domingo, 27 de marzo de 2022

MEDICIÓN DEL PROGRESO SOCIAL

Parte importante del siglo XX, y durante lo que va del siglo XXI, los economistas, y otros estudiosos de las ciencias sociales, han intentado medir el bienestar de los pueblos. Si bien el Producto Interno Bruto (PIB), constituyó un gran avance que permite una medición estándar, aplicable a distintos países. Su propio creador reconocía que tenía la limitante de centrarse únicamente en el crecimiento económico. Una de los grandes avances en esta materia, fue en su oportunidad, entender que no se puede confundir crecimiento económico con desarrollo, y menos asociarlos mecánicamente a bienestar. Gracias a las contribuciones de los economistas: Amartya Sen, Douglas North, Joseph Stiglitz y Michael Porter, en el año 2013 la fundación sin fines de lucro “Social Progress Imperative”, desarrolló el “Social Progress Index” o Índice de progreso social. Ellos definieron: “El progreso social se define como la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de sus ciudadanos, establecer los pilares que permitan a los ciudadanos y las comunidades mejorar y mantener la calidad de sus vidas y crear las condiciones para que todas las personas alcancen su máximo potencial.” SOCIAL PROGRESS IMPERATIVE. Desde el año 2011 esta Organización sin fines de lucro, realiza una evaluación a países, que cuentan con información pública suficiente, para determinar el índice de progreso social del país. El progreso social se mide a través de 3 dimensiones: Necesidades humanas básicas, Fundamentos del bienestar, y Oportunidad, las cuales agrupan 12 componentes que contienen mediciones de variables muy específicas. Según reseña el informe del año 2021: Los 15 países del Nivel 1 son de ingresos altos y todos obtienen una puntuación muy similar en el progreso social: solo 3,95 puntos separan a Noruega, que ocupa el primer lugar en la cima del nivel, de Japón, que ocupa el puesto 13. El nivel 2 presenta una gama mucho más amplia de puntuaciones, desde Luxemburgo (89,56, puesto 14) a Grecia (82,48, puesto 30). Francia, Reino Unido, Italia y EE. UU. —Todos países ricos del G7— están clasificados en el Nivel 2 del Índice de Progreso Social. La mayoría de los países de Nivel 2 son de ingresos altos. Como una demostración de que el progreso social, no va aparejado mecánicamente con el crecimiento o los ingresos económicos, Chile se ubica junto a los países de nivel 2 en este índice. En efecto, el resultado en la medición del índice de Progreso Social de Chile año 2021, muestran que nuestro país se encuentra en el lugar 37 de entre 168 países evaluados. Para tener una visión más real de la situación del país, se ha comparado a Chile con 15 países con un PIB per cápita similar. Para el año de la medición el PIB per cápita de Chile era de US$23.325, y fue comparado con: Kazajstán, Trinidad y Tobago, Uruguay, Rusia, Bulgaria, Argentina, Malasia, Mauricio, Croacia, Omán, Turquía, Costa Rica, Rumania, Grecia, Montenegro. Como se puede apreciar Sólo Uruguay, Argentina, Costa Rica, y Trinidad y Tobago, se encuentran en América del Sur. De las tres dimensiones del progreso social: Necesidades humanas básicas, Fundamentos del bienestar, y Oportunidad, es en esta última dimensión, que, en el comparativo, Chile obtiene un rendimiento superior en más de un punto, a los otros países. En esta dimensión del progreso social, se evalúa los componentes: Derechos personales, libertad y elección personal, Inclusión, y acceso a la educación avanzada. De los 56 ítems evaluados en el Índice de Progreso Social, en los que nuestro país, aparece con un rendimiento menor, en más de un punto al conjunto de sus países “pares”, es en los siguientes: Acceso a un saneamiento mejorado, en que se ubica en el lugar 79 del ranking. Acceso a fuentes de agua mejoradas, en que se ubica en el lugar 77. Insatisfacción con la asequibilidad de la vivienda, en que se ubica en el lugar 149 del ranking. Igualdad de acceso a una educación de calidad, en que se ubica en el lugar 114 ranking. Igualdad de acceso a una asistencia sanitaria de calidad en que se ubica en el lugar 86. Protección de especies, en que se ubica en el lugar 123. El índice de progreso social pretende ser un instrumento al servicio de los países y los organismos internacionales, a objeto de orientar adecuadamente las inversiones, y los proyectos, obteniendo de ese modo, avances concretos y medibles, en el progreso social de la población. Dentro de los hallazgos relevantes del informe 2021, se consigna que el progreso social avanza en todo el mundo. Es así como en una década, el promedio mundial aumentó de 60,63 a 64,24 y ha habido mejoras en ocho de los 12 componentes del progreso social. Sin embargo, los “derechos e inclusión de las personas” han retrocedido y desde 2011 ha habido un estancamiento en las áreas de Seguridad Personal y Acceso a los Conocimientos Básicos. 155 de 168 países, registran mejorías en su puntaje de progreso social mejorado desde 2011. Con avances destacados en: Gambia, Nepal, Sierra Leona, Etiopía y Túnez. Asimismo, en Estados Unidos, se aprecia una disminución tanto en términos absolutos, como relativos, en la medición de progreso social con una caída de 86,43 a 85,71 puntos. El Índice de Progreso Social, en Chile, puede constituir una herramienta adecuada, para catastrar las áreas que han sido más impermeables a las políticas públicas, permitiendo desarrollar propuestas específicas. También permite evaluar la eficacia de las medidas implementadas, de una administración a otra. A la administración del presidente Boric, le puede resultar muy útil. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 28 de marzo de 2022.-

domingo, 20 de marzo de 2022

EL VIAJE DE IZKIA

La primera semana del gobierno de la nueva administración, quedó marcada por la visita de la ministra del interior y otras autoridades a la región de la Araucanía. Se han escrito incontables páginas, sobre las causas de lo ocurrido. La mayoría se solaza, culpando a la propia ministra Siches, y a la inexperiencia de su equipo asesor. Lo cierto es que, el nuevo gobierno quiso dar una señal, enviando un equipo de seis ministros, a hacer los primeros acercamientos, a una zona que arrastra un conflicto centenario. Sí amigos y amigas, a cuatro días del inicio del mandato, en forma inédita desde el año 1990, se constituía en la Araucanía, una comisión integrada por la ministra del interior Izkia Siches, Maya Fernández, ministra de Defensa; Juan Carlos García, ministro de Obras Públicas; Begoña Yarza, ministra de Salud; Marco Antonio Ávila, ministro de Educación, y Jeannette Vega, ministra de Desarrollo Social. Si esta visita se hubiera gestado en otra administración, los medios estarían hablando, de “importante señal política”, “visita histórica”, “Espaldarazo del gobierno a la Araucanía”. Pero no ha sido así. El centro de todo, ha quedado fijado en la acción armada de un grupo reducido de desconocidos, que impidió el ingreso de la comitiva ministerial, a la comunidad de Temucuicui. Han aparecido expertos de todo tipo hablando, de la imprudencia de ir allí, pese a que la ministra iba acompañada por Marcelo Catrillanca, integrante de esa comunidad, y padre del fallecido comunero Camilo Catrillanca. La ministra del interior, es la segunda autoridad en importancia de la república, y como tal puede recorrer todo el territorio nacional. Existiendo en Chile pleno estado de derecho, resulta injustificable, que sujetos armados, realicen amenazas a la autoridad, coarten su libertad de desplazamiento, y pongan en riesgo vidas inocentes. Pero hay que ser claros, esas acciones armadas, nada tienen que ver con los objetivos expresados, consistentemente por los distintos representantes del pueblo mapuche. En la zona visitada por las autoridades, existen más de 200 comunidades, todas encabezadas por una autoridad ancestral, de acuerdo a sus tradiciones. Ninguna de esas comunidades ha reivindicado la lucha armada, como vía para resolver el conflicto. Esto permite situar el problema en su adecuada dimensión. El dialogo sigue siendo el camino de entendimiento, y la violencia ejercida por individuos aislados, no va a detener la legítima acción del estado y sus representantes. Como he recordado en otras columnas, el fallecido ex gobernador del estado de Nueva York, Mario Cuomo, un prestigioso político demócrata, electo tres veces en el cargo, acuñó la famosa frase: “Se hace campaña en poesía, pero se gobierna en prosa”. Se refería así al período en que un político debe hablarle al electorado, para convencerlo de la justicia de sus propuestas y al período posterior, cuando ya electo, debe esforzarse para responder la confianza depositada. Las múltiples tareas, los temas pendientes en todas las áreas, que hoy demandan la acción diligente y oportuna, del gabinete ministerial del presidente Boric, no deben arrastrar a un actuar precipitado. La planificación previa, el chequeo y contra chequeo de las actividades en terreno, y de las personas participantes, es una tarea de rutina en los equipos de avanzada. No debiera repetirse una situación como la que ocurrió, el martes 15. Aunque yo, defiendo absolutamente, la oportunidad de la visita, y el lugar de destino, no comparto para nada, que no se haya tomado todos los resguardos necesarios, para proteger la vida e integridad física de las autoridades y sus acompañantes civiles. En el hecho, existen responsabilidades individuales, y esas personas deben responder por ellas. Eso, amigos y amigas, es parte de la función de gobierno, ejercer las atribuciones que el ordenamiento jurídico, otorga a la autoridad respectiva. Si se cometieron actos que revisten el carácter de delitos, un funcionario (a) público (a), está obligado (a) a denunciarlos, para que se persiga a los eventuales responsables. No cabe aquí, hacer prevalecer simpatías personales, en democracia, la función ejecutiva se ejerce en representación del pueblo soberano mismo, por lo que nada ni nadie, puede legítimamente atentar contra ella. Pese a ser víctima de un incidente, con violencia inusitada y empleo de armamento de grueso calibre, la ministra del interior, mantuvo en todo momento la dignidad del cargo que inviste. Con un aplomo y un coraje, que le envidiarían sus predecesores (todos hombres), no sólo no suspendió sus actividades, sino que se tomó el tiempo para explicar calmadamente, a los medios de comunicación lo que había sucedido. Lo que me reafirma más aún, que su nombramiento fue un gran acierto. Se ve a simple vista, que tiene la energía, la voluntad y las ganas de enfrentar las tareas más complejas, y hacerlo ahorita mismo. Eso deberá conjugarlo, con los rigores de una planificación profesional y acuciosa, de cada una de sus actividades. Todo el equipo de ministros debe sopesar lo que ocurrió, para en lo sucesivo, no dejar nada al azar, y escuchar a los profesionales especialistas. No hay que desanimarse, las declaraciones altisonantes de esta semana, donde todos aprovechan de pegarle al gobierno, y a su ministra estrella, ya pasaran. Pero vendrán otros chascarros, y otras polémicas, en la función de gobierno, son inevitables. Pero, se puede estar preparado. Estoy seguro, que esta experiencia, ha sido la mejor escuela, y que tanto la ministra Siches, como el resto del gabinete, adoptará las medidas correspondientes, para reducir los riesgos, y contar con alternativas y soluciones, incluso para lo menos probable. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 21 de marzo de 2022.-

domingo, 13 de marzo de 2022

EL COMIENZO

Este viernes 11 de marzo, fuimos testigos del ejemplar cambio de mando presidencial, en la República de Chile. Sí amigos y amigas, ejemplar. Son muy escasos los países del mundo, en que está asentado en la tradición institucional, realizar un traspaso del poder, sin rencillas, conflictos, o pasadas de cuenta. En Chile, desde que el nuevo presidente o presidenta, es electo, se suceden los ritos republicanos. El adversario derrotado, reconoce tempranamente, el triunfo de su contendor. Le llama para felicitarlo, y posteriormente lo visita, la misma noche de la elección. Porque hay que decirlo, tenemos también un servicio electoral de lujo, en menos de dos horas después del cierre de las urnas, se conoce el resultado. Tenemos vencedores y vencidos, con cifras y porcentajes de votos, con precisión y transparencia inobjetables. Pero volvamos, al rito republicano. El presidente electo, Gabriel Boric, un mes antes del cambio de mando, fue recibido en el palacio de gobierno, La Moneda junto a su pareja, por el presidente saliente y la primera dama. Se produjo un encuentro, en el plano de la cortesía y buen trato, pero también lleno de anécdotas y consejos propios del ejercicio del cargo. Son todos aspectos encomiables, dignos de que sintamos el orgullo más grande como chilenos. Pero la guinda de la torta republicana, se produce el día 11 de marzo, donde se efectúa el Congreso pleno, ósea una sesión especial, que reúne a ambas cámaras del congreso, el Senado y la cámara de diputados. En esta ocasión le correspondió al nuevo presidente del Senado, el socialista Álvaro Elizalde, tomar el juramento o promesa, de desempeñar fielmente el cargo de presidente de la república de Chile, de acuerdo a la constitución y las leyes. A lo que respondió, Gabriel Boric “Por el pueblo, y los pueblos de Chile, prometo”. Posteriormente, se firmaron las actas correspondientes, y se hizo entrega de la banda presidencial, y de la piocha de O´Higgins, al presidente electo Gabriel Boric Font, quien se convirtió así en el Presidente de la República de Chile. Con 36 años, el presidente más joven de nuestra historia. Se discute entre historiadores, ya que, si bien José Miguel Carrera asumió el poder con sólo 26 años, él lo hizo como Presidente de la Junta provisional de gobierno, en los albores de la república, cuando no existía el cargo de presidente de la república. De cualquier modo, la juventud hermana a nuestro presidente de la república, con hombres y mujeres, que protagonizaron las grandes gestas de la historia de Chile. Otro detalle a destacar, del cambio de mando en Chile. El presidente saliente Sebastián Piñera, que llegó hasta Valparaíso con la cápsula de seguridad de Carabineros, y luego hizo arribo al Congreso, en el Ford Galaxy presidencial. Al momento de asumir el presidente Gabriel Boric, su predecesor, Piñera, hace abandono del salón de sesiones del Congreso, y se retira del edificio junto a su gabinete. A partir de allí, tanto él como los ex ministros y ministras, se retiran como simples ciudadanos, y, por tanto, deben desplazarse ya sea en sus propios autos, o en el transporte público. Esto que puede parecer pedestre, es del más fuerte contenido republicano. Este traspaso de mando, estuvo lleno de significados, y de simbolismo, con los que el presidente Boric le imprimió su sello. Por primera vez, el auto presidencial fue conducido por una mujer, la suboficial de Carabineros de Chile, Lorena Cid, que es escolta del presidente Boric. De la misma institución, también por primera vez asumió como edecán la teniente coronel Bárbara Barrera. Asimismo, la jefa de protocolo, elegida, fue Manahi Pakarati, una profesional de la etnia Rapa Nui. Ella estuvo a cargo del ceremonial tanto en el palacio de Cerro Castillo, como en la llegada del presidente al congreso. Ella es la segunda mujer, en realizar esta labor, ya que durante el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, se designó en esas labores a Gloria Navarrete. En este caso, la nota distintiva la puso el atuendo de Manahi Pakarati, ya que lució un traje de ceremonias, tradicional de la cultura Rapa Nui. Sin ser esa su función, al conducir a los invitados, u orientar a las autoridades, su impresionante atuendo, concitó todas las miradas y las fotografías. La primera función de Gabriel Boric, como presidente de la República, fue tomar el juramento o promesa a su gabinete. Ahí destacó el contar con más ministras mujeres que hombres, en el gabinete, gracias al movimiento feminista. Recordemos de que 14 de 24 integrantes del gabinete, son mujeres. Y en el cargo más importante del gabinete, el Ministerio del interior, por primera vez fue nombrada una mujer, la doctora Izkia Siches. Un día lleno de emociones, de gestos emotivos, como la familia del presidente, orando tomados de la mano, desde el lugar donde observaban en el congreso, hasta los cientos de personas que se trasladaron desde otras regiones, Coquimbo, Temuco, Concepción, Puerto Montt, y desde su tierra, Magallanes, para ver al presidente Boric. Los gestos de cercanía con la gente, rompieron el protocolo varias veces. Como cuando se bajó del Ford Galaxy en Avenida argentina de Valparaíso, para saludar a quienes portaban una bandera magallánica. O en Santiago, cuando nuevamente baja del auto presidencial, a una cuadra de La Moneda, para acercarse a la gente. Seguramente se ha dicho antes, pero lo que ha despertado el joven presidente, es un fervor similar, al que despertaba la presidenta Michelle Bachelet. Una sensación de cercanía, de cariño, que las personas más humildes han podido experimentar en carne propia. Lejos estoy de quienes gustan del culto al líder, y espero que, en este incipiente afecto colectivo, por el presidente Boric, no se esté gestando algo así. Porque el nivel de confianza que muchas personas, están depositando en él, rebasa todo límite. Se puede intentar explicar, y racionalizar lo que sucede con el presidente Boric, y su atracción a las personas. Algunos dirán, después de un gobierno que dañó moral, espiritual y materialmente, a tanta gente, encontrar un líder que acoja, que consuele, que contenga, es un fenómeno imposible de resistir. Otros dirán que es solamente producto del marketing. Incluso persona recalcitrante dirá, es todo un invento, está actuando, es un populista. A ciencia cierta, nadie podría definir con exactitud este atractivo que el presidente Boric, despierta en las gentes. No diré en las masas, porque hace rato, que existen múltiples identidades, grupos de interés, y otros, que impiden hablar de un solo colectivo. Sin embargo, hay un hecho cierto, el presidente en su primer discurso desde La Moneda, supo tocar cada fibra, cada nota, del gran cuerpo nacional. No quedó sector de la población, comunidad, ni colectivo fuera. El presidente en su discurso acogió todos los dolores, las postergaciones, las injusticias, las hizo suyas y de su gobierno. Expresó con palabras, a ratos poéticas, que la esperanza depositada en sus manos, no va a ser olvidada. Que se siente depositario de todos los esfuerzos y los trabajos, que hicieron otros que lo precedieron. Que va a trabajar para lograr el encuentro en nuestra patria, para superar las barreras que nos separan. En resumen, un discurso con un profundo sentido histórico, que reivindica los avances y progresos conseguidos a lo largo de dos siglos de historia, y reconoce el trabajo y sacrificio de hombres y mujeres, desde los albores de la república. Se puede estar a favor o en contra del gobierno. Pero lo que no se puede hacer, es desatender el llamado que se hace por Chile, vencer la pandemia, sanar las heridas de la patria, vencer la desigualdad, es una tarea para todos y todas, sin distinción de condición social o económica, sin mirar el credo religioso o político. Y recordando a los que se han ido. En esta ocasión, un recuerdo especial a Lalo Manzanares, compañero consecuente y generoso, que acaba de partir. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 14 de marzo de 2022.-

domingo, 6 de marzo de 2022

CORTINA DE HUMO

Esta semana, todos los medios de comunicación transmitieron, de la mañana a la noche, los estragos de la guerra en Ucrania. Escenas de dolor, angustia, desesperación, han sido expuestas una y otra vez, en algunos casos, incluyendo un fondo musical, para incrementar la tensión o el dramatismo. De algún modo, los medios de comunicación, y sus dueños, transformaron la agenda pública en Chile. De pronto, todo el espacio noticioso son los despachos, de reporteros en zona de guerra. Y una cadena sin fin de opiniones, unas muy informadas, de connotados expertos y expertas en materia internacional. Y otras, menos informadas, apuntando a explotar la emocionalidad, a conmover, a transmitir angustia e impotencia. Lo dije la semana pasada, y lo reitero ahora. Estoy total y absolutamente en contra de la guerra. Creo que existen siempre alternativas para resolver los conflictos, y los líderes debieran siempre preferir esas vías de solución, a dejarse llevar por el paroxismo de muerte y desolación, del campo de batalla. Me repugna como los medios explotan el sufrimiento humano. Seguramente muchas personas, caen ensimismadas, al ver el dolor ajeno, el dolor a miles de kilómetros de casa. Pienso, en el mensaje político que se transmite. No seamos ingenuos, detrás de la guerra de Ucrania, no sólo están los impulsos bélicos de un autócrata ruso. Un actor principal sigue siendo, como en las guerras del siglo XX, el complejo militar industrial. Al servicio eficiente, de los Estados Unidos, y sus países aliados. Una aceitada maquinaria de guerra, que mueve trillones de dólares, y que una vez en marcha, es muy difícil de detener. Los intereses geopolíticos del tío Sam, y del gran oso ruso, juegan el mismo juego, que tuvo en vilo al planeta durante toda la guerra fría. El éxito de la guerra en Ucrania, no será medida, por si los locales logran expulsar a los rusos de su territorio. O si las tropas rusas, completan el control total del país, sin una masacre civil. Se medirá por el progreso o retroceso de las fronteras de la OTAN, la esfera de influencia militar de los Estados Unidos. Se juega la supremacía de los Estados Unidos, liderando la alianza militar más poderosa de la historia. Es la materialización de los sueños imperialistas, un mundo unipolar, bajo el control norteamericano. Enfrente, no sólo están los intereses de seguridad nacional de la Federación rusa. De manera velada, están los propósitos de China, de alzarse también en el ámbito geopolítico mundial, como una potencia gravitante. La existencia de un contrapeso en el concierto internacional, podría estar en manos de Rusia, China y la India. Todos ellas, potencias con poderío económico, grandes redes industriales, comerciales y del transporte. Que hoy se ven en peligro, debido a la fragilidad del equilibrio mundial. Todas ellas son potencias nucleares. No es el presidente de Ucrania, el que sostiene la estantería. Los países de Europa occidental, liderados por su socio de Norteamérica, escogieron ese tablero para jugar su ajedrez. Y la guerra no inició el 2022, sino hace 10 años atrás. Sólo que nosotros, en el confín del mundo no lo sabíamos. La guerra nos va a afectar fuertemente, sube el petróleo y el gas, del cual somos importadores. Sube el dólar, lo que arrastra el precio que pagamos como importador de toda clase bienes. Incluso nuestra canasta de alimentos, depende de la pronta solución del conflicto. Lo dijimos anteriormente, el trigo y maíz que producen Rusia y Ucrania, no lo compramos directamente nosotros, pero por estar dentro de los principales productores, impactará en el precio que pagamos en Chile al importarlos. No nos confundamos, los chilenos y chilenas, estamos por la paz. Nadie en su sano juicio, apoyaría una guerra, sabiendo las consecuencias de horror y destrucción que produce. Nuestro deseo es que el conflicto concluya a la brevedad, y tengan éxito las negociaciones directas entre las partes. Pero mientras tanto, deseo que cese la manipulación informativa. Que los aspectos más trascendentes de nuestra vida nacional. Nuestras preocupaciones, nuestras necesidades impostergables, no se vean invisibilizadas, por esta verdadera cortina informativa, que no busca generar empatía, sino adormecimiento, conformismo. Lo que se juega en este conflicto, a costa de vida humanas, son los fríos y crudos intereses de las grandes potencias. Desde nuestra experiencia como pueblo, que está unida indisolublemente con la solidaridad, con el apoyo fraterno a causas justas, sólo podemos clamar por la paz. Nuestra fortaleza es esa, haber optado por el camino de la paz, para resolver nuestros problemas. Es haber conocido el horror, del discurso de odio, del fascismo, y haber logrado vencerlo por medios pacíficos. Podemos y debemos ser empáticos con el dolor humano, pero desde nuestra propia historia, con nuestros propios valores, con nuestras propias convicciones. Por supuesto, sin olvidar nuestra propia contingencia, nuestras propias contradicciones, nuestros propios desafíos. Ernesto Sepúlveda Tornero Punta Arenas, lunes 7 de marzo de 2022.-