domingo, 29 de diciembre de 2019

EL AÑO DECISIVO



Durante la larga lucha por recuperar la democracia en Chile, hubo varios momentos definidos como “decisivos”. Tal vez el más importante fue cuando se determinó que el año 1987 sería el “Año decisivo”. Las protestas de la oposición que se había iniciado el año 1983, iban in crecendo, por todo Chile, las acciones de desobediencia civil, se multiplicaban. Manifestaciones masivas, pero también acciones de grupos armados, cuyo momento culmine fue el atentado en contra del dictador. Cómo se llegó después a una transición pactada entre la oposición moderada y el régimen, ha sido ya materia de anteriores columnas. Lo que me interesa rescatar, como en la historia política de Chile, fechas simbólicas, dan inicio, o abren vías para encauzar el proceso social.

Es el caso de año 2019, a partir del 18 de octubre, es como si el año recién hubiese iniciado allí. Los complejos procesos desencadenados por el “estallido social”, han prolongado el mes de octubre más de 70 días. Y para muchos, implicará que el año 2019 recién concluirá en abril de 2020, con el plebiscito.

Vivimos momentos de tensión histórica, característicos de los cambios de ciclo. Estamos llegando al término de la transición a la democracia. En efecto, lo que se supone había ocurrido en los 90, realmente va a ocurrir, con el fin de la constitución de Guzmán y Pinochet. Son tiempos que generan incertidumbre, pero a la vez, son fuente de una energía muy potente, que surge de las movilizaciones sociales. Es la energía necesaria, para dejar atrás el viejo mundo, las viejas formas. De algún modo, la idea de que nazca un nuevo Chile, una nueva sociedad, con el proceso constituyente, es lo que une a los distintos cambios de ciclo histórico. Desde nuestra independencia del imperio español, hasta nuestros días.

El año 2019, también ha sido en lo personal, un año de definiciones, un año para volver a nacer, y volver a creer. Ha sido para mí también el año del cambio de ciclo. Tanto en el plano laboral, donde dejé el empleo público que serví por 26 años. Como en el plano personal, donde pasé a la soltería después de 28 años. Pero también en el político, donde renuncié  al Partido Socialista, después de 24 años de militancia.

La sensación de libertad que se experimenta, cuando se toman decisiones en el plano personal, es invaluable. De alguna manera todas las mencionadas, tienen una matriz o un origen común, son fruto de una reflexión profunda y prolongada.

Nuestra historia como seres individuales, y como miembros de un colectivo, se entrelaza, en relaciones complejas. La mejor comprensión de estas relaciones que se están dando hoy en nuestra sociedad, es lo que nos permitirá alcanzar el mas alto grado de felicidad a la que podemos aspirar.

El año 2019, nos muestra como la forma en que veíamos y comprendíamos la realidad, era una forma sesgada, parcial. Aprendimos que las fracturas sociales y económicas, han producido heridas en el alma nacional, que debemos sanar entre todos. El año 2019, demostró en Chile, que la división del espectro político entre derechas e izquierdas, ya no da cuenta de la realidad. El surgimiento de una multiplicidad de voces, no representadas por los partidos tradicionales, llevó a una obsolescencia no programada a casi todo el espectro conocido.  El tema medioambiental, el tema de género, derechos de los primeros pueblos, deben ir de la mano con una visión de desarrollo, integral, y territorialmente descentralizado.
Para que podamos iniciar este nuevo camino, con plena libertad y autonomía, debemos dejar atrás las anteojeras ideológicas, propias de la guerra fría que siguen marcando el devenir político de Chile. Es demasiado importante la tarea que tenemos por delante, para detenernos en disputas caudillistas o de pequeña política. Es hora de la mas amplia unidad, para iniciar la construcción de nuestra nueva casa común.

Año 2019, el año decisivo.

Soy Ernesto Sepúlveda en “Crónicas de la Patagonia”.

Punta Arenas, Lunes 30 de diciembre de 2019.

domingo, 22 de diciembre de 2019

UN CUENTO DE NAVIDAD



En época navideña, es un clásico de la TV, alguna de las adaptaciones al cine, del libro “A Christmas Carol”, una canción de navidad, o un cuento de navidad, en su traducción a español. El libro en cuestión es obra del escritor inglés Charles Dickens. Fue publicado el 19 de diciembre de 1843, y en él se narra la historia de Ebenezer Scrooge, un hombre rico y avaro, que detestaba la navidad. Se ejemplifica en él, a una clase acomodada que en la época victoriana, fue indiferente a la pobreza, al analfabetismo, y al trabajo infantil. El propio Charles Dickens debió trabajar en una fábrica de betún para zapatos, a los 12 años. Sus padres habían sido encarcelados por sus deudas. En “Un cuento de navidad”, Scrooge es visitado la víspera de navidad por tres fantasmas de las navidades pasadas, presente y futura, que le muestran cómo fue su vida desde niño pobre, hasta su presente rico y opulento. Cómo el trato despótico con su empleado Bob Crachit, la miseria que le paga, y las condiciones precarias en que vive, con su pequeño Hijo Tim, no impide que tenga un hogar donde reina el amor y la paz. Puesto por el fantasma de la navidad futura, frente a una tumba que en un cementerio sombrío recibe en solitario, un féretro. Scrooge pregunta, de quien es esa tumba, para su horror, comprueba con sus propios ojos, que la lápida lleva su nombre.

El autor pretendía con su obra, remecer las consciencias y ablandar los corazones, de tantos patronos y propietarios, que medraban con la miseria de sus trabajadores, y atender la grave situación de los niños de horfanatos y fábricas.

El capítulo, o la estrofa final de “A Christmas carol”, lleva a la redención, del personaje de Scrooge. Atormentado al ver su futuro en una tumba solitaria, y con la certidumbre de una condena eterna por sus iniquidades y crueldades, Scrooge, se arrepiente. Despierta la mañana de navidad, en su propia habitación, entre sus propias sábanas, y comprende que tiene una nueva oportunidad. Cambia su vida, se transforma en una persona cálida, bondadosa, consciente, comparte con generosidad su riqueza. Aumenta el sueldo de su empleado Bob Cratchit al doble, y entrega grandes sumas de dinero a los hogares de huérfanos y a obras de caridad.  El pequeño Tim, quien no murió, gracias a los cuidados y medicinas, mejora, recibiendo el afecto y cariño del nuevo Scrooge.

Es difícil, hacer una analogía directa entre la época descrita por Dickens, y los tiempos actuales, sin embargo, los tipos humanos caracterizados allí, son perfectamente identificables en todo tiempo.
En el Chile de hoy, cuanto de la injusticia social acumulada por decenios, tiene su fuente no sólo en las condiciones estructurales de la economía, sino también en decisiones personales? Un reducido grupo de personas, el 0,1 % de la población, en Chile concentra  un 30% del PIB. Cuantas decisiones adoptadas por estas personas afectan a millones de chilenos.

El llamado estallido social, despertar de Chile, o revolución de octubre, tiene en lo profundo, un grito de rabia y desesperación.  No ha sido sencillo, ni fácil dar respuesta a la multiplicidad de demandas sociales. Mas allá de la incompetencia manifiesta de un gobierno, que a menos de dos años, pareciera estar despidiéndose. Hay un gran número de reivindicaciones, que se juegan al interior de las empresas. No será momento que los patronos, se tomen en serio la situación social, y conozcan como vive Bob Cratchit y su hijo, el pequeño Tim?

Por estos días, ha cobrado notoriedad  la economista Jeannnette von Wolffersdorff, ex directora de la Bolsa de comercio de Santiago. Primera mujer en ocupar ese cargo, en más de 100 años de historia de ese organismo, que hoy dirige el “Observatorio de gasto fiscal”. Ella plantea entre otras ideas novedosas, que en Chile se debiera crear un registro de dueños finales de las empresas. Un registro que ya existe en otros países, y que genera el saludable efecto de darle rostro a la riqueza. Porque a veces no son las leyes ni los reglamentos los que obliga a las personas a modificar su conducta, sino su propia consciencia. Y también el control social, de sus pares y de la comunidad toda.

La  navidad es una época donde el compartir en familia, con amigos, un momento de paz y de amor. Para nosotros los cristianos, no es sólo eso, es el hecho más importante de la historia de la humanidad. Es el nacimiento del niño Jesús, en un pequeño y humilde pesebre en Belén.  Es la noticia más importante, significa el surgimiento de un mundo nuevo, de una vida que se renueva. Es la esperanza renovada y fortalecida.

Es difícil lograr en Chile, una pronta y rápida solución de todos los males que nos aquejan. Es difícil en el mundo, en la vida, resolver todo de una vez. Pero lo que si podemos lograr, cada uno de nosotros, es tratar con amabilidad, con cariño, a quienes se crucen en nuestro camino. Volver a creer en los demás, a confiar, apreciar al que piensa distinto, valorar las diferencias. Recuperar las ganas de construir en paz, un barrio, una ciudad, un país, mejor para todos.

Y como dijo el pequeño Tim, “Y que Dios nos bendiga a todos”.

Punta Arenas, lunes 23 de diciembre de 2019.-

domingo, 15 de diciembre de 2019

LA VOZ DEL PUEBLO



Mucha agua ha pasado bajo el puente de la historia, en estos dos meses del “despertar de Chile”, del “estallido social”, de la revolución de octubre. Ni los más iluminados predijeron que esto pasaría. Hoy son decenas, los analistas, opinólogos, políticos e intelectuales, que sin ningún pudor, se arrogan la interpretación verdadera de lo que el pueblo quiere. Por esta razón, que son tan importantes los actos, donde el soberano, el pueblo mismo, se expresa. Y es eso, ni más ni menos, que se propusieron alcaldes de más de 220 comunas del país. En efecto, el objetivo de la consulta ciudadana y popular, realizada el domingo 15 de diciembre en la mayor parte de las comunas del país, fue escuchar de primera mano lo que los vecinos comunes y silvestres opinan. Sobre temas país tan importantes como si quieren una nueva constitución, y el mecanismo  a través del cual la redactaremos.

En horas de la madrugada se adelantaba que más de dos millones, habían participado en todo Chile, y en Magallanes más de 14 mil personas en el sistema on line, y a su vez más de 8 mil personas habían concurrido sólo en Punta Arenas a votar. Mención especial merece la Unión Comunal de Juntas de Vecinos.  Frente a la negativa del municipio  de sumarse  a la iniciativa de la asociación chilena de municipalidades, fue doña Raquel Alvarez, presidente de la Unión comunal de Junta de vecinos, quien asumió el desafío.

Un éxito total y absoluto, en cuanto a la concurrencia de personas, como en cuanto a las temática propuesta. Resultados preliminares, daban con un porcentaje cercano al 90% la opción Nueva constitución, y con una cifra similar, que esta se hiciese a través de una convención o asamblea constituyente.

Retorna la esperanza a los corazones, a partir de ahora, y hasta el plebiscito de abril de 2020, deberemos redoblar los esfuerzos, para que la inmensa mayoría de nuestros vecinos, amigos y familiares, escojan también este camino de paz.

Aunque ciertos grupos políticos han optado por minimizar la importancia del plebiscito, donde decidiremos si queremos una nueva constitución. Y se han alzado voces pretendiendo poco menos que caiga el gobierno de la derecha,  por la presión en las calles. El buen juicio y sensatez de la mayoría de los chilenos, afortunadamente queda demostrada, con la maciza participación  a la  consulta ciudadana.

Lo hemos dicho antes, en este espacio, ganándonos críticas de los que piensan distinto, el pueblo de Chile es un pueblo de paz. Merece ser tratado con respeto, con dignidad. La modernización del estado, una nueva distribución del poder político, medidas tributarias que combatan la desigualdad, un gran pacto social que nos ponga en la senda de un desarrollo inclusivo e integral.

La paradoja de este tiempo, es que los sectores mas reacios, al plebiscito donde se decidirá si queremos una nueva constitución, son los dos extremos del espectro  político. Es la nostalgia por el enfrentamiento de suma cero, donde no se avanza ni retrocede, y todos conservan sus posiciones. Un estatus quo que ha sido desafiado y destrozado, con las masivas movilizaciones sociales.

Estamos ad portas de un nuevo Chile. Produce mucha incertidumbre. Los primeros en inquietarse son los mercados, y el nuestro no ha sido a excepción. Expuestos como estamos a una economía abierta, debemos ser cuidadosos en como expresamos el descontento. La justa indignación por los abusos de que somos víctimas la mayoría de los chilenos, no justifica ni saqueos ni incendios. Ni destrozos de semáforos ni estaciones de metro.

Pero, escúchenme bien, no justifica en ningún caso, el actuar desproporcionado de la fuerza pública. Las violaciones a los derechos humanos, las vejaciones, golpizas, disparo de perdigones, no pueden quedar impunes. La salida del ministro de interior, por una acusación constitucional, es una señal fuerte de que la responsabilidad política de los gobernantes, debe exigirse. Pero la responsabilidad política de los ciudadanos también. Y el pueblo así lo ha afirmado,  en resultados preliminares de la consulta ciudadana y popular de los municipios de Chile, ha ganado por un abrumadora 80%, volver al voto obligatorio.

Defender nuestra democracia, nuestro modo de vida, lo haremos todos y en forma pacífica. Decidiremos en una votación que será supervisada por el SERVEL, con voto secreto, libre e informado. Tendremos que hacer educación cívica, en plazas, calles y lugares de trabajo. Escuelas, juntas de vecinos, clubes de adultos mayores. Votar es un derecho y volverá a ser un deber.

La democracia que tanto nos costó recuperar, se sana, se fortalece y se vivifica con mas democracia.
Soy optimista, creo que avanzamos, hacia una sociedad mas justa, mas igualitaria,  y mas prospera, donde se premiará el mérito y no la cuna. De cada uno de nosotros depende apurar el tranco, para que lleguemos mas pronto.

Soy Ernesto Sepúlveda en “Crónicas de la Patagonia”

Punta Arenas, lunes 16 de diciembre de 2019.-                       

domingo, 8 de diciembre de 2019

DE NUEVO ES LA ECONOMIA



A comienzos del mes de octubre de 2019, cuando nada hacía presagiar, lo que vendría después, el Banco Central informaba: “Pese al empeoramiento del escenario externo, la economía tiene las condiciones para crecer a tasas superiores al promedio de años previos y retomar expansiones sobre 3% en los años venideros.” Y señalaba como razones de este diagnóstico, que  para la economía mundial se proyecta una desaceleración importante, pero no una recesión. También, que  la inversión se mantenía creciendo, y que se ha reducido en los últimos años, la vulnerabilidad de la economía a las fluctuaciones cambiarias.

El presidente del Banco Central, Mario Marcel, destacaba la celeridad con que las autoridades, respondían a los cambios en el escenario económico. Dando como ejemplo la reducción en 100 puntos base, de la tasa de política monetaria. Dejando a nuestra economía con una tasa de 1,75%, una de las más bajas de nuestra historia.

Con la perspectiva de tiempo, las palabras de Mario Marcel, del 5 de octubre de 2019, suenan extrañamente proféticas, él decía: “En esta etapa, los países que actúen con mayor coherencia y unidad de propósito tendrán mayor posibilidad de prevalecer que aquellos que lo hagan de manera pasiva, desordenada o contradictoria”.

Cuando el Banco Central, se disponía a entregar el “Informe de percepciones de negocios de noviembre de 2019, que ya estaba prácticamente terminado, se produce al estallido social del 18 de octubre de 2019. El Banco reacciona, e incluye un primer levantamiento de información, con consultas a empresas de todo el país, efectuadas la semana de 28 de octubre.

Esta es la primera aproximación a los efectos de las manifestaciones sociales en la economía. Se constata una baja significativa de la actividad y las ventas, ante la menor afluencia de público. Dificultad para que los trabajadores puedan llegar a las instalaciones. Horarios de operación inferiores a los habituales.

Asimismo, se señala que los problemas en el transporte han afectado la disponibilidad de insumos y/o dificultado la venta de productos. Respecto de los negocios o sucursales, que han sufrido daños, estos han implicado pérdidas superiores. Al menos hasta fines de octubre, no habían logrado recuperar la normalidad en el funcionamiento de sus negocios.

La gran mayoría de los consultados, cree que el desempeño de los negocios se verá afectado negativamente. Mención especial para el turismo, donde se produce un fuerte deterioro de las perspectivas futuras. Se informa una elevada cancelación de reservas y eventos en la expectativa que los efectos  podrían prolongarse hasta el 2020. Algunas empresas, especialmente de menor tamaño relativo, anticipan dificultades para cumplir con sus pagos.

Una visión más completa, de lo que le ha sucedido a nuestra economía, nos la entregó el propio Mario Marcel, presidente del Banco Central, en la presentación del informe de política monetaria (IPOM) de diciembre de 2019. Se informa que la actividad tendrá una caída anual de 2,5% la que se concentrará en octubre y noviembre. El mes de diciembre debería mostrar un desempeño algo mejor, pero con una alta incertidumbre. Con esto, en 2019 el PIB total acumulará un crecimiento en torno a 1%. Lo que es  considerablemente bajo considerando  lo previsto en septiembre (2,25%-2,75%).

El Presidente del Banco Central agregó que “el mal desempeño en el último trimestre de 2019 entrega un bajo nivel de partida para la economía en 2020". De hecho, aunque se estima que trimestre a trimestre vuelva a crecer, su tasa de variación anual nuevamente sería negativa en el primer trimestre del próximo año. Con ello, para el año en su conjunto, se preve que el PIB crezca entre 0,5% y 1,5%.
Sin lugar a dudas, el dato más preocupante que arroja el IPOM de diciembre es respecto del empleo. El Banco Central señala que  de acuerdo a diversas fuentes de información,  el mercado laboral ya estaría deteriorándose.  Y considerando  la relación histórica entre la demanda de trabajo y la actividad, y de no producirse cambios significativos por el lado de la oferta, “la tasa de desempleo podría superar el 10% a inicios de 2020”.

Mario Marcel, presidente de una entidad autónoma como es el Banco Centra, advierte de os imprevisibles efectos para nuestra economía, si el sistema político, no avanza en cerrar pronto los temas pendientes de la agenda social.

Contra toda evidencia, aún hoy día, cuando el deterioro económico es innegable, aún persisten pequeños sectores radicalizados. En el colmo del sinsentido, desechan los avances y acuerdos conseguidos con dificultad entre las fuerzas políticas. Se insiste en pedir a renuncia de presidente de la República, cómo si ese hecho, inédito en la historia reciente, resolverá nuestros graves problemas de inequidad.

Cierta  izquierda nuevamente queda atrapada en su discurso de los años sesenta. Algunos políticos del ayer, alzan su voz, anunciando prontas rebeliones o alzamientos. La conquista del poder político, desde la calle. Olvidan que hace menos de dos años, el candidato que iba a ser a continuidad de gobierno de centro izquierda, fue derrotado amplia y abrumadoramente. Y una de las razones de la derrota, fue el  desprecio hacia las medidas pro inversión y al  crecimiento económico, como base de todo progreso.

Estamos capturados por una minoría vociferante, que denuesta a los políticos moderados, considera aberrante el diálogo, y rasga vestiduras ante los pactos de gobernabilidad. Esa minoría extrema, está en ambos lados del espectro político. Los mismos que aborrecen la idea de inversión privada y emprendimiento, son los que rasgan vestiduras en contra del orden público. Paradójicamente, los regímenes más cercanos a esa cierta izquierda cretácica, son precisamente regímenes tiránicos, sostenidos por un estado policial.

Una vez más, amigos y amigas, serán las grandes mayorías, de trabajadores y trabajadoras, que anhelan el progreso social y vivir en paz, quienes decidiremos los destinos de la patria. Lo hicimos en el plebiscito de 1988, y lo haremos en el de 2020.

Soy Ernesto Sepúlveda, en Crónicas de la Patagonia

Punta Arenas, 9 de diciembre de 2019.-

domingo, 1 de diciembre de 2019

DESEOS DE PAZ



Transcurridos más de 45 días desde el llamado “Estallido social” del 18 de octubre, nuestro país ha vivido las jornadas de movilización mas masivas, desde el triunfo del NO en el plebiscito de 1988. Se han escrito páginas y páginas de sesudos análisis, tratando de explicar lo sucedido. Algunos incluso, sin vergüenza ni pudor, han señalado que el estallido lo habrían advertido hace mucho tiempo.

Sea como fuere, el hecho es que las masivas y pacíficas marchas, de las primeras semanas, han sido opacadas por episodios de violencia y destrucción, nunca antes vista en democracia. El actuar policíaco, sobre exigido por las movilizaciones permanentes y continuas, también ha dado paso, a prácticas represivas con daño grave a las personas. En una discusión sin fin, entre interlocutores que no se escuchan, se han cruzado en estos 45 días, las acusaciones de saqueos y vandalismo, con las acusaciones de graves violaciones de los DDHH por la fuerza pública.

Chile está herido en lo más profundo de su alma. La desconfianza y el descrédito hacia toda figura de autoridad, ha saboteado los intentos de gobierno y parlamento, por resolver la crisis. 

Las acusaciones de traición, están a la orden del día. Sucede con esas añejas figuras concertacionistas, que aparecen en mitad de la tormenta. Ellos advierten que ya lo habían advertido. Que hay que temer, hay que tener cuidado.

Pero también se acusa traición en los nuevos grupos de izquierda que colonizan el parlamento. A la postura de un prudente y razonable diputado Gabriel Boric, se la trata como anatema. Como si hubiese traicionado secretos juramentos, se lo suspende del partido que ayudó a formar.

En medio de una situación caótica en las principales ciudades del país, aún hoy día, surgen voces del pasado, añorando rebeliones populares que no fueron, o focos revolucionarios, que tampoco fueron. Con una olímpica indiferencia por las “condiciones objetivas” de nuestro pueblo, ya anuncia, poco menos que  el “asalto al palacio de invierno”.

No existen liderazgos convocantes, legitimados, que puedan interpretar los anhelos y esperanzas de las grandes masas de asalariados. Lo que hay es cúpulas sindicales, sin autonomía de los partidos políticos, que reproducen la cuenta de la comisión política, sin titubear. Si la representatividad de los parlamentarios está en entredicho, así como sus múltiples beneficios pecuniarios, no debe olvidarse que también en la cúpula sindical, se dan los mismos vicios. Dirigentes permanentes o perpetuos, casi vitalicios, como si no existiera trabajadores más capacitados, más jóvenes.

Nuestro país requiere con urgencia retomar la normalidad. Sí, esa palabra, que los más relamidos y políticamente correctos, hoy no dicen. Necesitamos que cuando una trabajadora se pare en el paradero, a esperar el bus a las 7,00 AM, el bus pase. Y ella pueda llegar segura a su trabajo. Necesitamos que la infraestructura urbana, este funcionando, paraderos de buses, semáforos, estaciones de tren y de metro.

Los trabajadores y trabajadoras de Chile, quieren mejorar sus condiciones de trabajo t remuneración. Eso no significa que quieran asumir la gestión de la empresa, ni mucho menos que a empresa cierre o quiebre.

Cuando dices que para que Chile mejore, necesitamos paz, de inmediato te tildan de facho o momio. Si dices que deben cesar las graves violaciones a los DDHH, que han cometido agentes del estado, te tildan de comunista.

De lo que se trata es de que nos escuchemos entre nosotros. No el que está incendiando un supermercado o rompiendo un semáforo, porque es un delincuente que debe responder ante la justicia. Nosotros, los que queremos que el país progrese, para todos, que crezca para todos.

Por vez primera en la historia de nuestra República, avanzamos hacia un momento en que todas las voces serán escuchadas.  Con toda seguridad una nueva constitución, elaborada en una convención o asamblea constituyente, no resolverá todos los problemas del país. Ni siquiera dará solución a los problemas mas urgentes. Pero sentará las bases de una nueva forma de convivencia, una nueva forma de relacionarnos, y una nueva forma de distribución del poder.

Tenemos antes de eso, muchísimo que hacer, concretar una agenda social de verdad, una que vaya más allá de los 0,4 puntos del PIB, que representa la agenda presentada por el gobierno. No llegaremos a financiar ni a concretar en este gobierno, la totalidad de las propuestas sociales, a juicio de los economistas, representa un gasto cercano a 4 puntos del PIB. Simplemente no puede financiarse.

Don Ricardo French Davis, conocido economista, proponía esta semana, aumentar el royalty a proyectos nuevos, con parámetros similares a Canadá o Australia. Modificar el impuesto a la herencia, que hoy recauda muy poco. Y en el mediano plazo una nueva reforma tributaria.

Podemos hacer todo eso, y mucho más, pero necesitamos volver a producir, para evitar se sigan destruyendo empleos. Los trabajadores del sector privado, no pueden ir a marchas en horario de trabajo, porque son despedidos, si faltan se les descuenta. Esos trabajadores, que son los que perciben las rentas mas miserables en nuestra patria, necesitan nuestro respeto y apoyo. Debemos generar las condiciones de paz y normalidad que nos permita, reconstruir nuestras ciudades, nuestras escuelas y liceos, los almacenes, las tiendas, las farmacias.

 Chile espera más de nosotros, espera que alcemos la voz, somos gente de paz, no queremos mas muertos, heridos o cegados. Tampoco queremos más incendios en hoteles, iglesias o supermercados.

En el mundo cristiano iniciamos el tiempo de espera, que concluirá en navidad. Demos a nuestros niños una fiesta especial este año. Que no sean los objetos ni las cosas materiales, el centro en nuestros hogares. Valoremos la paz en la que vivimos, apreciemos ese regalo que nos llena el corazón de buenos sentimientos.

 Desterremos el odio y el resentimiento, y miremos el futuro con alegría y esperanza.

Soy Ernesto Sepúlveda, en “Crónicas de la patagonia”


Lunes 2 de diciembre de 2019.