La mañana del 27 de Octubre recien pasado, encontró conmocionado al Calafate, pueblo cercano a la belleza milenaria del glaciar Perito Moreno, enclave turístico de la patagonia argentina. Ese miércoles de triste memoria, había partido para unir su ser al cosmos infinito, el ex Presidente de la República Argentina, don Nestor Kirchner, a tempranos sesenta años, y dejando a una población sumida en el dolor y la incredulidad.
Que el hombre no era ningún ser beatífico o angelical, se han encargado de aclararlo, incluso en Chile faltando a todo decoro y respeto, un ex canciller de la República, y varios personeros políticos. Su legado, si es que se puede hablar de algo como eso, con seguridad ha sido su entrega a la actividad política, sin ningún resguardo, sin temor, ni siquiera a la que lo estaba rondando desde hace rato con sus dos operaciones al corazón. En tiempos del cálculo electoral llevado a los extremos, con expertos en marketing, focus groups, y encuestas de opinión para decir lo que suene más popular o reditúe mayor aprobación, el difunto fue de aquellos políticos de viejo cuño, que creía más en las confianzas construidas en sus largos años de militancia peronista, y sus viejas amistades sindicales, que en cualquier asesor profesional. Su olfato proverbial para leer la realidad le permitió librar a la nación argentina de un default, y de una crisis institucional, en que la orden del día de los piquetes bonaerenses era "que se vayan todos".
En tiempos de liderazgos de opereta a este lado de la cordillera, despedir a uno de los más duros y reconocidos líderes políticos de sud América, es un hecho que viene a remecer los equilibrios en el subcontinente, muchos en la derecha se preparan para intentar hacerse con el poder en Argentina, dando por descontado que doña Cristina K no podrá reunir a las fuerzas políticas que les dieron en el pasado sus triunfos al famoso matrimonio K.
Es temprano para anticipar pronósticos para las próximas presidenciales argentinas, pero desde ya se avizora un fenómeno que puede venir a facilitar sobremanera las cosas al actual gobierno, se espera el inicio de un período de acuerdos, de consensos, para lo cual se ve más proclive a doña Cristina que a su fallecido esposo. Desde ya las principales bolsas de valores reportaron alzas para los bonos de deuda argentinos, en una señal de lo que podría venir en el ámbito del crecimiento económico. La economía es así de fría e insensible, mientras millones de trasandinos lloran a su líder desaparecido, los economistas y bancos de inversión analizan el nuevo escenario de negocios con beneplácito.
Se cierra una página de la historia américana, con la partida de uno de sus líderes, que con sus luces y sombras, va cerrando un ciclo político, y tal vez dando paso a otro con nuevos rostros, o con rostros conocidos pero caminando por nuevas sendas.
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