domingo, 26 de abril de 2020


A CIEN AÑOS DE LA GRIPE ESPAÑOLA
En 1918 se extendió de forma acelerada y agresiva, por todo el mundo,  una pandemia de gripe, causada por un brote del virus de influenza A, subtipo H1N1. Fue denominada “Gripe española”, porque fue en España donde se dio mayor difusión en los diarios y la radio, a los estragos que causaba. España permaneció neutral durante la I Guerra Mundial, que estaba en curso. De allí que podían publicar lo que estaba sucediendo, sin ser objeto de la censura de los mandos militares. Se ha ubicado al paciente cero de esta gripe, en Estados Unidos, en abril de 1918, aunque se había tenido reportes de al menos 14 campamentos militares  afectados ya en 1917.
Este virus a diferencia de otras epidemias de gripe, que afectaba principalmente a ancianos y a niños, afectó también a jóvenes y adultos saludables. También a animales, como perros y gatos.
La epidemia de gripe de 1918, es considerada la epidemia más devastadora de la historia, ya que en sólo un año exterminó una cifra que se sitúa entre 20 y 40 millones de personas.
Para 1918 no existían vacunas para la gripe, se reporta que los primero estudios se habrían iniciado en 1931, y no se dispuso de vacunas inactivas aprobadas para la gripe, sino hasta la Segunda Guerra Mundial. La pandemia se enfrentó con los recursos que los médicos de la época disponían. Se emplearon todos los métodos, hacer sangrar a los pacientes; administrarles oxígeno; darles cantidades enormes de aspirinas. Pero de todos estos recursos terapéuticos, uno sólo tuvo relativo éxito, hacer transfusiones de sangre de pacientes recuperados a personas recién infectadas por el virus.
Como lo vemos también hoy, a cien años de esa pandemia.  En 1918, también se debió recurrir a instrucciones perentorias a la población, para que adoptara medidas de higiene en su hogar, aseo personal, y medidas de distanciamiento social. En un boletín fechado en octubre de 1918, el gobernador de la Provincia de Burgos, en España, don  Andrés Alonso López , instruía lo siguiente:
 
“... Asimismo recuerdo que la infección se propaga por las gotitas de saliva que despide el que habla, tose, etc. a nuestro lado, al ser respiradas por los que le rodean... Que se abstengan, en consecuencia, de permanecer en locales cerrados, mal ventilados, donde se reúne mucha gente, como tabernas, cafés, etc. Que se extreme la limpieza de las casas. Tener mucha limpieza de la boca y en una palabra, seguir los consejos del Médico y desoír a los ignorantes que se os invitan a beber alcohol o consumir tabaco como remedios preventivos por ser sus efectos en esta ocasión más nocivos que nunca.”

Transcurridos cien años, cuando la civilización se encontraba llegando a los límites en la exploración de la galaxia. Cuando se anunciaba cada día nuevos adelantos científicos, y avances tecnológicos. Nos toca enfrentar una epidemia de gripe, tan letal y nociva como la anterior. Viendo los esfuerzos que hacen los trabajadores de la salud en todo el orbe, la entrega de médicos y enfermeras, y toda la cadena sanitaria, quedamos abismados ante el tamaño de este desafío, que amenaza nuestras vidas.

Ante esta tarea que  desafía a la humanidad toda, no podemos quedar indiferentes. Los esfuerzos que hacen los gobiernos de todas las naciones para resguardar a su población deben ser valorados y apoyados. Es cierto que en varios países, incluido el nuestro, las medidas debieron tomarse antes, y aún hoy día, se puede ir más rápido y más lejos. Pero es el momento ahora, de sacar al pizarrón al ministro de salud, de intentar otra acusación constitucional contra el mismo, o contra el presidente? Obviamente que no. Nadie en su sano juicio podría pretender eso. Entonces, cual es la actitud que el país espera de sus representantes, de quienes ejercen el poder político? Ser constructivo, ser audaz para intentar los caminos menos habituales. La búsqueda de consensos, debe ser la carta de navegación. Sí, los acuerdos. Aquellos que nos permitieron transitar como sociedad hasta el siglo XXI, teniendo alternancia pacífica en el gobierno, desde el año 1990.

Vengo a reivindicar la paz como el aspecto más trascendental en nuestras vidas. Aquel que nos va a permitir superar este desafío. Aquél que nos va a permitir fortalecer la amistad cívica, para que nadie se sienta libre de amenazar de muerte a los adversarios, ni usar los medios del estado para sojuzgar a los más débiles. 

Necesitamos con urgencia, encontrar los caminos de entendimiento. La paz y el dialogo social son el puente para resolver hoy los problemas que nos aquejan. Nuestra incertidumbre por la salud, por la pérdida de los empleos, por la subsistencia, requiere de un dialogo franco, directo en el propio territorio. 

Vamos a prevalecer!

domingo, 19 de abril de 2020

UN NUEVO MAQUINISMO



A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, impulsado por los grandes inventos y adelantos tecnológicos, que trajo consigo la revolución industrial, se produce un incremento sin parangón de la producción industrial. Tareas efectuadas con gran esfuerzo por las manos de los trabajadores, fueron sustituidas aceleradamente, por la introducción de máquinas. 

La demanda de productos manufacturados, no pudo ser satisfecha por los métodos tradicionales, y existió una presión constante por descubrir nuevas formas, y realizar nuevos inventos. En 1701, Jethro Tull, crea la máquina sembradora; En 1709, Abraham Derby realiza la fusión de hierro con Carbón; En 1712, Thomas Newcomen, crea la bomba de vapor; En 1732, Michael Mensies, crea la máquina Trilladora; En 1733, Jhon Kay, crea la Lanzadera volante; En 1768, James Hargraves, rea la máquina de hilar; En 1769, James Watt, crea la máquina de vapor; En 1774, John Wilkinson, crea el taladro de cañón perforador; En 1777, James Sharp, crea la máquina aventadora; En 1784, Henry Cort  crea el hierro laminado; en 1785  Claude Louis Berthollet, creó el blanqueado a cloro; En 1787, Edmund Cartwright creó el telar mecánico; En 1793, Ely Whitney creó la desmontadora de algodón: En 1800, Henry Maudslay, realizó el perfeccionamiento del torno.

El aumento de la producción fabril, sólo seguía al aumento continuo de la demanda. El límite de la capacidad humana, se había superado gracias a los nuevos inventos y nuevas tecnologías. La total libertad de contratación, y ausencia de restricciones legales, multiplicaron los turnos de trabajo, no solo para hombres y mujeres adultos, sino también para niños de escasos años.

El  “Maquinismo”, que buscaba suplir las limitaciones físicas del hombre,  con máquinas que  aumentaran  la producción ilimitadamente, dio lugar a un movimiento de los trabajadores denominado “Ludismo”, que pretendía oponerse a las máquinas, por atentar contra las fuentes de trabajo. La máquina a vapor podía reemplazar la capacidad de trabajo de decenas de obreros.

Los siglos XIX y XX, reprodujeron a tendencia iniciada con la revolución industrial, de buscar nuevas formas de producción, uso de nuevas fuentes de energía, nuevos inventos y nuevas tecnologías, para aumentar aún más la producción industrial. Normativas laborales y regulaciones medioambientales, surgidas al cabo de un siglo de organización de los trabajadores y los consumidores. paulatinamente hicieron mas caro, producir en casa. Numerosas empresas, y luego consorcios industriales transnacionales, trasladaron sus fábricas y usinas, a países en vías de desarrollo. El bajo costo de la mano de obra y la desregulación ambiental, permitió incrementar la tasa de ganancia.

La globalización como un fenómeno, de expansión del capitalismo por todo el orbe, llevó aparejada una explosión de adelantos tecnológicos, y una revolución en las comunicaciones, que nos tiene en medio de una cuarta revolución industrial. Las comunicaciones en tiempo real, la Internet de las cosas, y cada vez más la Inteligencia artificial, ponen en duda la estrategia de desarrollo, de los países emergentes.

El impacto global de la pandemia del Covid19, ha tensionado la capacidad de los países, para suplir las necesidades de su población, con la economía prácticamente detenida. El desarrollo científico y tecnológico, es lo que hace la diferencia hoy día, en la mejor o más rápida respuesta técnica a la crisis sanitaria. En los países emergentes, entre los que se encuentra Chile, desde el punto de vista social, los trabajadores se encuentran inermes ante el tamaño de la crisis económica que se avecina.

Existe una fuerte  presión por generar ingresos, de los trabajadores y sus familias, en un contexto de vastos sectores de la economía, con prohibición de funcionamiento, industrias cerradas, o  territorios en cuarentena. Una fórmula que surgió como una alternativa, para continuar operando en algunos sectores, fue el tele trabajo. Entendido como aquel que se puede efectuar a través de medios tecnológicos, plataformas on line, o las propias páginas web de las empresas, cuando estas existen.

Existía desde el 2017, un proyecto de ley iniciado por moción parlamentaria pare regular en Chile, el tele trabajo o trabajo a distancia. La inflexibilidad de la cúpula sindical, y la miopía de algunos partidos políticos, impidió su aprobación en tiempos normales. Sólo pudo aprobarse a raíz de la crisis del Coronavirus.

El trabajo a distancia existe prácticamente en todo el mundo desarrollado. Poder prestar servicios desde el propio hogar del trabajador, o de un lugar libremente elegido por él. Gracias a las modernas tecnologías de comunicación, hoy es una realidad en Chile. El temor de la cúpula sindical, se parece mucho al “Ludismo”, aquél movimiento que se oponía a la introducción de máquinas en la producción industrial.

La tardanza que nos tomamos como país para desarrollar la red de fibra óptica, la ausencia de políticas educacionales y laborales que promovieran el uso de las plataformas on line, nos tiene ahora, tratando de recuperar el tiempo perdido en medio de la crisis.

Este fenómeno de la sustitución de la presencia física del trabajador, en una oficina, o empresa, no tiene vuelta atrás. Políticos y cúpulas sindicales, serán desplazados por millones de personas, que podrán hacer su trabajo, en menos tiempo, y sin necesidad de salir de su hogar. Eso abre un mundo de posibilidades, para incrementar la participación laboral de mujeres y jóvenes. También se abren nuevas perspectivas para personas de la tercera edad, o personas con movilidad reducida, también para personas con habilidades diferentes.

El estudio  online, también tendrá un impacto en nuestra sociedad. Lo que ayer se miraba con desconfianza, y como sinónimo de mala calidad, o de carreras chantas, hoy será la regla. Apertura de contenidos de universidades, bibliotecas, centros de estudios, canales de TV, y otros, permiten hoy día, acceder a fuentes de investigación, a datos de estudio, y a cultura, gratuitos y de calidad.

La modernización del estado, ofrecida desde los años noventa, ahora debe ser una realidad. Es una exigencia del presente, el contar con servicios públicos que garanticen el acceso a todos los ciudadanos, con mayor razón en tiempos de crisis. La plataforma de gobierno electrónico deberá fortalecerse, y la firma electrónica masificarse, para reducir al mínimo las visitas personales a los organismos públicos.

Esta es una gran oportunidad para quienes habitamos en las regiones extremas. Nuestra distancia del centro del país, podría devenir en una ventaja, cuando finalmente las operadoras privadas de comunicaciones se conecten, a la red pública de Fibra Óptica Austral. Contar con una super carretera virtual de alta velocidad, es un herramienta que nos permitirá, traer conocimiento a la región, también producirlo acá, y enviarlo al mundo.

Vamos a superar esta crisis, y lo haremos sin temores. Mirando las posibilidades de crecimiento, de conocimiento y de superación. Nuevas formas de relacionarnos, nuevas formas de trabajo, nuevas formas de estudio, son oportunidades, no barreras, son desafíos, no obstáculos.

Miremos con esperanza el futuro, porque por primera vez,  lo enfrentamos todos juntos como habitantes de la aldea global. 

Ernesto Sepúlveda Tornero 














domingo, 12 de abril de 2020

UNA PASCUA EN CUARENTENA



Esta semana se celebró la Pascua. En la tradición hebrea la festividad inicia el  día jueves, y en ella se celebra la liberación del pueblo de Israel, de la esclavitud en Egipto. En la tradición cristiana, se celebra la resurrección de Jesús, luego de haber ofrendado su vida por los pecados de los hombres. En el primer caso, se trata de la celebración de una liberación física, material, donde se inicia el éxodo hacia la tierra prometida. En el segundo caso,  Jesús con su resurrección, vence al pecado, libera a los hombres de esa carga espiritual, y promete la vida eterna a quienes sean capaces de seguirlo.

              Importantes líderes mundiales, jefes de estado, hicieron esta semana, referencia a la Pascua de resurrección. Enfrentados a una pandemia como pocas veces se ha visto, ha surgido con fuerza en todo el mundo, una reflexión acerca del sentido de la vida. No es que las masas se vayan a volver instantáneamente hacia iglesias o sinagogas. Es una actitud de humildad, que brota naturalmente, ante lo inevitable, ante lo insuperable. El dilema ético acerca de la vida y la muerte está cada vez más presente. En Chile, el rector de la pontificia Universidad Católica de Chile, fue el primero en referirse al punto. El tema tiene una importancia suma, cual es la conducta que dicta la ética, cuando se debe decidir sobre el uso de elementos médicos escasos.

              Estamos viviendo circunstancias que nos obligan a decidir cada día sobre la vida o la muerte. Esa es la cruda verdad. Optamos por la vida, cuando decidimos cumplir las recomendaciones de la autoridad de salud, de quedarnos en casa, de guardar una distancia física de 2 metros con otras personas. Cuando decidimos ponernos mascarilla si estamos obligados a salir de casa.  En cambio, jugamos a una peligrosa ruleta rusa, cuando no acatamos estas recomendaciones, y seguimos saliendo de juerga, a emborracharnos como si fueran vacaciones. Pero también, optamos por la muerte, cuando seguimos haciendo vida social, visitando amigos, o cuando con excusas diversas seguimos saliendo de casa en cuarentena. Esta semana, sólo en un día se solicitaron en Punta Arenas, 6 mil permisos temporales. Es una locura con todas sus letras,  con la tasa más alta del país, de contagiados por cada 100 mil habitantes.

              Ante la cercanía de la muerte, en el pasado la gente organizaba fiestas, sabiendo que era lo último que iba a hacer en vida. Ocurrió en muchos pueblos de la antigua Europa. Era la peste negra. Que se llevó casi a la mitad de los habitantes del viejo continente. No creo que en Chile, y en especial en Magallanes, estemos de ánimo para una fiesta de esas. Tenemos hijos e hijas, padres, abuelos a los que cuidar. Por ellos debemos optar.

              No queremos ver más veraneantes de fin de semana, repletando las autopistas del centro y norte del país. No queremos ver más ebrios detenidos en Toque de queda acá en Magallanes. No queremos saber de finos personajes, desplazándose en helicóptero, hacia lugares de recreo, burlando la cuarentena.

              En el momento vital en el que nos encontramos, y a propósito de la Pascua, queremos ser liberados  de toda esclavitud, queremos ser purificados, y renacer, con más fuerza y alegría que antes. Renacer a una nueva vida. Una existencia con sentido trascendente, donde el compartir con los otros, el preocuparse de los otros, sobre todo de los que más sufren, sea un motor de nuestra existencia. Que podamos construir una sociedad fundada en el amor a los otros, al deseo de paz, de armonía. Donde la prosperidad sea compartida.

              En Magallanes tenemos mucho por hacer, debemos dejar el egoísmo, dejar el individualismo, he aprendido que ser magallánico, no es hacer las cosas como te de la gana, sin importar los demás. Ser magallánico es estar dispuesto a hacer  lo que sea necesario, pensando en los demás. Quienes hoy día encarnan en profundo sentido identitario, es el personal de los servicios de salud, que están en la primera línea de atención.

              Como lo he dicho en columnas pasadas, tengo la certeza que vamos a superar, este desafío que la vida nos pone por delante. Pero necesitamos también un esfuerzo especial de nuestras autoridades. La agilidad en la gestión de los recursos para enfrentar la pandemia, debe ser la norma. Es posible despejar nudos de gestión, reducir tiempos de tramitación. Es posible ganarle a la burocracia centralista. Esto requiere voluntad política, y audacia. Pero es lo mínimo que podemos esperar de las autoridades regionales.

              Sigamos unidos en un mismo propósito, sobrevivir. Salvar vidas. Contribuir cada uno desde nuestro hogar o lugar de trabajo. Con la esperanza renacida, un caluroso saludo a todos ustedes.


ERNESTO SEPÚLVEDA TORNERO

domingo, 5 de abril de 2020

GOD SAVE THE QUEEN



Este domingo 5 de abril, en un gesto extraordinario, la reina Isabel II de Inglaterra, se  ha dirigido en un discurso  a todos los británicos. El motivo la epidemia del Coronavirus, que está diezmando a la población en todo el mundo. La monarca de 93 años, muy querida y respetada en Inglaterra,  sólo se dirige una vez al año a todos sus súbditos, con motivo de la navidad. También en ocasiones muy excepcionales, pero es poco frecuente.

En lo personal, no guardo un cariño especial por la monarquía, pero como amante de la historia tengo una gran admiración por el caso de Inglaterra y la reina Isabel. Esta monarca ha estado presente, en todos los eventos históricos de una centuria entre los siglos XX y XXI.

Reconociéndose testigo de una época, y encarnando el personaje histórico que es, la reina Isabel, brindó un discurso plagado de referencias al glorioso pasado de Inglaterra. Destacando el temple, que el pueblo británico tuvo durante la Segunda Guerra Mundial.  Hoy cuando los fallecidos por la pandemia superan los cinco mil en Inglaterra, la reina invocó la resistencia heroica y el espíritu de lucha, que ha caracterizado a  sus súbditos, y que les permitió construir un imperio.

Apelando a un sentido de trascendencia, instó a los británicos a ser tan fuertes como las generaciones anteriores, y a transmitir los valores que forjaron el carácter ingles: la autodisciplina, la determinación, el buen humor y el compañerismo.

Lo que nos conmina a nosotros en las antípodas geográficas del Reino Unido, es el llamado que hace la reina Isabel II, a trabajar unidos para enfrentar esta crisis.

"Si bien hemos enfrentado desafíos antes, este es diferente. Esta vez nos unimos con todas las naciones del mundo en un esfuerzo común, utilizando los grandes avances de la ciencia y nuestra compasión instintiva para sanar. Tendremos éxito, y ese éxito pertenecerá a cada uno de nosotros",
La reina de Inglaterra, hizo un reconocimiento a los trabajadores de la salud, mostrando durante su discurso, imágenes donde la gente aplaude a estos trabajadores. Una importante lección para los jefes de estado de otras latitudes.
Hoy vivimos una etapa crucial de la historia humana, un desafío global, una tarea que nos compromete a todos. Es momento de la unión dentro de los países, y también hacia afuera. Los gestos de altruismo, de generosidad, la entrega del personal de los servicios de salud, son heroicos, y así debemos reconocerlo. En Chile se ha destacado de manera muy tibia a estos trabajadores. Se ha conocido de casos, donde al término de sus turnos de trabajo, en los edificios donde residen, han sufrido discriminación y malos tratos. Esto es inaceptable, y debe rechazarse enérgicamente.
Parte de la reflexión de  la reina de Inglaterra, ya ha estado sucediendo. Hemos visto importantes envíos de insumos médicos y equipamiento para combatir el Covid19, desde China y desde Rusia, a Italia y a Estados Unidos. Delegaciones de médicos chinos, y brigadistas médicos cubanos, han llegado a los lugares más golpeados por la enfermedad, como Lombardía. Donde han sido recibidos entre aplausos.
En Chile, los gestos de generosidad se multiplican a lo largo y ancho. Desde personas que fabrican mascarillas en sus casas, para donarlas al personal de salud. Hasta empresas que modifican sus procesos industriales, para producir insumos y equipamiento médico. También empresas y gremios empresariales, donando respiradores mecánicos, equipos PCR, y elementos de protección personal.
El espíritu de colaboración, de unidad a que alude la reina de Inglaterra en su discurso, también está presente en nuestras universidades y centros de investigación, que han volcado su saber, a la tarea de salvar vidas. El caso del laboratorio de biología molecular del CADI UMAG, ya lo hemos destacado anteriormente. Esta semana ha realizado más de 100 test de Covid19, acá mismo en Punta Arenas.
El consejo regional ha hecho una labor importantísima, identificando necesidades urgentes, junto a los equipos de salud y del gobierno regional. Han aprobado esta semana, fondos por más de 5 millones de USD (4.500 millones de pesos), para adquisición de equipamiento e insumos. Asimismo, el servicio de salud ha convocado a profesionales, interesados en incorporarse para reforzar equipos.
La tarea que tenemos por delante, nos compromete a todos, y no hay tiempo para titubeos ni para medias tintas. Las medidas económicas aprobadas hasta ahora, y que buscan evitar el desempleo, aun son tímidas. Se requiere un plan más robusto, más decidido. Desde ya hay que asumir que muchas empresas, ya habían sido golpeadas por los saqueos y el vandalismo, y en época estival. La temporada alta para el turismo y el comercio, son golpeadas por la pandemia. Muchas empresas no van a sobrevivir, y se producirán despidos. La tasa de desempleo, aun no refleja el efecto de la pandemia, pero se proyecta que va a llegar a los dos dígitos.
Estos son los desafíos, las pruebas, que les ha tocado enfrentar a nuestra generación, no se trata de ir a combatir a un frente de batalla. Se trata de que cada uno de nosotros ponga todo de sí y haga su mejor esfuerzo. Se trata de tener la generosidad  y  el altruismo, para ir más allá y hacer sacrificios, en pos de alcanzar la victoria, sobre la enfermedad, sobre la fragilidad y las carencias del sistema sanitario.
Este es el desafío de nuestra época, es un desafío vital, no es una lucha de los políticos de siempre, sino una gesta de la sociedad toda. Con el temple que nos legaron nuestros ancestros, y con los ojos puestos en las  luces del mañana. Vamos a prevalecer.                                                                                                                                    
Ernesto Sepúlveda Tornero