Amigos y amigas, está comenzando el tiempo frío en
nuestra región, junto con ello, en nuestros hogares aumenta el consumo de gas
natural, con el que nos mantenemos en un ambiente cálido y abrigado. Pero no en
toda la región pueden decir lo mismo, aún existen lugares como Puerto Williams,
Puerto Edén, que por razones de distancia, aislamiento, no cuentan con este
recurso, y deben recurrir a la leña. Eso hace la vida más dura en el austro.
Antes de iniciarse la explotación del gas natural, en
Magallanes, todos los hogares contaban con una leñera y una carbonera. Sí,
Carbón, gracias a éste fue posible la vida en estas latitudes. Se encendía
primero con leña, y luego se agregaba el carbón. No se supo de nadie que
muriera envenenado, y varias generaciones de magallánicos que aun caminan por
nuestras calles, vivieron felizmente de ese modo.
Cuando se piensa en la vida de nuestros primeros colonos,
vemos cuantos rigores debieron superar, para construir todo lo que hoy disfrutamos.
La explotación de nuestros recursos naturales, es lo
que permitió el poblamiento primero, y luego la construcción de ciudades. La
actividad económica de nuestra región siempre ha estado asociada a ello.
Sin el empuje y el coraje que tuvieron los
magallánicos en los años cuarenta, nunca se hubiese descubierto el petróleo que
fluyó por décadas, y nos permitió tener acá a la Empresa Nacional del Petróleo,
aporte innegable a nuestro desarrollo.
Por qué hago esta disquisición?, amigos y amigas,
vivimos en tiempos en que la historia se desconoce, se ignora a sabiendas, o
simplemente se falsea. Pensar en el futuro de nuestra región, privándola de sus
fuentes productivas, es un sin sentido. Si de veras deseamos mejorar nuestra
condiciones de vida, y alcanzar el desarrollo no podemos cercenar las
actividades que han traído bienestar a miles de familias.
A veces pareciera que algunos desean ver nuestro
territorio, sin poblamiento alguno. No es el legado que nos dejaron los
pioneros, legado que han cuidado generaciones y generaciones de magallánicos.
Nuestro territorio agreste y aislado, ha sido un desafío a la inteligencia y a
la fuerza de quienes lo habitamos.
Cuidar este territorio para las futuras generaciones, es un deber y un
compromiso. Así lo hemos hecho y lo
seguiremos haciendo.
Cuando nuevamente empezaran a sonar los tambores de
las campañas políticas, algunas figuras de la política local, ya se alinean con
los temas que parecen populares. Nuevamente veremos los “si bien es cierto no
es menos cierto”, “valoramos esto o valoramos aquello”.
El desarrollo regional, del cual depende nuestro modo
de vida, no admite medias tintas. No se puede ser ecologista extremo, y a la
vez, ser partidario del desarrollo regional.
La sustentabilidad de nuestro modelo de desarrollo,
fue recogida en la “Estrategia de desarrollo regional 2010-2020”. Este es un instrumento,
clave para la planificación de inversiones futuras. Allí se definió que para
lograr nuestro desarrollo, debemos generar las condiciones, para el desarrollo
de actividades económicas en todo el territorio. Debe ser responsabilidad del
gobernador regional que elegiremos en octubre del próximo año, la actualización
de esta estrategia de desarrollo.
Pudimos leer ayer domingo, una carta publicada en los
diarios locales, suscrita por diversas
organizaciones de trabajadores, que denuncian haber sido víctimas de una
campaña de desinformación. Organizaciones que representan a varios miles de
personas, los trabajadores de las
actividades productivas, alzan sus voces en defensa de sus fuentes de trabajo.
Denuncian que las figuras políticas han preferido dar gusto a las redes
sociales, que acercarse a ellos.
Es notorio, la existencia de campañas mediáticas, financiadas
por ONG internacionales, que aspiran a que Magallanes no desarrolle ninguna
actividad productiva en su territorio. Son los partidarios de la ecología profunda.
Muchos recuerdan a un famoso magnate, que después de adquirir una enorme
estancia en una región vecina, en plena producción. Ordenó sacar la totalidad
de los animales de esta. Animales que habían pastoreado allí mas de 100 años.
Quien en su sano juicio, plantearía extraer del
territorio los animales, que gracias a los esfuerzos de los pioneros, se trajeron
y adaptaron exitosamente a la región. Sin embargo estamos en tiempos, en que el
sentido común es el menos común de los sentidos. Y varios desde sus cálidas
oficinas en el norte pretenden determinar, como debemos vivir en la zona
extrema.
A estas alturas del siglo XXI, creo que todos en
Magallanes somos partidarios de la protección del medio ambiente. Entiendo la
molestia que expresan los trabajadores, ya que ellos son los mas interesados, en el respeto del medio
ambiente. Ellos son quienes trabajan directamente en el territorio, no desde la
comodidad de un teclado en las redes sociales.
Ignorar la opinión de los trabajadores, es un síntoma,
del distanciamiento que tienen algunos con nuestra realidad. Constituye una
falta de respeto, que debe corregirse. La autoridad de gobierno debe abrir
espacios para el dialogo, de los protagonistas, de los actores sociales y
económicos, directamente involucrados, en esta materia.
Esperemos que el inicio de nuevas campañas
electorales, sean la oportunidad para que se escuche, a quienes son los
creadores de toda riqueza.
Sin los trabajadores no hay futuro posible en
Magallanes.
Sin fuentes productivas tampoco.
Yo, respaldo la opinión de los trabajadores.
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