a los partidarios del estatus quo, más que al progresismo. Simple y sencillamente, el “nuevo Chile” reflejado en las escenas de la franja del apruebo, no hizo sentido a la mayoría del país. Las personas se sintieron ajenas, no se vieron reflejadas. Constatamos con los datos del plebiscito en mano, la incorporación en la discusión democrática, de varios millones de personas que probablemente, nunca antes habían participado. El hecho de que esas personas mayoritariamente rechazaran la propuesta de nueva constitución, nos obliga a todos y todas, a tener una actitud distinta hacia adelante. Terminó la campaña, y existe una opción que triunfó con claridad. Todas las fuerzas políticas de Chile han ratificado, que el proceso constituyente no se detendrá. Esta es una buena noticia, Ya que el peor escenario posible para Chile, sería dejar las cosas como están, sería el fracaso de la política, y cerrar la puerta al diálogo democrático.
La tarea que viene a partir de este lunes es extensa y profunda, sería un craso error pretender realizarla en un lapso breve de tiempo. Primero deberá articularse un acuerdo lo suficientemente amplio, que permita fijar condiciones por todos aceptadas, para la realización del nuevo proceso constituyente. El aprendizaje que deja el proceso fallido, debe servir para prever y evitar las condiciones que generaron dificultades o fueron cuellos de botella del proceso. El presidente Boric, convocará a todas las fuerzas políticas a un dialogo que permita avanzar en esta tarea, pero no debiera tomar ningún protagonismo del proceso, el cual podría incluso extenderse más allá de su gobierno. Las energías del gobierno a seis meses de iniciado, deben volcarse a la superación de los graves problemas que aquejan a la población. Las condiciones sociales y económicas en que viven las grandes mayorías, dependen del avance en medidas concretas, control de la inflación, generación de empleo, eficacia en el combate a la delincuencia. Por sí solas esas tareas, demandarán cuantiosos recursos económicos y políticos, por lo que debe dotarse al gobierno de los apoyos técnicos y políticos que requiere. Eso conllevará el necesario e impostergable ajuste ministerial, donde deberá allegar figuras que faciliten el dialogo y el entendimiento transversal, con las fuerzas políticas con presencia en el parlamento, y con las fuerzas productivas.
Quienes estuvimos por el apruebo a la propuesta constituyente, lo hicimos con el anhelo de una vida mejor, de que nuestros hijos e hijas tengan un futuro más seguro y protegido. Creemos que Chile puede y debe ser más justo y solidario. En el nuevo proceso constituyente que iniciaremos, hay muchas cosas que compartimos, la base del trabajo de los nuevos constituyentes debe partir desde ahí. Poniendo el acento en lo que nos une, como que el sueño de vivir en un país desarrollado, que pueda satisfacer las necesidades de todos sus ciudadanos, se puede alcanzar compartiendo el esfuerzo y los frutos de nuestro trabajo.
Imposible no recordar el intento de la presidenta Bachelet de llevar adelante un proceso constituyente. Cientos de miles de personas participamos en todo Chile. Fruto de ese trabajo se elaboró un proyecto de reforma constitucional, para que un plebiscito decidiera el mecanismo constituyente, una de las opciones era la convención constituyente. Todos recordamos lo que pasó con ese proyecto. Fue archivado en un cajón por el gobierno de Piñera en 2018. Llevamos mucho tiempo ya, tratando de redactar un nuevo contrato social, el proceso constituyente fue la salida a la mayor crisis social y de seguridad pública, desde el retorno a la democracia. Razón de sobra para no detenerse, para no cejar en el objetivo de dar a Chile una nueva constitución.
El triunfo del rechazo del 4 de septiembre de 2022, es una realidad que aceptamos y respetamos, con el sabor amargo de toda derrota, pero con la consciencia tranquila de haber ido con la verdad por delante, actuando en forma limpia y de cara a la gente. Hay una opción vencedora, y ya quedó atrás la campaña, ahora todos debemos ponernos detrás del gobierno de Chile, para por una parte dar curso a la implementación del nuevo proceso constituyente, y por otra, para implementar las medidas necesarias para reimpulsar el crecimiento económico, y el empleo. Son tareas de alta complejidad, que requerirán de apertura al dialogo, de amplitud de criterio de las fuerzas políticas de Chile.
En esta ocasión en que no nos tocó celebrar, les envío un saludo cariñoso, a todas las madres, los padres, los hijos e hijas de Chile, esos que vivieron noches de preocupación y de zozobra, por la represión de la protesta social. Por todas las personas que fueron heridas en las movilizaciones del año 2019. Por esos jóvenes, que al igual que hicimos nosotros varias décadas atrás, no dudaron en ofrendar sus vidas, a la causa de un Chile justo y solidario. Un agradecimiento especial a los y las estudiantes, que se la jugaron toda, en especial a mi hijo Cristóbal, víctima de violación a los derechos humanos, por agentes del estado de Chile. Por su lucha incansable por los derechos humanos y el medio ambiente. El arrojo y valentía de la juventud, nos trajo hasta este proceso constituyente, que no se detiene, porque las convicciones no se transan.
Ernesto Sepúlveda Tornero
Punta Arenas, lunes 5 de septiembre de 2022.-
Suscribirse a:
Entradas (Atom)