domingo, 31 de mayo de 2020

MUEVAN LAS INDUSTRIAS



                                       La última estadística de desempleo entregada por el INE, para el trimestre febrero, marzo, abril de 2020, alcanzó un 9,0%, a nivel nacional. Días antes, el centro de microdatos de la Universidad de Chile, entregaba el dato para la región metropolitana, un 15 % de desempleo. Ambos datos reflejan uno de los aspectos más duros de la pandemia, su efecto social y económico. Aunque los datos fueron menos malos de los que la propia autoridad del trabajo esperaba. Un desempleo de dos dígitos para la próxima medición, está dentro de los cálculos de todos los economistas. En parte porque la encuesta del INE, no alcanzó a cubrir el mes de abril en su totalidad, y en parte porque en el mes de marzo, no se sentía aún el efecto de las cuarentenas.
                                    En el contexto actual de incertidumbre, de temor incluso, necesitamos nutrirnos de experiencias positivas. La semana pasada, tuve ocasión de conocer la forma en que cuatro empresas chilenas, han sorteado estos tiempos. Las historias las contaron sus propios protagonistas, a través del canal de ICARE.                                   
                                    El caso de Agrosuper, esta es una empresa productora de alimentos, con presencia en mercado europeo, China, América Latina y Estados Unidos.  Normalmente opera cumpliendo los más altos estándares de higiene y salud en el trabajo, por lo que incorporar los protocolos del COVID19, no fue difícil. Por tratarse de una empresa productora de alimentos, se encuentra dentro de aquellas calificadas como esenciales, y como tal ha tenido que asegurar la continuidad operacional. Contar con información de primera mano, de sus representantes en Europa y China, fue esencial para asegurar la seguridad de las personas.
                                    Dentro de las medidas adoptadas, lo primero fue enviar en el mes de marzo, a los trabajadores, que forman parte de la “población de riesgo” a sus casas. Ellos están en teletrabajo. Se adaptó la infraestructura para asegurar el distanciamiento físico. Se estableció un canal de comunicación permanente, con los trabajadores y sus familias, también se extendió a las empresas de servicios y los proveedores. La entrega de información relevante ha sido fundamental para tratar los miedos e inseguridades de este tiempo.
MALL PLAZA:         Es una compañía que construye y administra centros comerciales. La compañía se preparó para enfrentar la contingencia sanitaria. Se aprendió de las mejores experiencias de países que enfrentaron antes la pandemia. Se adoptó masivamente el tele trabajo. Las primeras dificultades que se debió enfrentar para el “home office”, fue falta de computadores o conexiones de red insuficientes.
Se implementó una práctica de comunicación constante con los colaboradores, con reuniones online. Para atender la condición anímica de los trabajadores. Se verificó que existía preocupación e incluso angustia, en algunos colaboradores. Las primeras reuniones fueron de “ánimo”, no de trabajo. Luego quienes lo requirieron contaron con apoyo psicológico.
El teletrabajo, se aplicó respetando los horarios, de descanso, de colación de los trabajadores. Evitando producir videollamadas fuera de los horarios hábiles. Se encuestó a los colaboradores, para recibir retroalimentación de las medidas adoptadas.
Asimismo, una empresa externa auditará que se estén cumpliendo los protocolos establecidos.  El retorno, tiene que ver con sortear la crisis. Para lograrlo, se requiere de equipos ágiles, flexibles, con decisiones descentralizadas. El equipo debe aprender a gestionar la incertidumbre.
Es importante mantener el optimismo. El optimismo permite ver oportunidades para agregar valor. La pandemia ha demostrado que “todos dependemos de todos”, en el planeta, en el país, en la comuna, en el barrio, la familia. Esta constatación, nos va a llevar a un camino de mayor colaboración en todo ámbito.
SOCOVESA:                 Es una empresa con más de 50 años de desarrollo en el ámbito inmobiliario.
                                    Para tomar el máximo de seguridad, se decidió, en el mes de marzo de 2020, enviar a trabajar desde sus casas, a un primer grupo de trabajadores.  El personal de oficina, pasó íntegramente a trabajar desde la home office. En el caso del personal de ventas, se continuó trabajando presencialmente en varios lugares, donde no hubo cuarentena. Se tuvo que definir nuevas herramientas para la gestión de ventas. Adaptarse a una forma de mostrar los pilotos, 100% digital, y contacto con el cliente a través de video llamada. La venta inmobiliaria va a cambiar, las salas de venta van a ser diferentes. La visita al piloto va a ser virtual. La empresa hoy día, ya ha implementado el cierre de la venta, y la firma de promesa de compraventa.  Se usa un software de reconocimiento facial, que sustituye a la firma personal.
                                        Se aprecia cambios en la forma de trabajar. Se terminaron las reuniones colectivas, encerrados en una sala de reuniones. Fueron reemplazadas, por video conferencias.  En la compañía se está en un proceso de empoderamiento de los niveles locales, para agilizar la gestión, descentralizando las decisiones.
                                    En el caso de faenas, se implementó un protocolo estricto de higiene y salud en el trabajo. Se redujo el número de trabajadores por obra, y se estableció rutinas de trabajo, que aseguraran el distanciamiento físico.
SKY AIRLINES:             Línea aérea con 18 años de operación en Chile. En la definición de la misión de la empresa, participaron más de 300 personas, el propósito de la compañía es “Poner el cielo al alcance de todos”. Desde enero de 2020, la empresa inició la revisión del impacto que producía el Covid19, en el resto del mundo. En vuelos internacionales, el nivel de pasajeros se había reducido al 40%, ahí se decide suspender el itinerario internacional. Al poco tiempo, se adoptó la misma decisión sobre los vuelos domésticos.  Con una caída del 98% de los ingresos, la primera prioridad de la compañía fue proteger a las personas. Se establece un período “de hibernación”, se realizan ajustes transitorios de remuneración. Se pacta con los trabajadores pasar a jornada parcial. Se reduce de este modo la planilla en un 50%. Como contrapartida, la compañía no ha despedido a nadie. Son 3 mil trabajadores en Chile y 300 en Perú.
                                    El regreso se ha planificado, con no más del 30% de la dotación físicamente en el lugar de trabajo. El CEO de la compañía mantiene a todos los trabajadores informados de la situación de la empresa. Realiza semanalmente una videoconferencia, donde los trabajadores pueden hacer consultas directamente.
                                    También se ha aplicado encuestas, para conocer como ha sido la experiencia de trabajar desde el home office. La empresa proyecta que, en el futuro, parte de la dotación trabajará al 100% desde sus casas. La compañía es pionera en la digitalización, ya desde 2016 no tiene venta de boletos presencialmente, y es 100% online.
                                    Las experiencias de 4 grandes empresas, de rubros distintos, pero enfrentando unas mismas circunstancias excepcionales, nos permiten encontrar claves para mejorar la respuesta.
                                    Por todo Chile, las personas, los hogares y las empresas resisten como pueden los nocivos efectos económicos de la pandemia. Un denominador común salta a la vista con facilidad en los casos comentados. Todos coinciden en que las personas, son la primera preocupación de una compañía que aspira a seguir en el mercado. Esa preocupación va desde la salud mental (preocupación, angustia, inseguridad) de los trabajadores, hasta el tema de la conservación del empleo.
                                    Mantener una mirada optimista, es esencial para la salud tanto de las personas como de las organizaciones. Sea pues, nuestro propósito personal, buscar esa motivación para toda la gente.
ERNESTO SEPÚLVEDA TORNERO

domingo, 24 de mayo de 2020

LA CRISIS DEL EMPLEO



                              

                            Según consigna el tercer informe evacuado por el Observatorio de la OIT, el 29 de abril recién pasado, el impacto de la pandemia, en la situación del trabajo, ha superado largamente, el efecto de la crisis de 2008. Es que los efectos económicos de la virtual paralización de los mercados, los prolongados cierres o cuarentenas, dispuestos por todo el mundo. Y en forma más patente, el impacto mundial de la fuerte ralentización de China ha generado una gran pérdida de horas de trabajo en el primer semestre de 2020. En estimaciones de la OIT, a nivel mundial, hubo una disminución de 4,5 por ciento de las horas de trabajo. Esto equivale a la pérdida de 130 millones de empleos a tiempo completo, en el primer trimestre de 2020.
                              En el segundo trimestre, se estima la pérdida de 305 millones de empleos a tiempo completo. Frente a este escenario tan adverso, la OIT ha recomendado a sus estados miembros, adoptar medidas para paliar el impacto económico de la pandemia. Sugiriendo implementar políticas destinadas a proteger los empleos, y a las empresas que los generan, así como asegurar la protección social de toda la población. Revisaremos las medidas adoptadas por Alemania y Nueva Zelanda.
                            En Alemania, el gobierno federal ha otorgado una garantía de atención para servicios sociales y asistencia social hasta fines de 2020.                                
                            El período de empleo a corto plazo en condiciones privilegiadas (tasa impositiva plana baja y suma global para la seguridad social) se ha incrementado de 70 a 115 días al año, para ayudar al personal estacional, especialmente en el sector agrícola y los agricultores.
                            Se otorgarán una serie de desgravaciones fiscales: moratorias de las deudas tributarias, pagos anticipados ajustados, secuestros suspendidos. En tanto, las empresas que resulten con pérdidas en 2020, pueden compensarlas con pagos anticipados de impuestos para 2019, ya pagados.
                            Se pagará una prima salarial única de hasta 1.000 euros a los empleados en atención geriátrica
                                                         “Se facilita el acceso a la “ayuda básica de ingresos”, para quienes buscan trabajo. Se incluye a los trabajadores independientes por cuenta propia. También se establece una ayuda de emergencia del gobierno federal, que se otorgará por única vez a pequeñas empresas. La condición es que las dificultades económicas están directamente relacionadas con la crisis de COVID 19 y los daños tuvieron lugar después del 11 de marzo de 2020”.
                                                         “El gobierno federal está extendiendo líneas de crédito y garantías estatales para las empresas a través del banco de inversión estatal federal KfW.  El gobierno federal otorgará una indemnización de hasta el 100% de la suma del crédito. Protección de alquiler: los pagos tardíos o pendientes de arrendatarios entre el 1 de abril de 2020 y el 30 de junio de 2020 no pueden dar lugar a la rescisión del contrato de alquiler por 24 meses. Sin embargo, las deudas deben pagarse hasta el 30 de junio de 2022”.
                                                          Se incluye, asimismo, beneficios especiales para los estudiantes trabajadores, en enseñanza dual, o estudiantes en práctica. Además de conceder licencias pagadas a trabajadores que deban cuidar hijos de hasta 12 años. En paralelo, diversos sindicatos han acordado con las respectivas organizaciones patronales, congelamiento de sueldos y beneficios, y en algunos casos rebajas de sueldos, en forma excepcional.
                            Todo el paquete de medidas, equivale a un gasto federal suplementario de 156 mil millones de euros.
                                                        En Nueva Zelanda, A partir del 3 de abril, Nueva Zelanda está operando bajo un estado de emergencia de Nivel 4. Todas las escuelas y servicios no esenciales están cerrados y el gobierno ha emitido un paquete de estímulo integral para ayudar a reducir el impacto de la crisis COVID-19 en los trabajadores y las empresas.
                            El banco central de Nueva Zelanda ordenó a todos los bancos que dejen de pagar dividendos y canjeen notas de capital durante el cierre de COVID-19 para ayudar a estabilizar el sistema financiero al permitir que los bancos mantengan niveles más altos de capital.
                            El gobierno inyectará una cantidad inicial de $ 500 millones en el sector de la salud. Las asignaciones respaldarán la compra de equipos como ventiladores, un mayor financiamiento para atención primaria y servicios en el hogar, y una mayor capacidad de prueba.
                                       En materia de vivienda, se congelarán los precios de alquiler durante 6 meses, y se impedirá la terminación de los alquileres. Los bancos en Nueva Zelanda diferirán los pagos de las hipotecas residenciales por hasta 6 meses para los propietarios afectados.
                                        Las empresas afectadas negativamente por COVID-19 pueden solicitar el subsidio salarial. Las empresas en este esquema deben pagar a cada empleado por el que reciben el subsidio y mantener al menos el 80% de los ingresos anteriores a COVID-19 de los empleados.
                                        El gobierno ha incentivado a los empleadores a mantener a los empleados a través del programa de subsidio salarial. Solo las empresas que califican como empresa esencial pueden permanecer abiertas. Para los trabajadores esenciales con niños de 5 a 14 años que trabajan fuera del hogar, hay fondos disponibles para servicios de cuidado infantil en el hogar. El gobierno otorgará licencia pagada a los trabajadores de empresas esenciales que se auto aíslan o enferman del virus.
                                       En la página web de Business New Zealand (BusinessNZ), Se encuentra disponible una lista de verificación de requisitos de salud y seguridad para las empresas. La lista de verificación incluye escenarios y opciones para manejar a los empleados ausentes por enfermedad, o porque necesitan cuidar a alguien que está enfermo. O bien en los casos, en que el trabajador no está enfermo, pero elige mantenerse alejado del lugar de trabajo.
                        La situación en América Latina, dista mucho de los países desarrollados. La crisis por el Covid19, sorprende a la región en una posición de debilidad macroeconómica. Muchos países aún no se recuperan de la crisis de 2008-2010. Las tasas de crecimiento del período 2014-2018, en toda la región promediaron 1,4 %. Una cifra magra, agravada por la baja en los precios de commodities.  Según informa la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, en su informe CEPAL/OIT de mayo de 2020: “Este escenario provocará la mayor crisis económica y social de la región. La contracción económica se situaría en torno al 5,3% del PIB regional, lo que podría provocar un aumento de la tasa de desocupación de al menos 3,4 puntos porcentuales, hasta alcanzar una tasa del 11,5% al final de 2021. En la medida en que la pandemia se alargue y las medidas de distanciamiento físico continúen siendo necesarias, cabe esperar que la contracción sea mayor que la proyectada y que el efecto sobre el desempleo sea todavía más grande”.
                            El retorno seguro a labores, en aquellas áreas sensibles de la economía y los trabajos prioritarios de la cadena de suministros, es lo primero que los países desarrollados implementaron. En términos comparativos, el nivel de gasto que esos países pueden enfrentar, es ampliamente superior, a los presupuestos de los países en vías de desarrollo. La situación particular de América Latina, graficada por el informe de Mayo de la Cepal, es muy delicada, ya que no cuenta con los recursos suficientes, para soportar una paralización prolongada. Esta constatación vuelve más urgente aún, la existencia de los consensos sociales y políticos mas amplios, para concordar las condiciones de la apertura.
                            La reseña de las medidas adoptadas, por Alemania y Nueva Zelanda, la hemos citado a título ejemplar. Pero, mas allá de las diferencias ostensibles en cuanto a recursos, se puede extraer de allí una enseñanza. Las medidas adoptadas, han sido comprometidas en un amplio dialogo social, tripartito. Tanto las organizaciones empresariales como las de trabajadores, fueron escuchadas, e incluso se desplegó negociaciones bipartitas, que beneficia a vastos ámbitos. Esto último, es mas claro en Alemania, y también en Francia, con negociaciones por rama productiva.
                            La otra enseñanza que podemos extraer de la experiencia comparada, es que en condiciones extremas como las que enfrentamos, no es momento de ponerse ortodoxos. Las soluciones adoptadas por los gobiernos, se alejan ostensiblemente de la línea de la economía clásica. Agotadas toda la batería de soluciones neoliberales, los gobiernos se han entregado sin disensos internos, a la aplicación de políticas con un rol activo del estado.  Esto es quizás, lo más importante. Los caminos para resolver los graves problemas en que estamos en Latinoamérica, no son los mismos de siempre. Hay que ser audaces, hay que ser conscientes. La clase política, y las elites sindicales, deben estar a tono, con el desafío. Enfrentar la realidad sin ataduras ideológicas. De la discusión racional y con tolerancia, saldrán las soluciones locales para los problemas globales.

Ernesto Sepúlveda Tornero


Fuentes:
https://www.ilo.org/global/lang--en/index.htm
Observatorio de la OIT:  El COVID-19 y el mundo del trabajo. Tercera edición, Ginebra 29 de abril 2020
https://www.cepal.org/es
“Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe”, Informe CEPAL/OIT, mayo 2020.-           

                                                                                            

domingo, 17 de mayo de 2020

PENSANDO FUERA DE LA CAJA

            Atrevernos a romper con los convencionalismos, a ir más allá de lo que la burocracia estatal o una economía de banqueros, nos permiten. Encontrar respuesta a las múltiples interrogantes con las que nos desafía este presente. Vemos a diario tanto a políticos como a líderes empresariales, dando las respuestas de hace 30 años para los problemas de hoy. Inercia, pereza intelectual, comodidad, razones puede haber muchas. Prefiero equivocarme, que pretender que tengo el mundo resuelto. No se puede dar las mismas respuestas, si las preguntas son otras.
            Innovación, nuevas tecnologías de información (TI), inteligencia artificial (IA), investigación científica de avanzada. Son lo que separan al mundo hoy día, entre quienes pueden lidiar mas o menos exitosamente con la pandemia, y quienes yerran una y otra vez, con la muerte respirándote en la nuca.
            En esta ocasión, he traído a esta columna, reflexiones que leí en artículos publicados recientemente. Uno perteneciente a la revista “The conversation”, de Tufts University, el otro publicado por Knowledge Wharton, Pennsilvania University.
            En el primer artículo el profesor Bhaskar Chakravorti, decano de negocios globales de The Fletcher School, se explaya acerca de las distintas estrategias de salida de los bloqueos impuestos por el Coronavirus. Es muy interesante, conocer como lo han hecho seis países distintos, considerando nuestra propia experiencia como país. Vemos que la grave afección a la calidad de vida de las personas, la pérdida de medios de subsistencia, ha sido común en todo el orbe. La presión por poner fin al bloqueo, y reanudar las actividades, se adopta incluso en países donde los fallecidos por el Covid19, suman decenas de miles. De la observación de las estrategias de cierre y de apertura, que varios países han adoptado, el profesor Chakravorti, ha extraído algunas características o rasgos, que pueden orientar a otros países.
“La capacidad de una nación para manejar el brote depende de muchos factores: la voluntad de los gobiernos de tomar medidas decisivas; cumplimiento ciudadano en quedarse en casa y distanciamiento social; y la capacidad para realizar pruebas adecuadas de la enfermedad, incluido el "rastreo de contactos", que rastrea a las personas que han estado en contacto con las personas infectadas.” 
              Todos los países se vieron en la necesidad de cerrar comercios, salas de espectáculo, estadios, y cualquier otro lugar donde se congreguen personas. Pasar a realizar actividades a distancia, requiere en todas partes, contar con la infraestructura adecuada. Según observó el profesor Chakravorti, esta falencia no afecta sólo a los países del tercer mundo, o en vías de desarrollo. Desde luego, están los países que han estado a la vanguardia en la respuesta a la pandemia, Alemania, Nueva Zelanda y Corea del Sur. De estos, dice “Son países fuertes tanto en la lucha contra enfermedades como en la preparación de la economía digital.” En estos lugares el desarrollo de la actividad económica, “No depende tanto de las interacciones de persona a persona”. Estos países, cuentan con altos niveles de acceso a internet, pagos digitales, y servicios públicos, y empresas preparados para realizar trabajo remoto.
            En contraste con estos países, reconocidos transversalmente, por su exitosa estrategia, se encuentran países que también pertenecen al primer mundo, como Estados Unidos (para muchos la primera potencia mundial), Italia y Japón. En el caso de Italia, cuya estrategia inicial fallida, fue minimizar el impacto del virus. Posteriormente debió imponer controles y bloqueos muy rigurosos. Con altos niveles de cumplimiento a estas medidas, favorecidas “por pruebas y rastreos generalizados”.
Según el estudio realizado por el profesor Bhaskar Chakravorti, “Italia se encuentra entre los miembros de la Unión Europea menos preparados para un cambio hacia una economía digital”.
Paradójicamente, un líder tecnológico como Japón, también erró su estrategia inicial, aliviando las restricciones demasiado pronto. Al igual que Italia, debió después imponer fuertes bloqueos para detener brotes posteriores. Según el estudio, este gigante de la industria, “se encuentra relativamente poco preparado en términos digitales”. Algunas razones serían, las presiones ejercidas para regresar al trabajo presencial. Pero fundamentalmente, por razones de falta confianza. Se ha observado una preocupación desmedida por la seguridad, que obliga a contar con seguimiento en papel de cada transacción. Estas aún deben visarse con sellos corporativos oficiales, y existe renuencia a efectuar pagos digitales.
Otra gran conclusión del estudio del profesor Chakravorti, y que permite develar una verdad más grande que una catedral. No basta con que un país sea rico y desarrollado. “Se requiere no solo fondos sino también un liderazgo con visión de futuro, creíble y transparente y la confianza de los ciudadanos en ese liderazgo.”   Una clave importante del éxito de cualquier estrategia, no sólo para enfrentar una contingencia sanitaria mundial. Un líder que tome decisiones oportunas y firmes, y una ciudadanía que confíe en el liderazgo, y coopere con sus decisiones.
Acá, resalta con fuerza el perfil de la canciller alemana Angela Merkel, con una sólida formación científica, ha contado con la credibilidad y apoyo de la ciudadanía. Asimismo, se destaca el perfil de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern. Quién tuvo una reacción enérgica desde el primer momento. Su enfoque  " ve temprano, ve duro ", a las restricciones de cierre, fue respaldado y cumplido por  sus ciudadanos.  En Corea del Sur, las autoridades controlaron el virus a través de " un liderazgo decisivo y transparente basado en datos, no en emociones ", con amplio uso de medios de control tecnológico, respaldados por la ciudadanía.
            El análisis de las experiencias de manejo de la crisis sanitaria, nos lleva a una reflexión, sobre los alcances que tendrán los cambios tecnológicos que se avecinan. Próximamente tendremos, la necesidad, o la conveniencia, de mantener de manera permanente, amplios campos de la economía, bajo un sistema de trabajo remoto, o a distancia. Una mayor inversión en la construcción de infraestructura digital, abrirá espacio para nuevas actividades económicas, sociales y culturales.
            Con esto en mente, leímos la entrevista a Frank Chen, socio especializado en IA de la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz, que publicó Knowledge@Wharton. 
            Sobre el estado actual de la inversión en Inteligencia artificial, Frank Chen refiere que desde la invención de la IA a mediados de los años 50’ en Darmouth, se ha tenido “ciclos de expansión y fracaso”. A los períodos de fracaso, en el rubro de la IA, se les denomina inviernos. El analista Chen, señala que desde los años 50’, al menos han existido “cinco inviernos”. El tiempo actual sería distinto, ya que existen muchas oportunidades, para que las empresas apliquen alguna técnica de IA, y resuelvan un problema empresarial. Técnicas como las denominadas “De aprendizaje profundo”, cuando se aplican a grandes cargas de datos, “obtienen predicciones muy precisas”. Una aplicación práctica es para conocer la rotación de clientes. O para determinar con precisión qué productos específicos están demando los usuarios en la red. Del análisis de esas grandes cargas de datos, líneas de productos como Amazon Basics, decide que nuevos productos lanzar. De este modo, la Inteligencia artificial, puede participar en todo el ciclo de vida de un producto. En palabras de Chen “Piense en el ciclo de vida del producto: debe averiguar qué productos o servicios crear, determinar cómo ponerle precio, decidir cómo comercializarlo y venderlo y distribuirlo para que llegue a los clientes. Después de que lo hayan comprado, debe averiguar cómo apoyarlos y venderles productos y servicios relacionados.”
A juicio de este experto en IA, de una compañía de inversiones en capital de riesgo.” La IA, entendida como un conjunto de técnicas informáticas, al igual que las bases de datos, entrarán en todas las aplicaciones”.
La construcción de infraestructura digital, como los tendidos de Fibra Óptica, los reservorios de big data. Y las técnicas de IA, hacen más barato el almacenamiento, el transporte y el análisis de grandes cargas de datos. Sin las técnicas de IA, sería materialmente imposible extraer información útil.
El desafío de hoy, es contar con esa infraestructura básica, asimismo contar con el personal que podrá manejar con facilidad las técnicas de IA. Chen, señala que “Las tres mejores clases de informática de IA en Stanford son “Intro to AI”, “Natural Language Processing” y “Vision Processing”. … Cada una de esas clases tiene o se acerca a 1.000 estudiantes”. Este personal calificado junto a la IA, puede identificar a los clientes que están por abandonar un negocio, o un producto. Con IA puedes predecir y maximizar, el número de personas que verán la publicidad de un producto o servicio en Facebook, Youtube, Instagram.
De todos modos, los expertos nos tranquilizan, no nos vamos a encontrar próximamente, con un ser dotado de una Inteligencia artificial similar a la del hombre. Principalmente porque las aplicaciones existentes, son de la denominada IA “estrecha”, que permite a ciertos dispositivos leer información de fotos o imágenes, o saber lo que las personas dicen. Pero no están dotadas de la inteligencia general, que sólo la permite hasta ahora el cerebro humano. Que le permite aprender de cualquier cosa, y a través de razonamientos crear o imaginar nuevas soluciones, nuevas ideas, nuevas creaciones.
Obtener análisis de grandes cargas de datos, en tiempo real, predecir el movimiento de las personas a través de una ciudad, al final de una jornada de trabajo, o al inicio de un finde semana. O mas cercanamente, analizar la carga de datos derivados de la pandemia del Coronavirus, permite hoy a líderes de países exitosos en su control, el adoptar medidas como el cierre o a la apertura de la economía. Sobre la base de datos y no sobre la base de emociones. Eso distingue a los liderazgos creíbles, confiables, y exitosos.
Ernesto Sepúlveda Tornero

domingo, 10 de mayo de 2020

PREPARAR LAS HERRAMIENTAS


                                                           La vorágine en que hemos estado inmersos en Chile, parece no tener fin, y un sentimiento de desanimo ronda en las filas de los emprendedores y de sus trabajadores. Pareciera que el mes de octubre, del llamado “estallido social”, duró hasta el mes de febrero. Sólo concluyó cuando hizo su aparición la pandemia del siglo, el Coronavirus con el primer caso identificado en el mes de marzo. Desde allí hasta acá, parece que marzo aún no concluye. Más si le agregamos el año escolar que no alcanzó a durar ni dos semanas, por la suspensión total de clases presenciales. Si a alguien le cabía alguna duda de que este año no iba a ser normal, ahí está el estado de excepción constitucional de catástrofe, decretado para todo el país. También toque de queda entre las 22,00 horas y las 5,00 AM. Como no sucedió nunca antes en Chile, se tuvo que disponer cuarentenas, en distintas zonas del país. La idea es que las personas permanecieran en casa, para evitar los contagios. Las empresas de menor tamaño, el pequeño comercio, que ya venía resentido desde octubre de 2019, con la prohibición de salir a las calles, recibió la última paletada de tierra.
                                                           Como hemos referido en otras columnas, los esfuerzos legislativos del gobierno, modificados y aumentados en el parlamento, para ir en ayuda de los sectores económicos más golpeados, aún son insuficientes. Y pareciera ser que vale la pena guardar algunos recursos fiscales, para los meses venideros.
                                                           Los países desarrollados, paulatinamente inician el retorno a actividades, guardando todas las medidas de prevención. Vemos en Alemania, con la friolera de cinco mil personas fallecidas, se retoman las actividades económicas y productivas. Lo mismo ya ha ocurrido en China, gracias a lo cual, han empezado a llegar a distintos países incluido Chile, los ventiladores mecánicos, robots para exámenes PCR, e insumos sanitarios.
                                                           Los trabajadores asalariados de todo Chile están sintiendo el temor al despido, temor al cierre de sus lugares de trabajo. Otros subsisten con dificultad con el subsidio de cesantía, en los casos en que sus empleadores se acogieron a la suspensión del contrato de trabajo.  Pero estos tiempos tan duros, también traen oportunidades. Es un hecho que los cambios que estamos viviendo, en la forma como estudiamos, a través de plataformas on line. O el sinnúmero de actividades que ahora pueden hacerse desde el propio hogar del trabajador. Constituyen cambios que llegaron para quedarse. Las oportunidades de empleo, que la economía va a proveer cuando retome su marcha, va a estar marcada por los empleos relacionados con la tecnología de las comunicaciones. Tareas relacionadas con la robótica y la inteligencia artificial. Trabajos relacionados con el diseño y programación de nuevas herramientas tecnológicas.
                                                           Estas materias, que parecen estar escritas en chino mandarín, son una realidad para miles de hombres y mujeres chilenos. Al alcance de cualquiera, sólo se necesita ganas de aprender, curiosidad, y perderle el temor al cambio.
                                                           Por sugerencia de un profesor de la Universidad de Magallanes, la semana pasada vimos en su curso, un video del programa “Sin corbata”. Se hablaba de la necesidad de que los trabajadores continúen a través de toda su vida laboral, capacitándose, adquiriendo nuevas competencias.  Junto al invitado oficial, subsecretario del Trabajo, estaban representantes de Startups chilenas, o con presencia en Chile. Una de ellas fue “Laboratoria”, Startup de educación, entidad que funciona desde 2013, y según informa en su página web, tiene presencia en México, Colombia, Perú, Brasil y Chile. Ellos tienen un programa dirigido a las mujeres, que no han recibido educación superior, con problemas para conseguir empleo. Cuentan ya, con 1.500 mujeres egresadas de su programa de formación en desarrollo web y programación. El programa es sin costo, dura 6 meses, y concluye con una vinculación con empresas. Se indica que el 80% se inserta laboralmente en el área de informática o desarrollo de empresas. Estas empresas optan por contratar a mujeres, por su mentalidad de superación y sus habilidades.
                                                           Otra entidad que conocimos allí, fue “Social Lab”, está definida como una “red de solucionadores de problemas”. Su página web refiere, que reúne a más de 600 mil creativos de 96 países del mundo. En 6 años han efectuado más de 100 convocatorias, con participación de 51 organizaciones que generan innovación social. Lo particular en este caso, es que definen como su motivación la “Economía del amor”. Buscan mejorar la vida de las personas, a través del impulso de “negocios sociales”, que brinden oportunidades a las personas, y no sean limitadas por su entorno. Tienen presencia en Chile, Argentina, Colombia, México, Uruguay y Guatemala.
                                                           También estuvo la “Fundación Caleiseis”, que busca mejorar la empleabilidad de personas que no tuvieron acceso a educación superior. Se proporciona formación y conocimientos en el área de inteligencia artificial. Esta entidad, aplica un sistema de aprendizaje “basado en proyectos”. No se entrega una capacitación lineal, sino que los propios alumnos, van adquiriendo habilidades, a medida que desarrollan un proyecto concreto. Con la guía y orientación de monitores. El programa dura 5 meses, es sin costo. Establece una edad mínima para postular de 20 años, pero no fija un límite de edad. Esta entidad es patrocinada por empresas que requieren contar con mano de obra calificada, por lo que también acá se asegura una alta probabilidad de contratación laboral.
                                                           Qué está haciendo el estado sobre esta materia, aún está en curso la modernización del sistema de capacitación SENCE. Por ahora se ha introducido modificaciones tales como, eliminar la edad tope para postular. Asimismo, se va a incorporar una obligación adicional, a los organismos técnicos ejecutores. Incluyendo acciones tendientes a lograr la empleabilidad de los capacitados. Aunque sigue pendiente, la definición de baterías de curso, con pertinencia económica y social, de los territorios. Una mayor profundidad de las capacitaciones, y con vinculación directa con los sectores productivos.
                                                           Volver a estudiar, es un desafío para cualquier trabajador, pero no hay alternativa. Con una vida estimada en 105 a 110 años por las AFP, y con pensiones miserables, no podemos darnos el lujo de quedarnos sin hacer nada. Es imprescindible para que la nueva economía sea incluyente, contar con la conexión y servicio de internet como un servicio básico. Todo hogar en Chile debe contar con una conexión a bajo costo, y en los casos de quintiles mas vulnerables con subsidio estatal para costear su consumo. Las plataformas tecnológicas “Corren virtualmente” por la super carretera de fibra óptica. Todas las oportunidades de trabajo, que se abren gracias a la tecnología, ampliarán el universo de trabajadores. Para mujeres jefas de hogar, en jornadas parciales de teletrabajo. O para adultos mayores que quieran prestar un servicio remunerado desde sus hogares. O para personas con capacidades diferentes, que también pueden destinar parte de su tiempo para una actividad remunerada.
                                                           Vivimos tiempos convulsos, desafiantes, pero están dadas las condiciones para que quienes pierdan el miedo a los cambios, encuentren nuevas oportunidades de desarrollo personal y familiar.

Ernesto Sepúlveda Tornero
                                                                                                                     




domingo, 3 de mayo de 2020

TRABAJO Y POBLACIÓN




Los recientes datos sobre empleo entregados por el gobierno, que arrojan un aumento del desempleo para el trimestre enero-marzo de 2020, ponen una importante señal de alarma. Según cifras del INE, de una fuerza de trabajo a nivel nacional de 9.744.230 personas, se registra una desocupación del 8,2%. Siendo más fuerte aún el desempleo para las mujeres, que registran un 9,7% versus un 7,1% de los hombres. De acuerdo a las cifras oficiales, en el país existirían 801.800 desocupados. Considerando asimismo, 2.580.640 personas registradas como “Ocupados informales”, vale decir se consideran con ocupación, pero se trata de actividades esporádicas y sin cobertura previsional.

En la región de Magallanes, las cifras no fueron alentadoras, aunque sigue siendo una tasa que no llega a la mitad de la nacional,  nuestra región en el primer trimestre del año fue un  4,7% de desocupación, correspondiendo los desocupados a 4,500 personas.

Cabe señalar que tanto para el nivel nacional, como para el nivel local, el impacto de la pandemia del Covid19, no alcanza a ser reflejado íntegramente por esta encuesta de empleo. Se espera que en la siguiente entrega, se vea reflejado, con un aumento considerable de los desocupados. El banco Central ha estimado que la tasa de desocupación puede llegar a los dos dígitos, producto del cierre de empresas, y de los efectos de las medidas de restricción dispuestas por la autoridad.

A nivel internacional, cifras récord de desocupados se han registrado en Estados Unidos, superando los registros de la crisis subprime de 2008, acercándose al impacto de la crisis de 1929.

En todo el mundo, los gobiernos, las organizaciones civiles, las empresas, los organismos internacionales, debaten hoy, acerca de este desafío. Cómo lograremos recuperar gradualmente el ritmo de la economía, sin descuidar las máximas medidas sanitarias de cuidado. Se ha hablado de una “nueva normalidad”, frase que ha sido replicada en Chile, sin mucho éxito comunicacional. Convengamos en que la crisis sanitaria, social y económica, nos sorprende en medio de una crisis política de proporciones. Y en momentos en que la lógica y la racionalidad indican que hay que tener un solo mando, una sola coordinación de acciones, las pasiones y odiosidades, han reaparecido.

Buscando otras voces, que puedan aportar a que encontremos nuestros propios caminos. Leo que el World Economic Forum, sostiene que la crisis de la pandemia, afectará a los países, en mayor o menor medida, dependiendo de sus condiciones demográficas.  En grandes potencias económicas, como Alemania y Japón, se aprecia poblaciones envejeciendo rápidamente, lo que contrasta con regiones menos desarrolladas, o en vías de desarrollo como Medio Oriente y el África subsahariana, que tienen una población mayoritariamente joven.

La mayor o menor facilidad que tendremos como país, para enfrentar el flagelo de la crisis económica y la desocupación, deberá considerar como está constituida nuestra fuerza de trabajo. Si en Alemania el año 2017 la población mayor de 65 años, representaba el 21% de la población, en Chile representa en 12%. Si ampliamos el rango, tenemos que en Chile la población con 25 años o más, representa el 65,39% de la población total. Y si consideramos los rangos de población con mayor edad, tenemos que el 22,45% de las personas tiene 55 o más años.

Chile tiene un sistema de pensiones, que no es ni universal ni solidario, y que impide a las personas subsistir solo con la pensión o jubilación. Eso lleva a que la fuerza de trabajo esté y va a seguir estando integrada mayoritariamente por personas de los tramos de mayor edad.  Eso nos lleva a la necesidad de asegurar una formación continua de la fuerza de trabajo. Lo que en países desarrollados se ha resuelto con incorporación de mayor tecnología, IA, y robótica, como en Japón. O con programas de inmigración para suplir los empleos faltantes, como ha ocurrido con Alemania.

Contar con una fuerza de trabajo calificada, implica proporcionar a las personas herramientas para que adquieran las competencias necesarias. Estas competencias, son las más pertinentes o adecuadas para desarrollar las ocupaciones que nuestra economía demanda. No sólo se incluye aquí aquellas competencias propias de las funciones técnicas, sino las de un amplio espectro de ocupaciones, requeridas para producir el desarrollo económico, social y personal.

Requerimos con urgencia en Chile, que se fortalezca el sistema de formación continua, de los trabajadores. Que la educación y formación para el trabajo continúe a lo largo de toda la vida laboral, garantizará siempre contar con el personal calificado que las empresas necesitan. Asimismo, se rescata el valor de los trabajadores con experiencia, que logran adaptarse a los cambios producidos en su ciclo laboral.

Incorporar a Chile a la cuarta revolución industrial, requiere hacerse cargo de las brechas existentes en la fuerza de trabajo. Según cita el World Economic Forum, un estudio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, ciencias y cultura, ha establecido “Brindar aprendizaje flexible de nuevas habilidades o ayudar a los empleados a adquirir nuevas habilidades serán un método clave para mitigar el desempleo, el acceso desigual a recursos y la inactividad. Un entorno de formación dinámico tiene el potencial de proporcionar profesiones plenamente enriquecedoras para los trabajadores y de fomentar la cohesión social”.

Se estima que al menos un 84% del talento de personas menores de 25 años, en el mundo, se logra optimizar a través de la educación. En tanto, cuando se trata de personas que tienen más de 25 años, ese porcentaje baja al 45%.

La tensión a la que está sometido el aparato productivo, va a producir que en algunos casos, se anticipen decisiones de inversión, para introducir tecnología, que sustituya en parte tareas desarrolladas hasta ahora sólo por personas. En otros casos, las decisiones van a llevar al cambio de giro de las empresas, y a la adaptación a un nuevo tipo de sociedad. En otros casos las empresas no se van a lograr adaptar a las nuevas circunstancias y a los nuevos desafíos. En la economía post Covid19, los trabajadores que queden desocupados, deberán recibir, herramientas pertinentes a las nuevas competencias requeridas.

La necesidad es madre de la ciencia. Un tedioso viaje de 4 horas en tren, para poder visitar a su novia,  fue el motivante para que  Eric Yuan llegará años después a crear la aplicación Zoom de vídeo llamadas. A raíz de la pandemia, se transformó en la plataforma usada por cientos de millones de personas en todo el mundo. E hizo a Eric Yuan uno de los hombres más ricos del mundo.

Soy un convencido, que el desafío al que estamos sometidos como país, nos va a fortalecer, nos va a permitir encontrar nuestro camino común, para construir una sociedad donde la prosperidad se comparta con justicia.

Ernesto Sepúlveda Tornero