domingo, 18 de agosto de 2019

LECCIONES DE ARGENTINA



Amigos y amigas, la semana que pasó, quedó marcada por los resultados de las primarias presidenciales en Argentina. El presidente Macri, candidato a la re elección, representando a la derecha, se medía con una dupla integrada por Alberto Fernández ex ministro de estado, y la ex presidenta Cristina Fernández. La famosa señora K.

En una campaña furibunda el gobierno trató de demoler pieza por pieza el entramado de poder, amasado por décadas de gobiernos peronistas. Con grandes y mediáticas investigaciones a miembros de la familia Kirchner, y miembros de su gabinete, por bullados casos de corrupción. Las elecciones primarias fueron, como era de esperar, una evaluación a la marca económica de la que fuera una de las mas importantes potencias de América del Sur.

Argentina vive con la recesión a la vuelta de la esquina, la inflación disparada, y permanente riesgo de default, ante las leoninas condiciones fijadas por el FMI. Entre los requisitos para aprobar el último “salvataje”, mediante multimillonarios créditos, es aplicar ajuste severo en las cuentas fiscales, reducción del gasto y del aparato público. En alguna medida el presidente Macri, intentó cumplir estas condiciones, pero los resultados no le acompañaron.

No sólo el desempleo ha aumentado en estos 4 años de Macri, las imágenes de personas en la absoluta pobreza, extrayendo cosas de la basura, se han hecho frecuentes. La población argentina acostumbrada a un buen pasar, o aun pasar tranquilo, está sumida en las deudas, vendiendo bienes para poder sobrevivir.

Varios analistas explicaron la diferencia de más de 15 puntos entre Alberto Fernández el candidato a presidente de la alianza peronista, y el presidente Macri, con una errada estrategia del gobierno, donde se trató de radicalizar el enfrentamiento ideológico con el peronismo. Pero no se puede hacer filosofía con la panza vacía.

Después de las primarias, vino la debacle de la bolsa de valores argentina, con una caída histórica. Sumada a la caída de los ADR de las empresas argentinas que se tranzan en la bolsa de Nueva York. El dólar disparado, los capitales huyendo al exterior. Una pésima noticia para los  trabajadores argentinos, pero también para los trabajadores chilenos.

En este escenario de virtual catástrofe, lamentablemente, pudo más el ideologismo del presidente Macri, que el deseo de dar tranquilidad al mercado. La misma noche de la primaria, salió a culpar a los electores, e incluso a responsabilizar de los resultados económicos, al futuro gobierno. Anticipando de algún modo, una eventual triunfo peronista en octubre.

Al día siguiente tuvo que salir a rectificar, atribuyendo sus palabras al cansancio, por no haber dormido, y a su sentimiento por la derrota.

A los pocos días, lanza un plan de gasto social, congelando precios, repartiendo bonos, con miras a recuperar apoyo popular. Un giro en 180 grados en la política económica que siguió estos 4 años. Las formulas que se criticaron acidamente al peronismo, se volvieron a aplicar, y con un plazo claro y evidente, rigen hasta el mes siguiente a las elecciones presidenciales.

Hay muchas lecciones para Chile en estos eventos. También acá se ha diseñado una estrategia de demolición de la obra de los gobiernos anteriores de centro izquierda. También acá se hizo campaña presidencial, y antes de eso, se hizo oposición política, criticando el manejo económico del gobierno de la presidenta Bachelet. Se debilitó la confianza en la marcha de la economía, se inventó el mote de “Chilezuela”. Se prometió el oro y el moro.

Y al igual que en Argentina, ni en  crecimiento económico, ni en desempleo, el gobierno ha tenido  el resultado esperado.

Es motivo para contentarse? Nadie ni por fanático que sea, debiera alegrarse porque los resultados económicos son malos. Cuando se pierden empleos, el tejido social se resiente, se afecta a la pequeña economía, la economía doméstica. La del barrio, la del pequeño comercio. Y cuando los resultados son deplorables como en el caso argentino, hasta sus vecinos de la Patagonia lo sentimos.

Ya no vemos los tour de compras de nuestros hermanos del otro lado del alambre. La baja de ventas en zona franca y en el Mall de Punta Arenas, son innegables, y producen perdidas concretas y palpables. Ni siquiera hay que ir a la bolsa, para comprobarlo.

Lamentamos mucho la situación argentina. Y discrepamos con fuerza, de quienes usan el hambre o la cesantía como argumentos de campaña, sea en un sentido o en el otro. Nadie tiene clavada la rueda de la economía, y el éxito de las comunidades y de los países, pasa por entender que nos necesitamos todos.

No sólo el capital interesa para mover la economía, quienes creen que por la sola llegada de capitales, a economía comienza a repuntar, olvidan que esta no es una ciencia exacta. Está influida fuertemente por percepciones, por visiones subjetivas, por opiniones. Y si estas percepciones y visiones subjetivas, son manipuladas por discursos populistas, por discursos falaces y por fake news, da lo mismo quien gane las elecciones. Recuperar la confianza de los actores sociales  económicos, lleva más de un período presidencial.

No somos peronistas, sino críticos de su conducción política y económica. No es extrapolable a Chile el fenómeno del peronismo. Pero si los hermanos argentinos optan por ese camino, tienen y tendrán en Chile, el apoyo que corresponda, para que retomen la senda del progreso social y económico.

Nosotros tenemos un gran desafío. Sin unidad no hay alternativa posible a la derecha. Sin racionalidad política y económica, no hay alternativa posible para el desarrollo de Chile.

Y el desarrollo de Chile, es una tarea y una misión de todos, no sólo del gobierno de turno.

Amigas y amigos, soy Ernesto Sepúlveda, deseando que Argentina deje atrás la polarización y retome los caminos del encuentro.

Punta Arenas, lunes 19 de agosto 2019.-


domingo, 11 de agosto de 2019

TRABAJO Y CRECIMIENTO



Con fecha 08.03.2017 por iniciativa de las diputadas comunistas Camila Vallejos y Karol Cariola, se introdujo la moción parlamentaria detallada en el Boletín 11179-139, que en lo sustantivo, pretende reducir la jornada semanal de trabajo, desde el actual límite de 45 horas, a un nuevo límite de 40 horas semanales.

Como era de esperarse, los sindicatos y centrales de trabajadores adhirieron con entusiasmo a esta iniciativa. Y por su parte los gremios empresariales, expresaron su rechazo argumentando razones de productividad y riesgo de desempleo, y quiebra de empresas de menor tamaño.

El proyecto en cuestión, motivó incluso las mofas de parlamentarios de derecha, y en general, nadie se tomó muy en serio la iniciativa, la que no formaba parte de la matriz de compromisos programáticos del gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo, al cabo de un año de ingresado el proyecto, fue sumando adhesiones de los partidos de la ex Nueva Mayoría, y del Frente Amplio, formándose una bancada transversal por las “40 horas semanales”.

Al día de hoy, el proyecto en cuestión ha tenido un importante avance, logrando su aprobación en la comisión de trabajo de la Cámara de Diputados.

Qué establece este proyecto?

ARTÍCULO ÚNICO.- Introdúzcase las siguientes modificaciones al Capítulo IV del Libro I del Código del Trabajo:

1.             Al artículo 21, inciso primero:
Elimínase el adverbio “efectivamente”.

2.             Al artículo 22, inciso primero:
Sustitúyese la palabra “cuarenta y cinco” por “cuarenta”.
De transformarse en ley, este proyecto, el artículo 21 del Código del trabajo quedaría así:

Art. 21. Jornada de trabajo es el tiempo durante el cual el trabajador debe prestar sus servicios en conformidad al contrato.
Se considerará también jornada de trabajo el tiempo en que el trabajador se encuentra a disposición del empleador sin realizar labor, por causas que no le sean imputables

En tanto, el inciso 1° del artículo 22 quedaría así:
Art. 22. La duración de la jornada ordinaria de trabajo no excederá de cuarenta horas semanales.


FUNDAMENTO DEL PROYECTO:

Las autoras del proyecto de reducción de jornada de trabajo, sostienen               que el mismo, tendría  la virtud de reducir la pobreza, la inequidad, o mejorar las condiciones de vida de vastas masas de asalariados.

Se hace referencia a las reivindicaciones históricas del movimiento sindical y de trabajadores, dentro del que se plantearía siempre, contar con jornadas de trabajo menos extensas, para disponer de tiempo para el descanso, el esparcimiento y la vida familiar.

Se acompaña a la presentación del proyecto una serie de cifras donde se compara Chile con Holanda, en cuanto a población, al PIB, y al número de horas trabajadas. Lo que expresan de la siguiente forma:

Por todo esto, los abajo firmantes creemos que es necesario modificar la realidad de los trabajadores y seguir los pasos de otros países de la OCDE. Estos países tienen un rendimiento productivo alto y una jornada de trabajo reducida, se trata de Holanda, Dinamarca, Alemania, Suiza y Suecia con 29, 33, 35, 35 y 36 horas respectivamente. Esto es evidencia de que no hay una correlación efectiva o vínculo causal entre jornada de trabajo y nivel de productividad: si tomamos y comparamos el caso de Holanda y el caso chileno, vemos que Holanda tiene una población de 16, 85 millones de personas y en Chile es de 17,77 millones de personas, pero el PIB del primero es de $869,5 mil millones de dólares y el chileno es de $258,1 mil millones de dólares, donde la población económicamente activa es de 8, 97 millones en Holanda y de 8,59 millones en Chile. Vemos que existe una diferencia de $611,4 mil millones en el PIB, existiendo una jornada de trabajo máxima de Holanda de 29 horas semanales y en Chile de 45 horas por semana,”


Siendo absolutamente loable el propósito de reducir los niveles de desigualdad en la distribución del ingreso en Chile, y por supuesto mejorar las condiciones de vida de la gran masa trabajadora. No puede dejar de mencionarse, que las cifras y datos que acompañan a modo introductorio, el proyecto de ley en comento, aparecen como  sacadas de contexto.

O al menos, la relación causal anunciada entre la mera reducción de la jornada de trabajo, y el aumento de la productividad, aparece como muy forzada.

Sin negar la pertinencia de reducir la jornada de trabajo, se debe propender a que esta iniciativa se enmarque en una estrategia más amplia, para mejorar la productividad e incentivar el crecimiento económico.

Se extraña en esta discusión, la necesidad de emplear parte del tiempo de reducción de la jornada en la incorporación de valor al capital humano. Debe incorporarse inversión en ID, formación y preparación de los nuevos trabajadores para modalidades de teletrabajo, interacción con IA, que reemplazará tareas repetitivas, y optimizará tiempos de atención de clientes, y entregas.

No se ha estudiado suficientemente el impacto en la mype.

En Chile existen más de 1,5 millones de micro y pequeñas empresas, que representan el 95,5% de las empresas del sector formal y aportan con el 49,3% del empleo.

Las Micro y Pequeñas Empresas  presentan realidades muy diversas. Desde empresas de una sola persona – trabajadores por cuenta propia – a empresas de 49 ocupados. La Micro y Pequeña Empresa en Chile está presente en casi todos los sectores de actividad económica, sin embargo, el sector terciario del comercio, restaurantes y hotelería es el que predomina por una gran diferencia. En menor medida, está presente en la enseñanza, la minería y la electricidad, gas y agua.

Las micro y pequeñas empresas, son altamente sensibles tanto al alza del ingreso mínimo, como a la jornada de trabajo. Algunos expertos  estiman un aumento de un 12,6% del valor de la hora de trabajo. Si eso no va aparejado con un aumento de productividad, muchas mypes van a tener que traspasar a costos el mayor valor, con la consiguiente pérdida de competitividad.

 Los sectores más afectados por la reducción de jornada, aparte de las mypes, será el sector agro exportador, el cual en tiempos de cosecha, con frecuencia debe extender sus jornadas de trabajo, para procesar en packing la fruta cosechada.

Asimismo, se verán afectadas las plantas de proceso de productos del mar, que se procesan vivos, ya que los requerimientos propios del producto elaborado, obligan a procesar todo el recurso sin interrupción.

El impacto en el sector turismo, será muy importante, particularmente en zonas, como Magallanes, en que la temporada dura sólo algunos meses del año. Nuevamente, es muy importante considerar la situación de las micro y pequeñas empresas del sector, que en su mayoría no cuentan con holguras financieras, para asumir el costo de contratar más personal, para realizar las mismas actividades.

Es totalmente deseable reducir la jornada de trabajo en Chile. Existe consenso transversal de derecha a izquierda, en esto. Pero  a mi juicio para que esta modificación sea provechosa para todos debe incorporar:

-Gradualidad, para que las empresas de menor tamaño puedan planificar en el mediano plazo, su reorganización.

-Un programa especial de SENCE de formación de capital humano en las micro y pequeñas empresas. Preparando al sector para incorporarse a la nueva economía. Interacción con la Inteligencia artificial, trabajo a distancia empleando nuevas tecnología de comunicación.

-Un programa especial de apoyo de Corfo y Sercotec, para el desarrollo de nuevos negocios relacionados con la revolución digital, en el sector mypes.

- Se requiere, incluir una óptica integral en el análisis del trabajo humano, y su aporte al producto interno bruto del país. El establecimiento de nuevas formas de contratación, como el trabajo a distancia, reducción de jornadas de trabajo e incorporación de nuevas tecnologías: Debe ir aparejado de la discusión acerca de la distribución de los ingresos.

La nueva economía, va a requerir una mayor inversión estatal y privada en Investigación y Desarrollo. Esta mayor inversión, debe considerar incentivos para a reconversión de trabajadores. Asimismo, compensaciones económicas, para quienes saldrán del sistema productivo.

No se puede centrar la discusión acerca de la jornada de trabajo, en una relación lineal con el aumento del PIB, y nuestra entrada al anhelado desarrollo económico. Mejorar las condiciones materiales de vida de las grandes masas asalariadas, es un objetivo imprescindible para cualquier gobierno. Hacerlo consiguiendo además mejoramientos de productividad, requiere de adoptar medidas como las sugeridas anteriormente.

Lo último que un país en vías de desarrollo necesita, es que los actores sociales y políticos, se nieguen a llegar a acuerdos en estas materias, solo por razones ideológicas. Hemos sido galardonados una y otra vez, como uno de los países con una de las peores distribuciones del ingreso en todo el mundo. Salir de ese listado de la infamia, requiere el aporte y el compromiso de todos.

Amigos y amigas, soy Ernesto Sepúlveda, y estoy convencido que podemos construir un gran acuerdo por trabajo y crecimiento en nuestro país.


Punta Arenas, lunes 12 de agosto de 2019.-


domingo, 4 de agosto de 2019

LA REGIÓN QUE QUIERO



Amigos y amigas, mientras mas nos acercamos a la fecha en que elegiremos por primera vez al gobernador regional, más parece necesario, que los vecinos y vecinas de Magallanes se informen de este importante suceso.

Es sabido que nuestra región se ha caracterizado por su marcado regionalismo. Transversalmente, de izquierdas y de derechas, siempre se ha reivindicado un rol más importante para nuestras autoridades, y poder decidir efectivamente nuestro destino.

En octubre de 2020, por primera vez en nuestra historia patria, el pueblo podrá elegir a quien dirigirá la marcha de la región. Este paso, va aparejado con el traspaso de competencias desde el gobierno central, a la nueva autoridad. Pero aún falta avanzar en materias tales como una ley de rentas regionales, y con el traspaso a la región de la administración del  territorio. Son aspectos fundamentales para que este camino que iniciamos, se consolide en el tiempo.

A riesgo de ser majadero, debido a que ya he dicho muchas veces esto. Lo reitero una vez más. La experiencia que tuvimos en Magallanes con el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, nos deja en una posición inmejorable para acometer este nuevo desafío. Fuimos capaces de generar acá en la región una política pública, que ha trascendido a la administración que le dio origen. El plan de zonas extremas, por las características que ha tenido, y el impacto que vemos y seguiremos viendo en la región, debe ser una política de estado.

Para luchar por eso, se requiere contar con un gobernador regional electo por el voto popular. Un funcionario designado por el gobierno de turno, siempre va a estar coartado por lealtad al ejecutivo, inhibiéndose, nunca va a poder ejercer con la fuerza necesaria, la defensa del interés regional.

Lo que hemos logrado avanzar en Magallanes, se ha ido construyendo paulatina y gradualmente, sería injusto atribuirnos en un sector político, el patrimonio de nuestro progreso. Este trabajo ha sido el fruto de generaciones de  pioneros, de trabajadores, de emprendedores. Por eso, amigos y amigas, que es tan especial esta tierra. No sólo por sus parajes maravillosos, sino también por la forma en que nos relacionamos.

En otra columna, recordaba el dicho “En Magallanes nos conocemos todos”, que para alguien del norte puede parecer una exageración. De hecho lo es, una hipérbole me apunta mi hijo de 9 años. Pero hacia donde apunta esta frase, es a como nos relacionamos en Magallanes, como podemos interactuar, conocernos, hacer amigos, en la mas amplia diversidad social y política. Eso es lo que le da la fuerza, le da la potencia a nuestra región. Cuando nos ponemos todos detrás de un objetivo, no hay obstáculo demasiado grande.

Soy un convencido, que cuando el 2014 invitamos a soñar “LA REGIÓN QUE QUIERO”, abrimos una puerta, a lo que puede ser nuestra tierra en el futuro cercano. Mejorar nuestra calidad de vida, con barrios mas amables,  con mejores servicios. con mas árboles.

No importa cual ha sido tu origen, si naciste, fuiste criado o adoptaste esta tierra para formar tu familia y hacer tu vida. Te vamos a invitar a soñar otra vez, porque tenemos las capacidades, tenemos los recursos y tenemos las fuerzas.

También tenemos desafíos globales que cumplir. Nuestro país se ha comprometido a combatir el cambio climático. Y nosotros en Magallanes, si queremos cambiar el mundo, debemos partir por cambiar nosotros, y cambiar nuestra región.
Debemos desencadenar un proceso sostenido y creciente de toma de consciencia, sobre los efectos de nuestra forma de vida en el medio ambiente. El desarrollo regional debe ser sostenible, o no será.
Sin embargo, debemos incorporar al igual que en 2014, a todos los sectores de la sociedad, a todos los sectores económicos en esta discusión. Nuestra región tiene potencialidad de crecimiento en distintas áreas, que pueden desarrollarse en forma compatible.

Tenemos por delante, una tarea gigantesca, habrá agoreros que nos dirán, que no va a resultar, que mejor que decidan en Santiago, que nos van a quitar recursos. Pero no vivimos en el confín del mundo, o donde el mundo comienza, para venir a titubear o dudar ahora de nuestras capacidades. Podemos gobernar esta región por nosotros mismos, y lo haremos, con la ayuda de todos, con la fuerza de todos, con el aporte de todos.

Amigos y amigas, cada uno de ustedes puede y debe ser escuchado,soy Ernesto Sepúlveda, tratando de abrir caminos y tender puentes para el entendimiento en Magallanes.


Punta Arenas, lunes 5 de agosto de 2019.-